La menopausia es un fenómeno natural que se produce en el cuerpo de las mujeres, y que se caracteriza por el cese de la actividad de los ovarios de manera progresiva y por la disminución de los niveles de hormonas. Ese cese progresivo, que se produce entre los 44 y los 52 años, termina desencadenando la desaparición de la menstruación.
El síntoma más común de la menopausia es el sofoco. Una sensación de calor repentina que invade todo el cuerpo al que se suma una serie de cambios físicos en el organismo, algunos de los cuales provocan a las mujeres un trastorno psicológico puesto que la grasa tiende a acumularse con mayor facilidad y, por tanto, puede darse un aumento de peso.
Además, los bajos niveles de estrógenos provocan que el tejido vaginal se seque. El escozor, el picor y los dolores vaginales son desencadenantes de esta sequedad. El mejor alivio para solucionar este problema es utilizar una hidratante vaginal, así como lubricantes naturales, que te ayudarán a continuar con tus relaciones sexuales sin ningún tipo de molestia.
Cómo cuidar la piel en la menopausia
Y la piel también sufre cambios con la llegada de la menopausia. Tu renovación celular va a ser más lenta, provocando que se deterioren los procesos de hidratación y regeneración y que, por consiguiente, la elasticidad y la luminosidad va poco a poco desapareciendo, apareciendo en su lugar la sequedad y la falta de hidratación.
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