El sistema inmune es el encargado de protegernos de los agentes externos que pueden debilitarnos y enfermarnos. En ocasiones el sistema inmune tiene una respuesta repentina y grave que se produce a causa de alégrenos y esto se conoce como anafilaxia. Es muy importante conocer los síntomas, las causas, el tratamiento y cómo prevenirlo para evitar que existan complicaciones más graves.
Síntomas
La anafilaxia puede afectar múltiples partes del cuerpo y procesos, que incluyen: la piel (erupciones, picores o hinchazón), respiración (tos, sibilancias, dificultad para respirar), corazón (ritmo cardíaco irregular, hipotensión o dolor de pecho), abdomen (naúseas, vómitos o calambres), salud mental (dolores de cabeza, confusión o mareos). Los síntomas más comunes son la hinchazón, los problemas respiratorios o la hipotensión.
Si tienes algunos de estos síntomas necesitarás atención médica de emergencia, incluida una inyección de epinefrina, de inmediato. Saber qué desencadenó la reacción puede ayudar a evitar un episodio futuro, al igual que otros métodos de prevención.
Causas
Cuando se expone por primera vez a un alérgeno, tu cuerpo puede desarrollar células inmunitarias que son específicas del alérgeno. A continuación, tendrás síntomas de alergias con exposiciones posteriores. No se entiende bien por qué algunas personas desarrollan alergias y otras no. Si desarrollas una alergia, tu cuerpo desarrollará anticuerpos conocidos como inmunoglobulina E (IgE), que responderán cada vez que tu cuerpo esté expuesto al alérgeno. La inmunoglobulina E reacciona a la exposición activando los basófilos y los mastocitos, que son parte de los glóbulos blancos de tu cuerpo.
Los basófilos y los mastocitos liberan mediadores que causan cambios en el cuerpo que se relacionan directamente con los síntomas asociados con una reacción alérgica. Los mediadores involucrados en la anafilaxia incluyen:
-Histaminas: picores, enrojecimiento, presión arterial baja, dolor de cabeza, secreción nasal y broncoespasmo.
-Tryptase: niveles más altos con casos más severos de anafilaxis, excepto en alergias alimentarias.
-Factor activador de plaquetas: niveles más altos con casos más graves de anafilaxia.
-Óxido nítrico: causa hipotensión relacionada con la dilatación de los vasos sanguíneos.
-Metabolitos del ácido araquidónico: causa broncoespasmo, hipotensión y eritema.
No todas las alergias causarán anafilaxia, pero si experimentas un empeoramiento de los síntomas con la exposición repetida a un alimento, medicamento o picadura de insecto, es posible que exista anafilaxis y debes evitar el alérgeno.
La anafilaxia también puede implicar una reacción no relacionada con IgE con las células T del sistema inmune. Los agentes comunes que pueden causar anafilaxis no IgE incluyen: aspirinas, ibuprofenos, imágenes radiográficas (rayos X, tomografías, resonancias magnéticas, etc.), terapia de inmunoglobulina IV, heparina, alergia a las membranas de diálisis. La activación de las células T provoca el mismo tipo de activación de los basófilos y los mastocitos descritos anteriormente.
Tratamiento
La anafilaxia es una emergencia médica. Se desarrolla y progresa rápidamente y puede ser fatal. Las ronchas, la hinchazón y las sibilancias son los síntomas que con mayor frecuencia llevan a las personas a un caso de anafilaxia. La administración inmediata de epinefrina (adrenalina), el único tratamiento para la anafilaxia, es necesaria y vital.
Aquellos que tienen un riesgo conocido reciben un EpiPen, Auvi-Q u otro autoinyector, por lo que tener a mano este medicamento puede salvarles la vida en todo momento. Se debe administrar en el muslo, directamente a través de la piel, aunque se puede inyectar a través de la ropa si es necesario.
Si tienes epinefrina disponible o no, es imprescindible llamar a emergencias médicas inmediatamente. Mientras esperas la ayuda, la persona debe recostarse y elevar las piernas, y el alérgeno dañino (si se conoce) debe eliminarse. El pulso y la respiración deben ser seguidos.
Prevención
Para poder prevenir la anafilaxia es necesario saber qué es lo que lo causa, solo así se podrán tener estrategias de evitación. Estas estrategias de evocación pueden incluir cambios en la dieta, cambios en los medicamentos, usar ropa protectora cuando estés al aire libre, etc. Habla con tu médico para saber cuáles pueden ser las mejores opciones para ti.