La artritis psoriásica es un trastorno de las articulaciones, de tipo inflamatorio y crónico, provocado por el sistema inmunitario. Generalmente se produce en pacientes (alrededor de un 15%), que padecen psoriasis. La psoriasis es una afección producida en la piel. Se evidencian manchas rojas y blancas, como eccemas.
La artritis psoriásica puede ser leve o más agresiva y normalmente, afecta a brazos, codos, manos, piernas, rodillas y pies, columna vertebral, caderas, hombros y muñecas. Incluso puede llegar a afectar a ojos, uñas y cuero cabelludo. Se manifiesta con dolor en las articulaciones y causa rigidez e hinchazón. La franja de edad de aparición se encuentra entre los 30 y 50 años. Puede, no obstante, aparecer en la niñez. Los síntomas de cada persona pueden variar.
Sintomatología
La artritis psoriásica, afecta a partes de la anatomía puediendo causar dolor, dificultad de movimiento, aumento de la temperatura corporal y posible deformación. En otros momentos el proceso no es tan dañino y se paraliza. Pueden elaborarse una clasificación de las manifestaciones en las que se visualiza este tipo de enfermedad :
-Afecta a las interfalángicas distales de las manos.
-Afecta a algunas articulaciones de las extremidades, artritis oligoarticular asimétrica. Ésta es la más frecuente.
- Artritis simétrica.
-De tipo destructivo, deformante, artritis mutilante. Ocurre rara vez.
-Afecta a la columna y articulaciones de la pelvis o sacroilíacas.
El dermatólogo tendrá mayor implicación en casos cutáneos, el reumatólogo en aspectos articulares. Cuando afecta al hueso, puede derivar en la inflamación de la inserción del tendón de Aquiles. Puede evidenciarse en dolor en el pie, dedos de manos y pies hinchados y dolor lumbar. Este tipo de pacientes pueden presentar los siguientes síntomas :
-Fatiga.
-Anemia.
-Cambios de humor.
-Inflamación.
-Aumento en la probabilidad de padecer presión arterial alta, colesterol elevado, obesidad o diabetes.
-Aumento en la probabilidad de articulaciones rígidas y debilidad muscular.
Diagnóstico
Los reumatólogos, quienes suelen hacerse cargo del diagnóstico, buscan daños en las articulaciones, cambios en la piel y uñas, existencia de dolor o inflamación en diversas zonas corporales. El diagnóstico temprano es esencial para una adecuada intervención y tratamiento. Ciertas investigaciones refieren daños más severos con el tiempo, cuando se halla inflamación.
Casi la mitad de personas que sufren artritis psoriásica tiene antecedentes familiares, bien de psoriasis o artritis. Pero además si el sistema inmunitario se infecta, también puede tener lugar, como cuando existe infección de garganta por estreptococos y deriva en psoriasis. Es importante prestar atención a marcas inusuales en la piel y consultar al médico pertinente.
Tratamiento de la artritis psoriásica
En España alcanzan aproximadamente el número de 80000 personas quienes padecen artritis psoriásica. Es necesario un tratamiento para que la enfermedad pueda controlarse. Para tratar esta enfermedad con rigor y elaborar un diagnóstico adecuado suelen tomarse radiografías, realizarse resonancias magnéticas, ultrasonido, tomografía y analíticas de sangre. Los análisis son precisos para descartar otras enfermedades como la gota o la artritis reumatoide.
El tratamiento que se indica en este tipo de pacientes varía en función de su sintomatología, es decir, si existe dolor, hinchazón..., de las zonas afectadas. El especialista, reumatólogo y/o dermatólogo serán quienes se encarguen de explorar y confirmar la existencia de inflamación en las articulaciones, psoriasis en determinadas partes del cuerpo y sensibilidad. Se utilizan, entonces, antiinflamatorios como el ibuprofeno o naproxeno.
Si la artritis no responde como debiera, se puede recurrir, previa receta médica, al uso de fármacos antirreumáticos como la sulfasalazina y leflunomida. Para la artritis psoriásica grave puede ser de utilidad la azatioprina. Con infusión o inyección pueden usarse inhibidores como adalimumab y certolizumab (cimzia), para artritis y psoriasis cutánea. En algunos casos puede ser necesaria la cirugía. Ésta puede ayudar a reparar o reemplazar articulaciones seriamente afectadas. Respecto a medicamentos, destacan:
-La inyección biológica, secukinumab.
-El ustekinumab, cuya administración puede hacerla el médico en su consulta.
-El abatacept.
-Inyecciones de corticoesteroides.
Medidas necesarias a llevar a cabo
La persona afectada debe tener un especial cuidado e higiene de la piel. Algunas medidas que pueden resultar de utilidad son las siguientes :
-Utilización de desodorantes y jabones suaves.
-Uso de un humidificador.
-Permanecer poco tiempo al sol.
-Uso de un maquillaje para ocultar las marcas.
-Realizar baños para la higiene diaria.
-Aplicación de aceite de bebé.
- Atención a síntomas emocionales como el desánimo y la depresión y enfermedades asociadas a la misma, como la osteoporosis, problemas gástricos, déficit alimentario...
- Abandono del tabaco y alcohol.
-Mantenimiento del peso adecuado a la edad y complexión física.
- Reposo.
-Uso de plantillas en los zapatos para lograr una mejor pisada.
