Los purés son la solución a muchas comidas, tanto por su facilidad como por su aportación nutricional. Añadiendo más o menos alimentos, este manjar puede ayudar también a no almacenar cantidades de comida que luego posiblemente acaben en la basura o pasadas. Por eso se ha popularizado tanto este plato de cuchara. Aunque algunos lo llevan más al extremo: los potitos para bebé.
La dieta del potito
Existe una dieta basada en este genuino alimento para los más pequeños de la casa con la que, según afirman algunos expertos a favor del potito infantil, se pierde peso y se consigue la figura deseada. Los que están en contra de este sistema de alimentación no desmienten el hecho, solo que añaden -para aquellos incautos que quieran iniciarse en la moda de los purés para bebés sin preguntar sus consecuencias antes- que es un tipo de comida especial para niños, no para el metabolismo adulto.
Por lo tanto, su aportación nutricional y calórica no es la más recomendada para una persona adulta, ya que están especialmente diseñados para niños pequeños. La dieta milagro se basa en una ingesta diaria, durante un periodo de tiempo determinado, de unos 14 potitos o purés. Algunas celebrities como Gwyneth Paltrow, Madonna o Jennifer Aniston ya forman parte de este fenómeno de masas.
El problema principal es su contenido. Por cada potito de este tipo de purés para bebés, las calorías que contienen rondan las 100 k/cal, cuando realmente nuestro cuerpo necesita unas 1600 k/cal diarias -con lo que se dejaría de consumir una parte importante del aporte nutricional necesario para el metabolismo humano adulto, además de que consumir más cantidad no implica una alimentación estable -. Hay quien utiliza este alimento como método adelgazante. Pero la realidad no es así, ya que se produce un efecto rebote, porque cuando terminas ese periodo de dieta donde ingieres unos 14 potitos diarias, el cuerpo pide alimentos con más proteínas y calorías.
Purés para adulto
Lo ideal es ingerir los potitos o purés de manera casera. Aunque los potitos comerciales pueden ser una buena opción para muchas personas. Eso sí, se pueden tomar como método de sustitución para otras comidas, como las horas de la merienda o el almuerzo. También se pueden utilizar como acompañamiento a un plato principal en comidas y cenas, ya que daría más sabor y sus nutrientes se podrían amoldar a nuestra alimentación básica gracias al acompañamientos, como carnes, pescados, pastas o arroces.
A pesar de ser toda una ventaja alimentaria para las personas ancianas o con problemas para masticar y tragar, hay ciertas marcas infantiles que se han dedicado a una línea en exclusiva para adultos. Otras especializadas en el sector suelen venderse en establecimientos farmacéuticos, donde la etiqueta figura básicamente como dedicado a personas de la tercera edad.
Los purés los podemos encontrar en una infinidad de sabores más elaborados. Comenzando por los más típicos, que se componen de pescado, carne o verduras, también se adaptan fácilmente otros sabores con texturas de las comidas de adulto. En un simple tarro de cristal típico de potito también podemos degustar ternera con salsa a la jardinera, lomo con patatas, pollo con arroz, merluza en salsa verde. Toda una ventaja para muchas personas a las que no les gusta cocinar o que, simplemente, no tienen tiempo de preparar nada mejor.
Deportistas y no tanto
Se compone de nutrientes y alimentos necesarios para el desarrollo de un bebé, pero sus aportaciones son insuficientes para un adulto. Por eso hay marcas que se centran también en las necesidades de una persona adulta. Siguiendo los mismos procesos que en el caso infantil, este producto supone una ventaja para aquellos que defiendan este tipo de consumición.
También los hay para deportistas, ya que es comida con proteínas triturada, por lo que pasa directamente al estómago y se absorben mejor los nutrientes. Aunque no son de bebé, ya que necesitarían más proteínas que se quedan insuficientes en las proporciones de los purés infantiles. Por lo que se podría decir que los potitos para bebés no son realmente malos para un organismo adulto, pero siempre y cuando esa no sea la única vía de alimentación.