Cuando a una persona se le recomienda la ingesta de algún medicamento a causa de una dolencia debe ser muy responsable en su uso. El médico será quien asesore en el modo de tomar los medicamentos y prescribirá la mejor hora para hacerlo o el intervalo entre las tomas (normalmente entre 6-8 horas o cada 12 horas). El organismo no responde igual cuando el fármaco se toma por la noche o por el día.
En el instante en que alguien acude al médico por dolor o malestar y se le receta algún fármaco, lo conveniente es prestar atención a los consejos del profesional. Los días de tratamiento y las horas a las cuales tomarlo deben seguirse a rajatabla para que no haya ningún riesgo a nivel de salud.
La hora de los medicamentos
Algunas veces se debe tomar el fármaco en ayunas (1 hora antes o 2 horas después de comer) y otras en las comidas, esto es, con el estómago con alimentos o en el mismo momento. Se evitarán así problemas gástricos. Por el contrario, hay medicamentos que solo se toman una vez al día. En tal caso, lo más sencillo es tomarlos cada día a la misma hora. Con esto habrá un seguro de no olvido.
Generalmente se recomienda ingerir el fármaco antes de comer en el caso de sedantes o analgésicos, es decir, medicamentos para dormir y tranquilizarse. Cuando una persona inicia un tratamiento farmacológico desea recibir los efectos para la pronta mejoría. Estar bien física y anímicamente jugará siempre a favor del enfermo.
Al ingerir medicación para conciliar más rápidamente el sueño procede evitar la siesta de las tardes y no acostarse muy temprano, lo mismo no abusar de la cafeína y tomar alguna infusión relajante. Al igual que este caso, existen otros donde el ser humano puede pensar en llevar una vida saludable en la cual tenga cabida el ejercicio y la alimentación equilibrada.
En el caso de tener que ingerir los medicamentos fuera de las comidas, solamente se puede beber agua. El alcohol, la leche, los zumos o el queso pueden interferir en el efecto de fármacos, como tranquilizantes o antibióticos. Pueden reducirse los reflejos en las personas.
Hablar con el profesional médico
En temas de salud lo más recomendable es hablar con el médico y no actuar por cuenta propia. Cuando un facultativo prescribe un tratamiento farmacológico hay que seguir sus instrucciones, leer el prospecto y consultar probables dudas. Puede ocurrir que algún medicamento genere efectos secundarios -sobre todo al principio del tratamiento-, en tal caso, será el médico o el farmacéutico quienes den unas pautas a seguir.
Exponiendo al médico o farmacéutico la situación, podrán realizarse las pertinentes consideraciones. El farmacéutico puede aconsejar un determinado medicamento, como jarabes, cremas o pastillas, siempre y cuando no se precise receta médica. En este punto su cometido es derivar al cliente a su médico de cabecera.
Condiciones adecuadas
No debe olvidarse conservar el fármaco en adecuadas condiciones. Su cierre ha de realizarse con cuidado y fuera del alcance de los niños -si los hubiese-. Lo mejor es que no se encuentre en un lugar de mucho calor o humedad. Pero sí en un lugar fresco. Es innecesario guardar todos los medicamentos inacabados. Pasado un tiempo caducan y no se reconoce su utilización. Por lo general, abierto el fármaco tiene poco tiempo para un uso productivo.
Si en algún momento se ha olvidado una toma la mejor opción es llevar a cabo el consumo si ha pasado poco tiempo o hacerlo cuando sea momento de la próxima. Lo que nunca hay que hacer es aumentar la dosis por el olvido. Es mejor tomar de menos que excederse y pese a encontrarse mejor, respetar la duración del tratamiento para no recaer.
En el caso de los niños, guardar jarabes por un largo tiempo no resulta la mejor opción ya que puede alterarse sus propiedades. Hay contenedores para medicamentos en las farmacias. Por lo cual, es una buena idea llevarlos y no acumularlos inapropiadamente en casa. El ayuntamiento, "a posteriori", se encargará de destruirlos.
La importancia de tomar los medicamentos a su debida hora
Cuando se consume el medicamento permanece un tiempo determinado en el organismo y después se elimina. La siguiente toma se realiza cuando termina el efecto de la anterior. La denominada "semivida" de un medicamento determina ese tiempo, cuando se reduce su concentración casi a la mitad.
Con algunos datos se puede calcular el tiempo hasta la siguiente toma. El paciente no debe abandonar el tratamiento por cuenta propia, ni continuarlo más días de los prescritos por el médico. Si continua sin encontrarse bien debe volver a pedir una cita. Probablemente se le cambie la medicación.
