Durante los meses de verano es normal que ciertas afecciones sean mucho más habituales que en otros meses del año. De esta manera es bastante común que los niños sufran otitis, hinchazones en la piel a causa de las picaduras o cierto malestar estomacal debido a la ingesta de algún alimento en mal estado.
Sea como fuere hay que tener mucho cuidado con los más pequeños de la casa e intentar evitar que puedan sufrir algún tipo de trastorno que incida de manera negativa en su salud.
El trastorno o afección más habitual entre los niños
Es bastante normal que los niños durante el tiempo que duran sus vacaciones de verano sea vean afectados por la famosa diarrea. El cambio en los hábitos alimentarios y la presencia de diversos virus como los presentes en las piscinas, provoca que haya niños que sufran dichos problemas estomacales.
En el caso de que el pequeño sufra diarrea, es importante que beba mucho líquido para evitar una posible deshidratación. Si todo va bien, la diarrea debería desaparecer en un par de días.
Otitis
Otras de las afecciones más comunes en verano entre los niños es la otitis, en particular la externa. Los niños pasan mucho tiempo debajo del agua ya sea en la piscina o en la playa, provocando la inflamación de la parte externa del oído. La otitis suele generar mucho malestar y dolor y es posible prevenirla mediante el uso de tapones para el agua. La otitis se suele tratar mediante antibióticos y antiinflamatorios.
Picaduras de insectos
Las altas temperaturas propias del verano hace que los insectos proliferen y con ello las temidas picaduras. Las mismas suelen provocar un enrojecimiento de la piel y un cierto hinchazón. Los mosquitos son los más activos y es por ello que hay que prevenir que los niños sufran tales picaduras. Es importante evitar que se rasquen ya que podrían provocar una fuerte infección en la zona. A día de hoy se suelen usar repelentes en forma de barra o de crema para ahuyentar a los citados mosquitos.
Es bueno también el poner en las habitaciones de los pequeños enchufes con insecticidas además de colocar mosquiteras en las ventanas. En el caso de que el niño sufra una picadura de un insecto, se aconseja aplicar en la zona una pomada que contenga corticoides para rebajar la inflamación y tratar la infección.
Picaduras de medusas
Otra de las picaduras más habituales durante el verano suelen ser las provocadas por las medusas. Estas picaduras son bastante dolorosas y deben tratarse con agua salada. Para reducir el fuerte picor y la inflamación, es bueno el aplicar algo de frío en la zona afectada.
Golpe de calor
Durante los meses de verano, una prolongada exposición a las altas temperaturas puede provocar un golpe de calor en el niño. Los síntomas más habituales son la fiebre alta, dolores de cabeza, vómitos, nauseas y convulsiones. Si el niño sufre un golpe de calor, lo primero que deben hacer los padres es rebajar la temperatura corporal del pequeño.
Para ello, deben colocar al pequeño en un zona con sombra y mojarle la ropa, además de aplicar un poco de hielo en la cabeza. La ingesta de líquidos es clave para evitar que el pequeño pueda sufrir una deshidratación.
En definitiva, estos son algunas de las afecciones o trastornos más comunes en verano y que pueden sufrir los más pequeños de la casa. Es labor de los padres el evitar en la medida de lo posible que sus hijos sufran algunas de tales afecciones típicas del verano. Por suerte, la mayoría de tales afecciones no suelen suponer un peligro serio para la salud de los pequeños.