La epilepsia es un trastorno crónico cuya característica principal son las convulsiones no provocadas. Una persona es diagnosticada con epilepsia si sufre al menos dos crisis de convulsiones no provocadas por alguna condición médica ya diagnosticada, como la abstinencia de alcohol u otras drogas, o un nivel de azúcar en sangre extremadamente bajo.
Las convulsiones en la epilepsia tienen una causa normalmente desconocida, aunque pueden estar relacionadas con una lesión cerebral o una herencia genética. Se conoce que las convulsiones tienen su origen en el cerebro, y dependiendo de qué parte del cerebro se ve afectada, de su propagación y del tiempo de duración, las convulsiones serán de un carácter diferente.
Muchas personas con epilepsia tienen más de un tipo de convulsión y también pueden tener otros problemas neurológicos. Es frecuente que entre un grupo de personas con epilepsia se tengan similares resultados en la prueba de electroencefalograma, en la historia clínica, en los antecedentes familiares y en las perspectivas de vida. En estas situaciones, su condición puede definirse como un síndrome de epilepsia específico.
Una dieta equilibrada y variada ayuda al cuerpo y al cerebro a funcionar mejor, y esto nos ayuda a sentirnos mejor y mantenernos sanos. Por tanto, la alimentación también puede ayudar a reducir el riesgo de convulsiones en algunas personas con epilepsia. La epilepsia es una condición muy individual y no existen alimentos específicos que generalmente desencadenen convulsiones, pero controlar la alimentación aumenta la seguridad de las personas epilépticas.
¿Cómo afecta la dieta a la epilepsia?
Una dieta equilibrada proporciona diversos beneficios a todo el mundo, y aunque no se relacione directamente la buena alimentación con la disminución de las convulsiones epilépticas, no hay duda de que no afectará negativamente a la vida de la persona epiléptica. Algunos de estos beneficios pueden ser:
- que proporciona nutrientes esenciales y mantiene los niveles de energía constantes
- Una dieta equilibrada puede ayudar a mantener un patrón de sueño regular, y dormir lo suficiente puede ayudar a reducir el riesgo de convulsiones en algunas personas
- Te sentirás anímicamente más positivo, con una capacidad de concentración mayor y con una mayor sensación de tener el control sobre la vida propia y las decisiones sobre la forma de hacer frente a la epilepsia
¿Qué alimentos debe evitar una persona epiléptica?
Según la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP), algunos alimentos pueden desencadenar episodios epilépticos por lo que es conveniente evitarlos y seguir una dieta equilibrada y saludable basada en carbohidratos, grasas saludables, proteínas, verduras y frutas. Los alimentos que se deben evitar son los siguientes:
- Carbohidratos refinados. Las personas con un bajo índice glucémico en la sangre muestran menos convulsiones, por tanto, tener un índice fluctuante de glucosa puede desencadenar convulsiones. Para equilibrar los niveles de glucosa en la sangre es importante evitar alimentos con un alto índice glucémico, como la pizza, los refrescos, el pan blanco, la bollería, el arroz blanco, la pasta blanca o las papas fritas. En su lugar, es mejor optar por las variantes integrales del pan, la pasta, los cereales o el arroz, y añadir a la dieta legumbres, yogur y nueces.
- Ciertas frutas y verduras. La mayoría de las frutas y verduras no suponen ningún riesgo porque poseen un bajo índice glucémico. Sin embargo, hay ciertas verduras y frutas que se encuentran en el rango de glucemia media o alta, como los mangos, las pasas, los plátanos, el puré de patatas y los dátiles, que se deben evitar si se tiene epilepsia.
- Glutamato monosódico. Se trata de un aditivo alimentario que se utiliza como saborizante y conservante en una gran variedad de alimentos. En un estudio realizado a ratas y publicado en 2004 concluyó que el exceso de glutamato monosódico altera físicamente los nervios de estos animales y llegando a provocarles convulsiones epilépticas. Aunque no se haya determinado una cantidad concreta de este aditivo perjudicial para las personas, es recomendable que las personas con epilepsia eviten estos productos.
- Nueces de ginkgo. En una investigación publicada en 2001 en la revista "Epilepsia" se informó de que el consumo de una gran cantidad de nueces de ginkgo puede causar vómitos y convulsiones unas cuatro horas después de comerlas. Son unas nueces que se consumen especialmente en países asiáticos como Japón y China. Estas nueces provocaban convulsiones en personas que no tenían antecedentes de epilepsia, por lo que se piensa que pueden ser tóxicas para el sistema nervioso, por tanto, si se viaja a alguno de estos países es mejor no probarlas.
La dieta cetogénica para tratar la epilepsia
En el año 1921 se comenzó a utilizar la dieta cetogénica como tratamiento anticonvulsivo. Se trata de una dieta extremadamente alta en grasas y difícil de llevar porque las personas deben comer unas cuatro veces más grasas de las que suelen ser normales en una dieta. Además, esta dieta no proporciona todas las vitaminas que un cuerpo necesita, por lo que se hace prácticamente obligado recurrir a suplementos vitamínicos sin azúcar para equilibrar los nutrientes diarios necesarios.
¿Por qué funciona la dieta cetogénica?
Realmente no se sabe muy bien por qué es tan efectiva esta dieta como tratamiento anticonvulsivo. Se piensa que al reducir la cantidad de carbohidratos que consume una persona, el cuerpo se ve obligado a quemar grasas para obtener energía. Este proceso se llama cetosis. Esta cetosis es el mismo proceso que se activa cuando una persona hace ayuno, a propósito o por inanición, de hecho, el ayuno ha sido el tratamiento tradicional a las convulsiones durante siglos.
Los inconvenientes de la dieta cetogénica
La dieta cetogénica requiere de una gran precisión a la hora de pesar los alimentos que se van a consumir, son necesarias las cantidades exactas para que la dieta obtenga buenos resultados.
Otro inconveniente es que saltarse la dieta, aunque sea de manera insignificante como comerse un trozo minúsculo de galleta, puede desencadenar un ataque epiléptico.
Es decir, hay que ser extremadamente minucioso cada día para alimentarse. Esto supone un desafío enorme para la mayoría de pacientes epilépticos al igual que para sus familias y entorno más cercano, especialmente si el paciente es un niño que, por ejemplo, no ve lo malo que puede ser aceptar un caramelo que le ofrezca un amigo.
Comenzar con la dieta cetogénica
Esta dieta rica en grasas y baja en carbohidratos no es una dieta que pueda seguirse sin el control de un médico o nutricionista. No es una dieta que para toda la vida porque la gran cantidad de grasas que se ingieren elevan los niveles de colesterol de los pacientes. Por ejemplo, hay que tomar mucha mantequilla al día, algo que normalmente no sería muy saludable.
Un dietista adaptará esta estricta dieta a menús reales, para que pueda comer los productos permitidos con la mayor normalidad posible. Lo más importante a la hora de empezar la dieta cetogénica es hablar con un profesional médico que te guiará en todo momento.