Los ansiolíticos son fármacos cuya función principal es la de actuar sobre el sistema nervioso cuando nos enfrentamos a una situación de estrés prolongada o cuando padecemos un cuadro de depresión. Por el estilo de vida que actualmente llevamos, los ansiolíticos forman parte de nuestro día a día, ya que muchos de nosotros tenemos un ritmo vital frenético.
Hay muchos bulos y mitos alrededor de los ansiolíticos y lo antidepresivos. Algunos dicen que pueden provocar somnolencia, cansancio e, incluso, disfunción eréctil, pero lo que más nos preocupa cuando empezamos a medicarnos con ansiolíticos es ¿Me harán engordar?
Pues bien, desde Bekia hoy vamos a analizar el funcionamiento de los ansiolíticos en el organismo humano y podremos saber definitivamente si los ansiolítcos engordan o no.
¿Los ansiolíticos engordan?
Cuando empezamos a tomar fármacos ansiolíticos es porque nuestro nivel de vida es demasiado estresante, nos encontramos en un nerviosismo constante y nuestro sistema central se resiente. La manera que tienen de actuar los ansiolíticos en nuestro organismo es bloqueando en el sistema central ese nerviosismo para que este se enlentezca y reduzca su funcionamiento. Al estar más lento nuestro sistema nervioso, nuestro organismo estará mucho más relajado y sus funciones también. Esto puede ser uno de los motivos por los que cuando empecemos a tomar ansiolíticos notemos que comenzamos a aumentar de peso. El aparato digestivo también va a funcionar de manera más lenta, por lo tanto cuando vayamos a digerir los alimentos que consumimos estos nos van a engordar más.
Por otro lado, al encontrarnos más relajados tendremos más necesidad de estar sentados, dormidos, llevando un ritmo de vida más sedentario debido a que nuestro organismo no va a tener la energía y la vitalidad que tenemos normalmente. Esto también puede convertirse en uno de los motivos que nos haga engordar, ya que nuestro gasto de energía y de calorías va a ser mínimo y, cuanto menos nos movamos, más aumentamos de peso.
La composición de las pastillas ansiolíticas es otro de los motivos por los que quizás veamos que estamos engordando desde que empezamos a tomar ansiolíticos. Aquellos ansiolíticos que contienen clozapina y olanzapina porque uno de los efectos secundario más comunes de este fármaco es el aumento del apetito. Aquella persona que consuma este tipo de ansiolítico va a pasar el día queriendo comer y, por norma general, alimentos indebidos ricos en grasas insaturadas y poliinsaturadas. Esto hará que aumentemos de peso si o si.
Por último, otro de los motivos por los que podemos aumentar de peso de manera considerable cuando comenzamos a tomar fármacos ansiolíticos es porque estos actúan en las hormonas y, en algunos casos, si afectan a la glándula tiroidea o tiroides, estamos perdidos. Esto quiere decir que nuestro cuerpo va a estar generando insulina de manera disparatada por lo que vamos a vernos muy afectados por ello y nuestro peso lo va a notar mucho.
Cuando comenzamos a tomar ansiolíticos, al principio puede que no notemos nada de estos efectos que estamos describiendo, ya que el aumento de peso relacionado con los ansiolíticos se produce de manera lenta, pausada. Cuanto más largo sea nuestro tratamiento más posibilidad de aumentar de peso tendremos.
Finalmente, como conclusión a la pregunta de si los ansiolíticos engordan o no la respuesta es, depende de la persona, del cómo responda el organismo de cada uno y del tipo de ansiolítico que estamos tomando. Para ello, si comenzamos a tomar un tratamiento ansiolítico os aconsejamos que intentemos por todos los medios llevar una alimentación saludable, basada en frutas, verduras y proteínas de calidad y que no nos quedemos sentados en el sofá o tumbados en la cama esperando a salir de esta situación. Salir a andar, correr, ir al gimnasio pueden convertirse también en una gran terapia para combatir la ansiedad y, además nos va a hacer muy bien en nuestra salud.