Tomar -por error o inconsciencia- más fármacos cuando aún permanecen concentraciones en el organismo, lo único que causa son posibles y serios efectos adversos en la persona. Por el contrario, si pasa mucho tiempo, puede no existir el efecto necesario que ayude a la mejora del problema por el que se está haciendo el tratamiento. El paciente estará un tiempo desatendido, farmacológicamente hablando.
Responsabilidad en el tratamiento médico
En la actualidad y ante riesgos que pueden darse en el paciente en el trascurso de su tratamiento, se ha reforzado la idea de responsabilidad. El profesional debe hacerle saber al paciente que su falta de seguridad y madurez ante el momento de su mejora significa no prestar atención al bienestar propio ni respeto por el profesional.
Este último debe poner sobre la mesa toda la información para que el paciente sea conocedor de lo que está tomando, sus propiedades, su modo de consumo y la mejor hora y forma de ingerirlo. La información es necesaria y cada persona la necesita de un modo y para una finalidad diferente. Si ignora todos estos datos probablemente haga un mal uso o termine por dejar el tratamiento.
Debe existir un uso y un control más exhaustivo en algunos sectores de la ciudadanía, como es en el de los menores o en la gente anciana (quienes probablemente deban llevar el control de muchos fármacos). En la gente mayor con diabetes o hipertensión no puede haber olvidos o fallos. Esto puede causar infecciones.
Pautas para la medicación
Según el fármaco hay un momento ideal del día para proceder a su ingesta. Puede hablarse de medicamentos estimulantes desaconsejados para consumir antes de dormir y otros perfectos para que actúen desde primera hora de la mañana. No se debe olvidar prestar atención al modo de ingerirlos. No es igual beberlos disueltos en agua que morderlos, ya que pueden no trasmitir las propiedades necesarias.
Resulta de especial temor en los padres aquellos medicamentos que necesitan elaborarse rellenando el recipiente con agua y manteniéndolo en frío. Es importante agitarlo cada vez que se ingiera. Cuando es un niño el que necesita medicarse, los padres son los completos responsables en el proceso y deben seguir con cautela la cantidad a administrarle y las horas en las que hacerlo.
En el caso de los niños y también adultos, debe ponerse al médico en preaviso sobre las alergias, los problemas de salud y si ya se está tomando fármacos, antes de aceptar tomar un medicamento nuevo. El profesional de la salud asesorará y recomendará el idóneo para no tomar juntos aquellos incompatibles o contraindicados según la afección del paciente.
¿Fármacos por la mañana o por la noche?
Depende de los medicamentos el momento de su toma. En personas con colesterol alto, artrosis reumatoide o hipertensión tienen un mejor por la noche, antes de irse a dormir. La presión debe medirse por la mañana. Esto quiere decir que si se toma por la noche hará su efecto y será favorable al día siguiente.
Por el contrario, con artritis se recomienda tomar el fármaco por la mañana. No tomar un medicamento a su debida hora o a la que pone en el prospecto o prescribe el médico, no implica que no haga efecto. Sin embargo, no lo hará en su totalidad.
Se habla de una ciencia, la cronoterapia, cuando se modifica la hora de la ingesta de los fármacos precisamente para lograr que actúen del mejor modo todas las propiedades sin dañar el organismo. Pero, este es un tema que muchos facultativos médicos todavía no llevan a la práctica o desconocen. Por lo tanto, la hora de cambiar algún medicamento solo puede hacerse si se ha hablado previamente con el médico.
Nuestro reloj interno marca la hora conveniente y eso implica un estudio muy exhaustivo de la persona. Lo que sin duda es evidente, resulta la relación directa de llevar una vida sana con la ingesta de medicamentos para que logren la función deseada lo antes posible.
El consumo seguro
El medicamento debe tomarse erguido o sentado, con agua y espaciado si son varios. Para los medicamentos que se aplican en la piel debe existir una correcta higiene, lavarse las manos antes y después del uso. Esto también sirve para toda la manipulación de fármacos.
Si por algún motivo el enfermo vomita no debe preocuparse si ha pasado media hora tras la ingesta del medicamento. En el caso de no ser así hay que tomarlo nuevamente para que el cuerpo tenga el tiempo suficiente y lo absorba. En el tratamiento farmacológico no hay que tomar alcohol y menos combinarlo con el fármaco.
Durante el embarazo, siempre hay que consultar con el médico consumir medicamentos. Será él quien dé el visto bueno. Hay que tener presente que el bebé recibirá parte de esa medicación, sobre todo los primeros meses y eso puede suponer un riesgo para su salud.