El huevo es, posiblemente, el alimento sobre el que más mitos y leyendas existen. Denostado hace años por su supuesta influencia en los niveles de colesterol; en los últimos tiempos goza de mejor fama por su bajo nivel calórico a la vez que elevado en proteínas, entre otras propiedades.
Amado por unos y despreciado por otros, el huevo es un elemento esencial de la cocina mediterránea. Es difícil resistirse a unos huevos revueltos o a un buen pincho de tortilla de patata al mediodía. Así que antes de empezar a salivar vamos a ver qué hay de cierto, o no, en los numerosos mitos que existen a la hora de comer huevos.
El colesterol
Está comprobado que el huevo contiene colesterol, lo que hizo que décadas atrás se considerase un alimento para no consumir en exceso. Seguro que tú también has oído que es malo comer más de dos o tres huevos a la semana. Pues no es cierto. El huevo contiene colesterol, como otros muchos alimentos que comemos sin miedo ni miramientos. Pero el colesterol que aporta a personas sanas es insignificante, por lo que no se ha de limitar su consumo. En caso de que tengas el colesterol elevado sí es recomendado lo de no tomar más de tres a la semana.
Estudios más recientes han apuntado a que la presencia de vitaminas y antioxidantes hacen del huevo un ingrediente perfecto para prevenir enfermedades como la arteriosclerosis. Así, son más las propiedades beneficiosas que las que no, pero en caso de patologías concretas no está de más preguntar al médico cuántos huevos se pueden comer.
Engorda
Probablemente este es uno de los mitos que nació en paralelo a la de que el huevo tenía colesterol y por eso había que limitar su consumo cuando estás tratando de bajar peso o llevar una vida más sana. Sin embargo, el huevo no engorda. Todo lo contrario, tiene muy pocas calorías y un elevado aporte de proteínas, lo que lo convierte en un alimento básico en una dieta para perder peso o de deportistas. Entre sus propiedades se encuentra que es un alimento muy saciante: Un huevo puede sustituir a la carne o el pescado en lo que a proteínas se refiere. Y puede contener menos calorías que cualquier otra de esas raciones.
Otra cosa es cómo se cocine el huevo. Evidentemente si vas a comer huevos fritos en abundante aceite de oliva y un buen pedazo de pan para mojar la yema el plato es calórico, pero no por el huevo, sino por el aceite de oliva y el pan.Si quieres consumir huevos y ganar pocas calorías los huevos duros, escalfados o en revuelto son platos perfectos, con su aporte de proteínas y apenas calorías.
Provoca la salmonella
¿Miedo a comer ensaladilla en los bares porque provoca salmonella? Puede ser, pero eso no es culpa del huevo, ni de ningún otro de los ingredientes utilizados para preparar la mayonesa. Es culpa del que cocina y conserva la comida. La salmonella es una bacteria que se transmite a través de alimentos que no han sido cocinados con las adecuadas condiciones higiénicas o que han sido expuestos a temperaturas no adecuadas para su conservación. Si el huevo se cocina la salmonella es destruida, por lo que solo puede transmitirse en platos que lleven el ingrediente crudo, nunca cocinado, como ocurre con alguna salsa.
Hay que lavarlos
No es recomendado lavar los huevos ni antes de cocinarlos ni antes de guardarlos en la nevera. La cáscara es una fina capa porosa que, aunque no lo parezca, permite que ciertas partículas entren dentro del huevo. Al lavarla lo que hacemos es debilitar esa capa y que haya filtraciones. Lo más adecuado es limpiar el exterior del huevo con un paño y no ponerlo directamente bajo el chorro del grifo.
El color altera el sabor o calidad
El color de los huevos es indiferente, ni le da ni le quita propiedades. Ni los oscuros saben mejor ni los blancos son más grandes o se conservan durante más tiempo.El color de la cáscara viene determinado por el tipo de gallina que los haya puesto. Tan simple como eso.
No consumir durante el embarazo
El consumo de huevos no es perjudicial ni durante el embarazo ni durante cualquier otro momento de la vida. En el caso de las mujeres que están gestando es incluso recomendable, puesto que contiene una vitamina, la colina, que es fundamental para el funcionamiento de las células. Un huevo tiene casi una cuarta parte de la ingesta diaria recomendada de colina. Esta vitamina, además, ayuda a prevenir defectos de nacimiento y potencia el desarrollo del cerebro y la memoria del feto. Por ello es más que recomendado comer huevos entre las embarazadas.
Como has podido comprobar existen numerosos mitos acerca del huevo, es posible que hasta se nos haya olvidado alguno. Sin embargo no son verdad, según han probado diversos estudios científicos. El huevo es uno de los ingredientes con más propiedades y más completos que podemos encontrar en el mercado. Su precio es asequible y tiene una versatilidad que le permite ser incorporado a menús de todo tipo en función de los gustos y necesidades de cada uno.
No dudes en comer huevos sin miedo e incluso sin limitaciones. En caso de tener algún tipo de enfermedad o complejidad que crees que pudiera verse afectada por este consumo lo mejor es consultar con tu médico de cabecera para aclarar todas las dudas.