Quizá la ducha fría sea poco apetecible para ti ahora mismo, y si tienes que darte una ducha fía alguna vez no es porque haya sido una decisión tuya precisamente (como por ejemplo, quedarte sin agua caliente en mitad de una ducha). Cuando esto te ocurre te enfadas, y con razón. Pero a partir de ahora, ese enfado no será tan importante porque la realidad es que ducharte con agua fría tiene beneficios para tu salud.
Las duchas calientes son en realidad un lujo, y no una necesidad. Durante gran parte de la historia de la humanidad, las personas se han bañado con el agua que encontraban disponible, sin pensar si estaba fría o caliente. El agua es un recurso preciado y no pensaban si estaba a la temperatura deseada.
Si te metes en un lago o en la playa, el agua estará fría, porque la naturaleza no la calienta a tu gusto. En el siglo I a. C., los griegos inventaron un sistema para que los baños públicos tuvieran agua templada o caliente, pero a pesar de esto, muchos de los griegos preferían bañarse con agua fría gracias a todos los beneficios que tenía para la salud.
Si a partir de ahora te duchas con agua fría, estarás haciéndote un favor. Si no crees que esto sea posible, a partir de ahora te pensarás dos veces si ducharte con agua caliente o fría... ¡porque los beneficios te aportarán mucho a tu salud si lo haces!
La ducha fría quema grasa
Hay dos tipos de grasa en tu cuerpo: la grasa blanca y la marrón. La blanca es la mala, y la marrón es la buena. La grasa blanca es la que quieres eliminar. Cuando se consumen más calorías de las que el cuerpo necesita para funcionar y no se quieren esas calorías para tener energía, se almacenan como grasa blanca, que tiende a acumularse en la cintura, la parte inferior de la espalda, el cuello y los muslos.
La grasa marrón es grasa buena que posiblemente no conocías. Su función es que tu cuerpo tenga calor y no sientas frío. Cuando la grasa marrón se activa debido al frío extremo, quema calorías para mantener el calor, lo que podría proporcionar una ayuda útil en tu plan de pérdida de peso. Existen estudios escandinavos que descubrieron que la exposición a temperaturas frías aumentaba el índice metabólico de la grasa marrón en quince veces, lo que podría ayudar a una persona a perder más peso.
Te recuperas antes después de hacer ejercicio
Los atletas suelen tomar baños de hielo después de un entrenamiento extenuante para reducir el dolor. No hace falta que tú tengas que hacer lo mismo para obtener un beneficio, puedes conseguirlo con una ducha fría rápida después de tus sesiones de entrenamiento.
Las duchas frías aumentan el estado de ánimo
Si te sientes un poco triste o cansado, con una ducha fría tu estado de ánimo mejorará y también tu estado de alerta, te sentirás con más energía y con más productividad. Tomar una ducha fría antes de ir a trabajar puede marcar la diferencia en tu vida. Gracias al agua fría en tu cuerpo, tu respiración se profundiza como respuesta al frío (tu cuerpo quiere estar caliente aumentando más el oxígeno). Tu frecuencia cardíaca también aumentará, lo que provocará un flujo de sangre a través de tu cuerpo que te ayudará a durante el día.
Las duchas frías fortalecen la inmunidad
Tendrás un sistema inmune más fuerte puesto que libera glóbulos blancos que combaten los virus y te ayudarán a enfermarte con menos frecuencia. Las duchas frías también aumentan la circulación sanguínea general, lo que puede ayudarte a evitar la hipertensión y el endurecimiento de las arterias.
¿Eres lo suficientemente valiente como para probarlo?