Está claro que la paternidad tiene un papel importantísimo en la vida de cualquier persona. Es un punto de inflexión muy significativo en el que la mayoría va a ver como cambia su vida radicalmente. Actualmente, podemos decir que la paternidad es una actitud, un rol que se desempeña con los hijos.
En algunas parejas hay hombres que adoptan actitudes que se suelen clasificar como maternales y mujeres que, por el contrario, actúan de forma más paternal. En las familias monoparentales, el hombre o la mujer tiene que ejercer ambos roles mientras que, en familias homosexuales normalmente uno adopta un papel más paternal y el otro más maternal. Dicho esto, hay una cosa clara y es que un hijo conlleva un gran esfuerzo tanto físico como psicológico pero la mayoría suele estar de acuerdo en que compensa.
El primer cambio que se sufre al ser padre es que ya no solo tenemos que cuidar de nosotros mismos. Ahora hay otra persona que dependerá de nosotros durante varios años y de la que tendremos que estar pendiente. Deberemos cambiar las prioridades y adaptarnos a esta nueva situación para gestionar nuestras fuerzas y por supuesto también nuestro dinero.
¿Qué beneficios nos aporta la paternidad?
Esta responsabilidad, casi con toda seguridad, va a conseguir que seamos más organizados, tendremos que llevar unos horarios adecuados y, en definitiva, tendremos que madurar. Este cambio nos obliga a llevar una vida más sana, a preocuparnos por la alimentación, el aire libre y las relaciones personales, entre otras cosas. Ya no estamos solos, ya no podemos comer cualquier cosa y a cualquier hora, ahora hay que organizar una dieta equilibrada para todos y esto, evidentemente, siempre es bueno. Comer sano y adecuadamente siempre influye positivamente en nuestra salud.
Otra cuestión importante de ser padre es que los niños necesitan un equilibrio emocional. Con la llegada de los hijos, tanto el padre como la madre empezará a preocuparse de si está a la altura de las circunstancias. Es necesaria una estabilidad emocional para poder ofrecer tranquilidad a los niños. Esto es importante desde le primer momento, el niño o la niña necesitará todo esto para crecer sano y feliz dentro de un buen ambiente. Esta nueva situación hará que como padre nuestra prioridad sea estar al cien por cien mentalmente, para ofrecer lo mejor de nosotros mismos.
Ejercicio y naturaleza
A partir de que el niño o la niña cumpla cierta edad y deje de ser un bebé, necesitará hacer ejercicio continuamente. Salir a dar un paseo, llevarlo al parque, enseñarle a montar en bicicleta o practicar cualquier deporte, es fundamental para los más pequeños y un padre puede y debe ejercer una gran labor en estas tareas. Sabemos que la actividad física en los niños es necesaria y que está directamente relacionada con su salud y también con el desarrollo de su coordinación. A la vez que conseguimos que el niño se divierta y haga ejercicio también aumentamos su autoestima y su capacidad de relacionarse con los demás. Al acompañar a nuestro hijo en estas prácticas, conseguiremos también un beneficio para nosotros, haremos ejercicio y estaremos al aire libre.
Estos hábitos van a influir directamente en nuestra salud, el contacto con la naturaleza desempeña un papel insustituible. Algunos estudios hablan de los efectos que tiene contra el estrés el estar rodeado de zonas verdes. Pasear por el campo o simplemente por un parque hace que baje la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Nuestra salud mental y el equilibrio emocional también mejoran con paseos al aire libre, caminar por la naturaleza repercute en nuestro bienestar. Los especialistas aconsejan realizar alguna actividad en zonas verdes, con vegetación, ya que esto ayuda a levantar nuestro ánimo.