-Acoplación de férulas de material elástico para la inmovilización de la articulación.
-Aplicación de frío sobre la articulación caliente.
- Fisioterapia.
-Ejercicio físico diario, alrededor de media hora, es muy importante para regular el movimiento de las articulaciones. Hacer ejercicios es esencial, nadar, caminar, pedalear en la bicicleta estática... Los ejercicios de yoga y estiramientos ayudan a la relajación.
- Terapia ocupacional, en la que se da una doble labor, social y psicológica, en la que se le explica al paciente cómo protegerse y evitar lesiones, es decir, adaptación a la enfermedad y para la vida diaria.
- Terapia física, para el fortalecimiento de músculos, flexibilidad y protección de las articulaciones.
Daños psicológicos derivados de la artritis psoriásica
El estrés de tipo emocional es probable que se incremente en estas personas, al no deducir el futuro con la enfermedad. Con la afectación emocional, el paciente puede alejarse de su entorno más íntimo, esto puede provocarle ansiedad y terminar en depresión. Su familia y amigos deben estar a su lado y ofrecerle apoyo, escucha y ayuda física. Hablar con los seres queridos y otros enfermos puede resultar liberador y alentador. Para la mejora de su estado anímico no puede renunciarse al apoyo psicológico o psiquiátrico.
Las repercusiones en el terreno social y familiar se producen de cara al día a día. Cuando la enfermedad es visible, sobre todo con marcas en cara y zona genital, suman inseguridad y miedos a quien lo sufre. Algunas de estas consecuencias se enumeran a continuación :
-Sentimientos de desánimo ante la inexistencia de una cura.
- Rechazo social.
-Aumento de la probabilidad a desarrollar depresión.
-Dificultad para mantener relaciones sexuales, sobre todo placenteras.
-Problemas para ejercer profesionalmente de cara al público o en trabajos de manipulación de alimentos.
-Alteraciones en el sueño o descanso.
- Cansancio y falta de concentración.
- Nerviosismo.
Formar una familia con artritis psoriásica
Cuando una mujer que sufre artritis psoriásica se plantea ser madre tiene miedo, pero verdaderamente, puede concebir como otras mujeres. El índice de fecundidad es menor, no obstante, la falta de información respecto al tema, entorpece más el proceso. Durante el embarazo la enfermedad mejora, pero tras el parto ocurre justo lo contrario. El miedo a las madres a que sus hijos desarrollen la enfermedad es frecuente, sin embargo, la probabilidad es baja.
Las relaciones sexuales son necesarias y tienen ventajas a nivel de salud. En ocasiones este tipo de pacientes se bloquea y no se deja llevar, disfrutar y sentir. Puede llegar a sentir miedo, estrés, ansiedad o enfado. Los impedimentos que pueden ocurrir a la hora de relaciones sexuales, pueden deberse a causas físicas, psicológicas e incluso en consecuencia a la ingesta de ciertos medicamentos.
Diversos estudios ponen de relieve que las mujeres tienen miedo de no estar a la altura en el cuidado de sus hijos, transmitirles la enfermedad, que su enfermedad les perjudique para amamantar a sus hijos e incluso les condiciona pensar que la artritis empeorará durante su embarazo. Es por esto muy importante sincerarse con el especialista, hablar y consultar dudas para así poder tomar una decisión al respecto y con todos los datos sobre la mesa.
Si la persona se está medicando para la artritis psoriásica hay que hablar con el reumatólogo antes de decidir quedarse embarazada. La familia debe ser un apoyo, debe existir la comunicación y deben erradicarse estereotipos. Son muchas las mujeres que deciden abandonar el tratamiento para su enfermedad sin ni siquiera hablar con su médico, otras ven una traba su enfermedad y ni se plantean tener hijos.
Muchas mujeres, tras meditar y sin pedir opiniones de otras personas, deciden retrasar el momento de quedarse embarazadas ante la presencia de la enfermedad. Actualmente existen campañas como es el caso de #hoysipuedo, que apoyan a la mujer y el hecho de buscar y solicitar información, para poder decidir respecto a su maternidad sufriendo artritis psoriásica.
Datos a tener en cuenta respecto a la enfermedad
Como norma general el reumatólogo es la persona que atiende esta dolencia, no obstante, puede intervenir el dermatólogo y si existe necesidad, el paciente será derivado a otros profesionales médicos. No debe obviarse el diálogo desde el inicio de la enfermedad entre paciente y profesionales sanitarios. Tanto el profesional médico como el entorno cercano del paciente deben ser su soporte, pero para ello es necesario que el paciente no se cierre en banda y no tema enfrentarse a la enfermedad.
Es importante cuidarse física y mentalmente para continuar un ritmo de vida llevadero. No hay que desatender la higiene corporal ni la práctica deportiva. La salud emocional es primordial para hacer frente a este tipo de enfermedad, incluso el deporte al aire libre ayuda a lograr un estado anímico más positivo. Mantener un peso saludable, tratar la presión y colesterol son también aspectos a tener en cuenta.
Si la persona con artritis psoriásica quiere llevar un tratamiento idóneo, debe seguir las indicaciones que le prescriba su médico y cuidar su piel y alimentación. Muchos de los enfermos aquejados de artritis psoriásica evolucionan favorablemente. Incluso muchos de ellos no ven afectadas sus relaciones con otras personas, ni en sus relaciones sociales ni en las laborales.