A veces un dolor de muelas puede convertirse en una de las molestias más complicadas que tengamos que soportar. Además de lo que supone el dolor de la zona, puede irradiarse a otras como el cuello o los oídos, y hacer que nuestro humor se encuentre más irascible que nunca. Lo más importante de un dolor de muelas es acudir a un médico odontológico lo antes posible, ya que puedes encontrarte ante un absceso.
Los abscesos son infecciones locales que se encuentra en el interior de la pieza dental y que normalmente se exteriorizan con una bolsa en forma de grano en la encía del diente afectado. No solo se deben a una caries en el diente o muela en la que aparece el dolor, sino que también pueden ser debidos a golpes, fracturas o falta de higiene bucal.
Cuando se produce el absceso es porque la infección ha llegado a la pulpa del diente, es decir, donde se encuentran los nervios del mismo y está afectado a toda la pieza. Hay que diagnosticar correctamente la causa del absceso para llevar a cabo el tratamiento más adecuado para su curación.
Existen diversos factores de riesgo que hacen que sea más propensa la creación de un absceso en la encía, y estos son:
- La falta de higiene bucal. De siempre es sabido que es recomendable lavarse los dientes después de cada comida, o al menos dos veces al día para que los dientes de tu boca estén siempre limpios. Del mismo modo hay que usar hilo dental, ya que son muchos los restos de suciedad y comida que se quedan entre los huecos de las piezas dentales.
- No cambiar el cepillo de dientes. Te acostumbras a ese cepillo de diente que siempre tienes en el lavabo y te cuesta deshacerte de él, pero tienes que hacerlo en una media de cada dos meses o cuando veas que las cerdas ya están desgastadas.
- No acudir al dentista. Aunque te den mucho miedo, son los grandes profesionales de tu boca y hay que ir al menos una vez al año para realizar revisiones y limpiezas profesionales.
- Comer demasiados dulces. Una dieta con mucha azúcar es muy perjudicial para nuestros diente y también para llegar a provocar infecciones en el diente y en la encía.
Síntomas del absceso en la encía
El principal síntomas si tienes un absceso en la encía es el intenso dolor que vas a sentir en el diente o muela afectada. Será un dolor punzante que hará que parezca que la pieza dental se va a caer de su sitio.
Además la zona se enrojece y se hincha, apareciendo una bolsa blanca de pus que tendrá la misma forma que un grano en tu encía. Esta puede hacer que se inflame toda la cavidad bucal e incluso parte del rostro.
Tendrás hipersensibilidad a los alimentos muy fríos y muy calientes, así como al contacto de dulces muy azucarados con tus dientes. Pasarás a tener mal aliento y la sensación de tu boca mucho más amarga y seca. Todo esto se puede llegar a juntar con síntomas típicos de enfermedad, como fiebres, malestar, náuseas y mareos.
Diagnóstico y tratamiento
Para diagnosticar si realmente padeces de un absceso en la encía, el dentista realizará unas pruebas muy básicas. Primero palpará la zona afectada, ya que los dientes afectados por abscesos son muchos más sensibles a la presión y a recibir unos pequeños golpes. Pero la prueba más clara y que siempre se lleva a cabo es la de realizar una radiografía de la zona donde, además de ver si realmente se trata de una infección dentro de la pieza dental, se pueda ver el alcance que tiene, ya que a veces se extiende y puede llegar a afectar a varias piezas.
En el caso en que tengas un absceso, el tratamiento tendrá como objetivo eliminar por completo la infección que puede propagarse hacia otras zonas de la cavidad bucal e incluso del cuerpo.
Para ello lo primero será administrarte unos antibióticos que lucharán contra la infección localizada en la boca. En la mayoría de los casos se tiene que llevar a cabo una endodoncia donde se perfora el diente, se limpia por completo y se tapona para que las bacterias no puedan volver a entrar. En los casos más complicados donde con todo lo anterior no ha sido suficiente, se puede llegar a extraer el diente al completo.
Recuerda que para evitar que la infección en la boca se origine y afecte a nuestros dientes, lo mejor es mantener tu boca limpia a diario con una correcta higiene, cepillado dos veces al día y uso del hilo dental, además de eliminar al máximo posible los dulces de tu dieta diaria.