El cáncer de mama es sin duda uno de los más temidos por cualquier mujer que tenga que enfrentarse a esta enfermedad. Está íntimamente ligado con nuestra naturaleza, igual que el de ovarios, lo que hace que nos sintamos más vulnerables, más inseguras. Pero también hay que tener en cuenta que es uno de los cánceres con mayor tasa de curación y cuyo diagnóstico puede hacerse cuanto antes, nada más detectar un posible tumor.
En próximos días os traeremos varios artículos detallados sobre el cáncer de mama, pero en primer lugar queríamos presentaros un texto en que se resuelvan las principales cuestiones sobre esta enfermedad: incidencia, causas, síntomas y tratamiento para superarlo.
¿Qué es el cáncer de mama?
Se trata de una enfermedad derivada de la aparición de un tumor (o varios) en la glándula mamaria. Puede darse también en hombres, pero son las mujeres las que lo padecen de forma habitual. Es el segundo tipo de cáncer con mayor número de casos, por detrás del de pulmón, que afecta indistintamente a ambos sexos. La mayor parte de los casos se dan en mujeres entre 45 y 65 años, aunque cada vez más se detecta en mujeres que apenas han cumplido los 30 años.
Está calculado que el cáncer de mama afecta a una mujer de cada ocho (como media) y que cada año en España son 26.000 las mujeres a las que se les detecta un tumor maligno en el pecho, lo que supone casi un tercio de los tumores femeninos detectados.
La detección del cáncer
Es el cáncer cuya detección se hace de manera más rápida y fácil, por lo que es de los que presentan una tasa de recuperación más elevada. Éste es el dato más positivo de esta enfermedad. En la gran mayoría de los casos son las propias enfermas las que sospechan que puedan padecerlo.
Cualquier mujer puede hacerse una exploración mamaria en casa, mientras está en la ducha, se viste... Es relativamente fácil descubrir un bulto en el pecho que pudiera ser un tumor. Si es así lo que hay que hacer es pedir hora con nuestro médico para que nos hagan una revisión y lleguen a determinar si nuestras sospechas son ciertas y si es maligno o benigno.
Además de las exploraciones mamarias tenemos las mamografías. Se trata de pruebas que apenas tardan unos segundos en hacerse y que pueden determinar si una mujer tiene algún tumor en el pecho. En nuestro país es habitual que una vez superados los 50 años se realicen mamografías de manera habitual a fin de diagnosticar un cáncer de mama que no tuviera síntomas.
Hay otra serie de pruebas relacionadas con el diagnóstico de cáncer de mama, aunque estas se reservan para casos en que las sospechas son mayores. Es el caso de ecografías, biopsias en que se analiza el tumor y resonancias magnéticas.
Causas del cáncer de mama
Al igual que ocurre con otros tipos de cáncer no se ha podido determinar aún que haya unas causas específicas que nos lleven a pensar que alguien va a sufrir cáncer de mama. La herencia genética se ha demostrado que es un factor importante, de ahí que cuando haya varios casos en una familia es habitual realizar revisiones periódicas por considerar que se tiene un riesgo alto.
El estilo de vida también puede influir según los investigadores, por lo que se recomienda llevar unos hábitos lo más saludables posible, con una alimentación equilibrada, ejercicio físico frecuente y huyendo del alcohol, las drogas y el tabaco. Se cree que ciertas influencias hormonales también pueden influir en la aparición del cáncer de mama.
Como hacer una exploración mamaria
Os hemos hablado de lo importante que resulta hacerse exploraciones mamarias para determinar la presencia de un tumor en el pecho. Por lo general se hace en busca de algún bulto que pudiera ser sospechoso, es decir que no lo hubiéramos visto antes, o también lunares y manchas desconocidos hasta el momento.
Sin embargo hay otros motivos que nos han de poner sobre alerta mientras realizamos una exploración mamaria, como la aparición de un nódulo en la mama o la axila. Es el caso de sentir dolor en la mama al palparla, notar irregularidad en su contorno o ver que una de ellas ha cambiado de tamaño.
Una menor movilidad de una de las mamas al levantar los brazos, cambios en el pezón o alteración de la piel son otros de los síntomas que nos pondrán sobre alerta y debemos consultar con el médico.
A la hora de realizar una autoexploración de las mamas hay que hacerlo de distintas maneras. Primero una observación visual, de pie, ante el espejo y con los hombros rectos. Después se habrán de levantar los brazos para ver si detectamos alguna irregularidad. En ambos casos se busca alteraciones de la piel o irregularidades, pero puede haber un tumor interno que se descubra únicamente palpando, así que ha de hacerse estando de pie y también echada sobre la cama. La exploración no ha de limitarse únicamente al pecho, sino extenderla hacia la axila en busca de nódulos sospechosos.
Si después de hacerte una exploración detectas algún bulto, cambio del color de la piel o irregularidad en uno de los pechos no dudes en consultar con el médico cuanto antes. Puede no ser que no tengas ningún tumor, pero también puede que te encuentres en la fase inicial del cáncer de mama, lo que garantiza mayores posibilidades de éxito en el tratamiento.
Tratamiento del cáncer de mama
El tratamiento a seguir depende en buena parte del estado en que se encuentre el cáncer de mama y de las particularidades de la paciente. Básicamente los tratamientos son de dos tipos: local o general. El primero afecta únicamente a la mama, al lugar donde se encuentra el tumor; y el segundo a todo el cuerpo.
La radioterapia es precisa y sólo afecta a la mama en que se ha detectado el cáncer, por lo que sus efectos secundarios son mucho menos invasivos para el cuerpo del paciente. Suele ser el primer tratamiento una vez se ha detectado el cáncer de mama.
La quimioterapia tiene por objetivo destruir las células que componen el tumor para acabar con la enfermedad. Actúa tanto sobre las células 'malas' como las sanas, lo que provoca efectos secundarios. Los avances científicos hacen que sus consecuencias según cada vez menores. Es un tratamiento general, al igual que ocurre con la hormonoterapia. El tratamiento hormonal supone la ingesta de fármacos que modifican el comportamiento de las hormonas femeninas sobre las células mamarias a fin de acabar con el cáncer.
Y por último está la cirugía, probablemente el más temido de los tratamientos para el cáncer de mama. Era la única que existía antes de la aparición de las anteriores técnicas de curación y se utiliza para arrancar de raíz el tumor, lo que en ocasiones supone eliminar una mama que luego puede llegar a reconstruirse.
Los avances en la investigación y los tratamientos del cáncer de mama, la prevención, la propia concienciación de las mujeres para acudir al médico y realizarse pruebas así como una mayor prevención hace que cada vez sean más los casos de cáncer de mama que se superan. En España la tasa de curación supera el 60% de los casos.