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ALERGIAS

Alergia al huevo

Alergia al huevo
Lucía Pérez Villoria
Última actualización: 15 Abril 2019
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Hacemos un análisis muy exhaustivo de la alergia al huevo: sus síntomas, el porqué, cómo se realiza su diagnóstico y qué le ocurre a nuestro cuerpo.

El huevo tiene un alto valor nutritivo, debido a la alta cantidad de proteínas que contiene. Nos aporta todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita para un buen estado nutritivo. Contiene vitaminas A, B y D, y minerales como magnesio, potasio, calcio, hierro, fósforo y zinc. El huevo está presente en mucho de los alimentos que consumimos diariamente : en la bollería, el pan, la pasta, los embutidos, los helados, los caramelos, las gelatinas, los quesos, los flanes, las salsas, la margarina, las sopas, en algunos cafés de cafetería y en algunas bebidas alcohólicas, como el vino o la cerveza. Pero no sólo eso, también lo podemos encontrar en muchos cosméticos que utilizamos habitualmente (jabones, champús, cremas, etc.) e incluso en algunos medicamentos. Pero, ¿qué ocurre si eres alérgico?

Qué ocurre en nuestro cuerpo

La alergia al huevo es una reacción que nuestro cuerpo produce ante la ingesta de huevo o al contacto con el mismo. Nuestro organismo produce un anticuerpo, la inmunoglobulina E (IgE), que ataca al alérgeno produciendo reacciones adversas.

¿Por qué se produce la alergia al huevo?

Ante un primer contacto con el alimento, nuestro cuerpo aumenta su sensibilización. Además es un alimento altamente consumido por su bajo coste y su gran utilidad para muchos platos y otros productos. La sustancia del huevo que produce alergia más comúnmente suele ser la proteína albúmina, que se encuentra en la clara del huevo, aunque se han detectado hasta 24 proteínas diferentes en la clara que pueden provocar alergia. También es posible desarrollar alergia a algún tipo de proteína de la yema. Además, la proteína albúmina está presente en la mayoría de los huevos de ave, por lo que la alergia no sólo se manifiesta con el huevo de gallina, que suele ser el tipo de huevo más consumido.

Niños pequeñosEsta alergia es más frecuente en niños

Signos y síntomas de la alergia

Los síntomas de la alergia al huevo, como en otras alergias, puede oscilar desde síntomas leves hasta otros más graves que ponen en peligro la propia vida. Suelen manifestarse durante la primera hora tras la ingesta del huevo. Entre los síntomas más frecuentes están:

  • Síntomas cutáneos: urticaria, eccema, enrojecimiento, hinchazón de labios, párpados y pómulos, dermatitis atópica, irritación nasal, lagrimeo.

  • Síntomas digestivos: dolor de vientre o estómago, vómitos, náuseas, diarrea, picor alrededor de la boca.

  • Síntomas respiratorios: suelen ser menos frecuentes pero puede a aparecer estornudos, moqueo nasal, conjuntivitis, tos, cambios en la voz, respiración sibilante, dificultades para respirar, opresión torácica, asma, hipotensión, mareos.

  • Síntomas neurológicos: migrañas y problemas de sueño.

En casos extremos se puede entrar en un estado de anafilaxia, que pone en peligro la vida de la persona. Se trata de un estado que inicia y progresa rápidamente, con afectación de dos o más órganos. Hablamos de shock anafiláctico cuando existe afectación circulatoria (desfallecimiento, pérdida del conocimiento, pulso débil, arritmia y bajada de tensión). Este estado requiere de atención médica inmediata y urgente, ya nos sitúa en riesgo de muerte. En estos casos, deberá inyectarse de forma inmediata la dosis debida de adrenalina. En casos más extremos, nuestro médico habitual puede recetarnos un autoinyector de adrenalina (o epinefrina) con la dosis recomendada acorde a la edad, al peso, a las características del alérgico y a la valoración del riesgo. Éste se deberá llevar en todo momento y el médico deberá instruir tanto al alérgico como a las personas de su entorno en el reconocimiento de los síntomas y en la forma de administración.

A qué edad es más frecuente desarrollar alergia al huevo

La alergia al huevo constituye el tipo de alergia alimentaria más común en niños de entre 1 y 2 años, aunque generalmente suele desaparecer entorno a los 5 o 6 años. En algunos casos, esta alergia puede ser crónica. Además, se desarrolla en los primeros consumos de huevo, que suele ser en el primer año de vida del niño. Es menos común la aparición de edades adultas, aunque no es descartable.

Sufrir dermatitis atópica, tener un familiar alérgico al huevo o tener alergia a algún otro alimento, constituyen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir este tipo de alergia.

Pruebas de alergiaDebemos hacernos pruebas de alergia todos los años para ver su evolución

La prevalencia de este tipo de alergia oscila entre 0.5 % y el 2,7 % de la población infantil. Además, se ha observado que la tolerancia al huevo cocido es mayor que al huevo crudo o cocinado de otras formas. En este sentido, un niño con alergia al huevo podría consumir huevo cocido sin manifestar los síntomas de la alergia aun siendo alérgico al huevo.

Diagnóstico

Para diagnosticar la existencia de una alergia al huevo, el médico realizará un estudio alérgico completo que consiste en la realización de diversas pruebas. Se examinará cuidadosamente la historia clínica del paciente, pruebas cutáneas con alimento fresco, pruebas serológicas (IgE específica en sangre) y pruebas de exposición (ingesta de huevo). Estas pruebas deberán realizarse en condiciones controladas, pues no sabemos la reacción que pueda tener el alérgico. Además, estas pruebas deberán realizarse anualmente para observar la evolución de la alergia.

El tratamiento indicado es la total restricción del alimento que causa la alergia

Para evitar las consecuencias negativas de la ingesta de huevo, debemos evitar su ingesta y de todos los alimentos que lo contengan. Si esta ingesta se produce, deberá tratarse el daño causado.

Si eres alérgico al huevo, deberás leer atentamente las etiquetas de los alimentos y evitar todo aquel que contenga: lecitina (excepto de soja), lisozima, albúmina, coagulante, emulsificante, livetina, vitelina, excipiente E-161.

Asimismo, se puede reemplazar el huevo por otros alimentos ricos en proteínas similares y así conseguir una dieta sana y equilibrada.

Se recomienda también que la persona alérgica lleve consigo una pulsera o una placa que indique su tipo y grado de alergia de cara a prevenir una reacción, sobre todo en niños que pueden no percibir el daño real o ser menos atentos en este aspecto.

Además, es importante saber que algunas de las vacunas más comunes, como la vacuna antigripal, la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola, paperas, la de fiebre amarilla y algunas presentaciones de la de hepatitis A, al ser cultivadas en embrión de pollo, pueden contener pequeñas cantidades de proteína de huevo. Aunque por lo general son toleradas por los alérgicos, es importante que el personal sanitario tenga constancia de la existencia de esta alergia.

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