La adicción a los opioides es una enfermedad crónica o de larga duración que puede causar problemas de salud, sociales y económicos importantes a la persona adicta.
Los opioides son una clase de drogas que actúan en el sistema nervioso para producir sentimientos de placer y alivio del dolor. Algunos opioides son recetados legalmente por los médicos para controlar el dolor severo y crónico. Los opioides que se recetan normalmente incluyen oxicodona, fentanilo, buprenorfina, metadona, oximorfona, hidrocodona, codeína y morfina. Algunos otros opioides como la heroína, son drogas ilegales.
La adicción a los opioides se caracteriza por una necesidad compulsiva de consumir este tipo de sustancias, incluso cuando ya no se requieren médicamente. Los opioides tienen un gran potencial para causar adicción en algunas personas, incluso cuando los medicamentos se recetan de manera adecuada y se toman siguiendo las indicaciones médicas. Muchos opioides recetados son mal utilizados. Las personas que se vuelven adictas pueden priorizar el conseguir los medicamentos y consumirlos sobre otras actividades de sus vidas, a menudo deteriorando sus relaciones laborales y familiares. El porqué unas personas tienen más probabilidades para volverse adictas que otras es algo que se desconoce.
Los opioides cambian la química del cerebro haciendo que aumente la tolerancia a los medicamentos, esto significa que con el tiempo la dosis debe incrementarse para conseguir el mismo efecto. Tomar opioides durante un tiempo prolongado produce dependencia, por lo que cuando una persona deja de tomar ese medicamento o esa droga, tienen los síntomas físicos y psicológicos de la abstinencia, como por ejemplo los calambres musculares, diarrea y la ansiedad.
Hay que tener en cuenta que la dependencia no es lo mismo que la adicción. Todas las personas que toman opioides durante un período prolongado se vuelven dependientes, pero solo un pequeño porcentaje experimentará la necesidad compulsiva y continua de la adicción.
La adicción a los opioides puede causar problemas de salud potencialmente mortales, aparte del riesgo de sobredosis. La sobredosis ocurre cuando una dosis excesiva de opioides hacen que la respiración disminuya o se detenga, lo que lleva a la pérdida del conocimiento y a la posterior muerte si no se trata a tiempo. Tanto los opioides legales como los ilegales llevan el riesgo de sobredosis si la persona toma una dosis excesiva, o si estos opioides se combinan con otras drogas, especialmente los tranquilizantes llamados benzodiacepinas.
¿Qué son los opiáceos?
Los opiáceos incluyen sustancias controladas recetadas que se derivan del opio, que es un químico presente también naturalmente en las semillas y plantas de la amapola. Estos medicamentos, que se usan clínicamente para tratar el dolor leve o intenso de los pacientes, también se conocen como analgésicos opioides. Debidos a sus efectos intensamente calmantes, este tipo de analgésicos tienen un alto porcentaje de abuso que, en muchos casos, pueden conducir a la adicción.
Una adicción a los analgésicos suele comenzar después de que haber sido tratado médicamente con ellos después de un accidente o lesión. Los pacientes reciben una receta y una dosis concreta del medicamento por parte del médico, sin intención de abusar de ella. Sin embargo, con el paso del tiempo el paciente puede sentir que ese medicamento ya no es tan efectivo como lo era al principio. Este sentimiento es causado porque se desarrolla una mayor tolerancia al analgésico, lo que significa que la sustancia se ha acumulado dentro del cuerpo del paciente.
Esta tolerancia puede hacer que la persona tome o quiera tomar una dosis mayor a la recomendada para lograr los efectos que desea. Este aumento de la dosis puede conducir a una dependencia física, por lo que deberá seguir tomando el medicamento para sentirse normal. Con el tiempo, esta dependencia física puede provocar "antojos", caracterizados por la creciente necesidad de seguir usando el medicamento a pesar de sus consecuencias negativas.
Cuando el comportamiento del paciente cambia debido a la necesidad de conseguir el medicamento, acabando fuera de control, su salud física y psicológica comienza a comprometerse, llegando definitivamente al diagnóstico de adicción. La adicción es mucho más grave que un fuerte deseo de consumir drogas, se trata de una enfermedad neurológica que se siente como inevitable para la persona que la sufre.
Una persona que lucha con un trastorno por abuso de sustancias normalmente deseará abandonar su adicción, pero se sentirá incapaz de hacerlo por su cuenta. La única forma en la que puede superar por completo la adicción a los analgésicos opioides es buscando el tratamiento especializado en un centro de rehabilitación.
¿Opiáceos u opioides?
Muchas personas tienen dudas a la hora de emplear estos dos términos, utilizándolos a menudo como sinónimos.
- Opiáceos. Son sustancias con ingredientes activos que derivan naturalmente del opio. Los opiáceos comunes pueden ser la morfina y la codeína, que están hechas directamente del opio que se encuentra en las plantas de adormidera.
- Opioides. Los opioides son sustancias fabricadas sintéticamente que imitan los efectos naturales del opio. Algunos opioides son completamente sintéticos, mientras que otros lo son solo parcialmente.
