Cada día son más las personas a las que les gusta cuidarse para lucir de la manera que más les gusta. Cuando se acerca el verano, sobre todo, al igual que después de las Navidades, muchas son las que se ponen en serio para poder quitar esos kilos de más que hacen que no se sientan tan a gusto con su cuerpo. Una de las primeras opciones es empezar a hacer deporte. Ya sea en un gimnasio o haciendo ejercicio de manera autónoma como correr o andar, se incorpora a la vida una rutina saludable para lograr los resultados buscados.
Otra opción a la que se suele recurrir son las dietas. Existen variedad de ellas y es la propia persona la que escoge cuál hacer. Lo más correcto sería acudir a un nutricionista para que ésta sea lo más equilibrada posible y cubra todas las necesidades que requiere el organismo a la vez que ayuda a bajar kilos. Pero aun así, hay personas que deciden escoger sus propias dietas por razones personales. El problema de no tener un seguimiento de la dieta es que puede darse lo que se denomina efecto rebote porque no se es constante en ella.
5 claves para evitar el efecto rebote en las dietas
El efecto rebote en las dietas se da cuando una persona que acaba de terminar una dieta para bajar peso, ve cómo los recupera. Por lo tanto, la dieta fracasa y los kilos de más vuelven. Algunas de las causas del efecto rebote son volver a los antiguos hábitos alimenticios que provocaron la subida de piso y no haber seguido una dieta equilibrada. Por ello, aquí te dejamos algunos consejos para que el esfuerzo que se lleva a cabo en las dietas no quede en vano por esta reacción.
1. Acudir un nutricionista. Cuando somos nosotros mismos los que elegimos la dieta que creemos más correcta para bajar kilos, es posible que caigamos en el error de hacer que ésta no sea del todo equilibrada. Por ejemplo, se suele caer en el error de que para bajar kilos es necesario hacer una dieta que sea baja en nutrientes como las grasas o, incluso, no incluirlas. Un nutricionista nos va a poner una dieta equilibrada donde no nos falte ningún nutriente y, además, nos ayude a bajar kilos. Es importante seguir el tratamiento, ya que nos irá reeducando la alimentación.
2. No te obsesiones con los kilos. Es importante tener claro que la bajada de peso tiene que ser progresiva. Bajar muchos kilos en las primeras semanas es sinónimo de que estamos haciendo una dieta demasiado agresiva y el efecto rebote va a ser bastante más notable. Por lo tanto, has de ser paciente y dejar que la dieta vaya haciendo su trabajo poco a poco. Cuanto menos agresiva sea, más fácil será llevarla.
3. No pasar hambre. De nuevo estamos ante otro error común que se comete cuando se hace una dieta: pasar hambre. Es importante estar bien alimentado ya que, en el caso de no hacer, podríamos caer en el error de comer más de lo necesario por la ansiedad que nos crea tener tanta hambre. Es por esto que las dietas incluyen hasta cinco comidas diarias de manera que no sea necesario pasar hambre en ningún momento.
4. Hacer una dieta de mantenimiento. Cuando se termina una dieta, no hay que abandonar todos los hábitos alimenticios saludables que hemos adquirido en este tiempo. Por ello, el mismo nutricionista que nos ha puesto la dieta, puede hacernos una nueva para que no sumemos kilos y nos mantengamos en el peso al que hemos conseguido bajar.
5. Tener una vida activa. El sedentarismo suele ser una de las causas de la subida de kilos, por ello, es necesario mantenerse activo. No es necesario incluir en nuestra rutina deporte en exceso, simplemente el aconsejado para mantenerse en forma. Lo mínimo sería pasear diariamente y huir de estar sentado más tiempo del necesario. A partir de ahí, es decisión de cada uno decidir cuánto deporte quiere hacer.