Las alergias están a la orden del día, al fin y al cabo al menos una tercera parte de la población padece algún tipo de reacción alérgica. En general con el uso de antihistamínicos y vigilando las épocas de mayor incidencia de los alérgenos comunes -que suelen ser de origen natural- se puede llevar una vida de lo más normal y sin mucha problemática. Pero dentro de estas pueden surgir verdaderos problemas cuando la reacción alérgica se origina hacia el consumo de ciertos medicamentos: los antiinflamatorios. Siendo su consumo bastante frecuente y su presencia en los botiquines caseros casi permanente, desarrollarla hacia estos puede ser bastante incapacitante y, resulta que la más común suele ser la intolerancia la aspirina.
La aspirina, o ácido acetilsalicílico, es un AINE (Antiinflamatorio no esteroídeo) y su funcionamiento, que se basa esencialmente en el bloqueo de las ciclooxigenasas, puede llegar a ser muy dañino para el estómago cuando se abusa de forma continuada de este. Por eso es habitual que, con el tiempo, las personas propensas al consumo exagerado de estos medicamentos acaben generando lo que, a simple vista, parece una reacción alérgica. No es exactamente igual, debido a que el origen es la irritación del estomago. Pero a efectos prácticos produce efectos muy parecidos y que, a la larga, pueden comprometer la vida. Pero, ¿qué efectos produce la "reacción alérgica" tras el consumo de la aspirina?
Efectos que provoca la intolerancia al ácido acetilsalicílico
Como la mayoría de alergias, los efectos que se producen en el cuerpo pueden ser de muy diversa índoles. Siendo el menos común, pero más grave, el colapso cardiovascular de tipo anafiláctico, las ramas en las que se dividen son muy diversas. Se manifiestan esencialmente de dos modos aparte del mencionado: reacciones respiratorias o en la piel. Es poco habitual que pacientes que hayan desarrollado uno de los tipos pueda añadirse de un segundo tipo, pues no suele cambiar con el tiempo salvo que sea producido por el consumo de otros medicamentos.
Dentro de los efectos producidos en el sistema respiratorio los síntomas más habituales, que surgen tras un par de horas desde la ingestión de la aspirina, son la obstrucción nasal, moqueo, enrojecimiento de los ojos, tos, presión en el pecho y sensación de ahogamiento. Aunque sean leves, se suele necesitar intervención médica temprana para evitar problemas mayores. Respecto a la piel, lo más común es la urticaria. Pero pueden añadirse la hinchazón de la piel y, sobre todo, de labios y ojos. Estos últimos síntomas son muy comunes en la juventud.
La pregunta que surge ahora es: ¿Qué puedo hacer si soy alérgico al ácido acetilsalicílico? La problemática y la duda son, ante todo, normales. Cada vez que un dolor se sobreviene este es uno de los medicamentos más socorridos junto al ibuprofeno es, por ello, que verse incapacitado para su uso puede suponer sentimientos muy frustrantes si se padecen continuamente estos dolores.
¿Qué alternativas tengo?
Siendo sinceros, poca. Debido a que el ácido acetilsalicílico es un medicamento que, como hemos mencionado, está encuadrado dentro de los AINE, lo más habitual es que alguien que haya desarrollado una reacción alérgica a este la tenga también hacia todo el grupo, por lo que el espectro de analgésicos disponibles, o al menos con la suficiente potencia para surtir efecto, disminuye muchísimo.
Ante todo habría que comprobar primero con pruebas médicas si esta incapacidad es solo al consumo de la aspirina o, por otro lado, es a todos los demás. Una vez aclarado, y evitando siempre su consumo, habría dos opciones:
- Por un lado, y con la consulta de los expertos habituales, se podrían seleccionar solo medicamentos con una potencia muy leve que no active las reacciones pertinentes. Un ejemplo sería el paracetamol o el meloxicam que, incluso siendo de la misma familia, tienen una fuerza muy leve y en el 95% de los casos los pacientes con este tipo de intolerancia pueden tolerar su ingesta.
- Por otro lado habría que acceder a analgésicos que, en su funcionamiento, no inhibieran las ciclooxigenasas. Dentro de ese grupo podemos encontrar celecoxib y etoricoxib. También se llegan a un nivel de casi 100% de tolerancia para los afectados.
Siempre con cuidado
En general se da con todas las reacciones alérgicas, pero, siendo estas tan graves, hay que evitar en todo momento el contacto con los alérgenos. Siendo estos medicamentos la solución comodín para todo tipo de dolores, nos podemos ver tentados a usarlos incluso padeciendo estos trastornos con el pensamiento de que "Por una vez no pasa nada" pero, al contrario, las reacciones suelen ser cada vez más intensas conforme se va repitiendo su uso. Por ello hay que ser responsables y buscar alternativas no dañinas para nuestro cuerpo. Y siempre con ayuda.