Tanto los opioides como los opiáceos funcionan activando las células cerebrales que regulan el dolor y deprimiendo el sistema nervioso central. Estas células liberan endorfinas que conducen a sentimientos de relajación y tranquilidad que pueden ser muy adictivos.
Tipos de opiáceos
Los opiáceos se prescriben para una amplia gama de necesidades médicas. Hay dos clasificaciones principales para este tipo de drogas : antagonistas y agonistas.
- Los antagonistas se consideran menos adictivos que los agonistas, aunque también tienen probabilidad de abuso. A menudo se usan para ayudar con el proceso de desintoxicación como la primera parte del tratamiento de la adicción.
- Los agonistas imitan los efectos de las endorfinas naturales y producen un efecto opiáceo al interactuar con las neuronas. Los agonistas están presentes en medicamentos como la morfina, que se usa con mayor frecuencia en entornos médicos porque tienen los efectos más fuertes. Muchas sustancias de esta categoría tienen un potencial muy alto de abuso y adicción. Otros ejemplos de agonistas son la hidroxodona, la oxicodona, la heroína y la buprenorfina.
Causas de la adicción
Factores genéticos
Las causas de la adicción a los opioides son complejas. Esta condición resulta de una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, algunos de los cuales no han sido identificados.
Muchos de los genes que se piensa que juegan un papel importante en este tipo de adicciones están involucrados en el sistema opioide endógeno, que es el sistema interno del cuerpo que regula el dolor (las encefalinas), la recompensa (las endorfinas) y los comportamientos adictivos (las dinorfinas). Estas sustancias opioides son producidas naturalmente por los cuerpos, por eso se les conoce como opioides endógenos. Los opioides exógenos, o introducidos desde el exterior, como los incluidos en algunos medicamentos o en drogas ilegales como la heroina, también ejercen sus efectos al actuar sobre los receptores naturales.
Las variaciones en los genes que proporcionan instrucciones para fabricar receptores de opioides se han estudiado ampliamente como factores de riesgo genéticos para la adicción a estas sustancias. Los investigadores sospechan que las diferencias en la estructura y función de los receptores influyen en la forma en que el cuerpo responde a los opioides.
Los receptores opioides se encuentran en el sistema nervioso, donde se encuentran las células nerviosas o neuronas. Cuando estos encógenos o exógenos se unen a los receptores, la interacción desencadena una serie de cambios químicos dentro y entre las neuronas que producen sentimientos de placer y de alivio del dolor.
Factores ambientales
La adicción a los opioides es un trastorno complejo, y los factores no genéticos también juegan un papel crítico. Estos factores son:
- Los antecedentes de abusos de sustancias
- La depresión u otros trastornos psiquiátricos
- Haber sufrido algún tipo de abuso durante la infancia
- Ciertos rasgos de la personalidad como la impulsividad o la búsqueda de sensaciones
- Tener relación con personas que abusan de los opioides o de otras sustancias
- Tener fácil acceso a este tipo de medicamentos o de las drogas ilegales también contribuye al riesgo de una persona a caer en la adicción
Es probable que una combinación de factores de salud, sociales, económicos y de estilo de vida interactúen con los factores genéticos para determinar el riesgo de un individuo.
Sobredosis y tratamiento
La sobredosis es causada comúnmente por tomar más dosis de la recomendada o por combinar diferentes sustancias, especialmente con otros depresores del sistema nervioso central como las benzodiacepinas y el alcohol.
Las personas pueden sufrir una sobredosis solo de analgésicos, pero el riesgo es mucho mayor para quienes consumen otro tipo de sustancias al mismo tiempo.
Los síntomas de una sobredosi s relacionada con estos medicamentos incluyen:
- Inconsciencia
- Confusión
- Pupilas contraídas
- Náuseas
- Vómitos
- Respiración superficial
- Piel fría o húmeda
- Somnolencia extrema o incapacidad para despertarse
- Pérdida intermitente de la conciencia
Para muchas personas, sobrevivir a una sobredosis fue el momento decisivo para pedir ayuda y buscar el tratamiento que los desintoxique. Sin embargo, algunas personas despertarán de una sobredosis y volverán a consumir las sustancias causantes de inmediato.
Hay muchas opciones de tratamiento, pero la forma más efectiva de tratamiento para la adicción a los opiáceos es la desintoxicación hospitalaria seguida de una rehabilitación hospitalaria también. Los centros de rehabilitación para pacientes hospitalizados tienen programas especializados para personas que padecen este tipo de trastorno por uso de sustancias. Estos programas ayudan a los pacientes a profundizar en sí mismos para descubrir la causa raíz de su uso de drogas. Saber qué les causó el uso de drogas o alcohol en primer lugar ayudará a prevenir futuros desencadenantes durante la recuperación.
No hay que olvidar que la adicción a sustancias opiáceas u opioides es una enfermedad y como tal debe ser tratada por especialistas médicos.