La fibrosis pulmonar es una desconocida por tener síntomas relacionados con otros muchos problemas respiratorios, como la tos intensa, la falta de aliento y el sonido al inspirar, pero puede llegar a convertirse en un grave problema para el aparato respiratorio. Aunque en muchos lugares no ha sido conocida hasta hace unas décadas, por desgracia el aumento de casos ha hecho crecer los estudios sobre la fibrosis pulmonar. Uno de los problemas que puede tener su diagnóstico es que tiene un desarrollo muy lento por lo que la enfermedad puede estar ya muy desarrollada cuando nos demos cuenta de que no se trata de una tos pasajera, sino de una verdadera enfermedad de pulmón que acaba con nuestra capacidad a la hora de respirar.
La fibrosis pulmonar consiste, como su nombre indica, en la cicatrización del tejido del pulmón que hace que con el paso del tiempo deje de tener la flexibilidad necesaria para la respiración. Esto se debe a que ese tejido pulmonar se vuelve mucho más grueso, seco y duro, como rígido. Es un deterioro que puede aparecer a cualquier edad, pero no suele ser una enfermedad destacada en la etapa infantil, sino más bien entre los 40 y 70 años.
Causas
No existen causas precisas de la aparición de esta fibrosis en el pulmón por lo que se conoce en la mayoría de los casos como fibrosis pulmonar idiopática, aunque los estudios han avanzado en el camino de que una de los principales motivos de aparición pueden ser de herencia familiar, es decir, que sea una enfermedad genética. Aun así, las principales situaciones en las que se ha diagnosticado a un paciente de esta condición han sido por cuestiones ambientales u otras enfermedades pulmonares que han sufrido alguna variedad o complicación.
También hay que tener en cuenta el gran número de fumadores entre los enfermos de fibrosis y la importancia de la exposición a algunos humos o contaminantes de zonas urbanas. Aunque de manera menos común por su rareza, también estudios han llegado a la conclusión que los reflujos gastroesofágico pueden dar a la larga problemas de fibrosis. Los reflujos gástricos suben al esófago de forma muy común en todas las personas, pero hay algunas que lo padecen de forma crónica y constante. Esto puede llegar a la larga a hacer daño en los pulmones y producir su cicatrización y endurecimiento.
Síntomas
Como hemos mencionado anteriormente, es una enfermedad que en los primeros momentos puede confundirse con cualquier otro síntoma de problema respiratorio. También podrían encontrarse casos en los que haya podido desconcertar el diagnóstico de los síntomas y mezclarlos con un principio de gripe común, ya que en muchos casos lo primero que se encuentra es una tos acompañada de dolencias articulares o sentimiento de debilidad ante la realización de algún esfuerzo.
Por norma general, el primera síntoma que aparece es la falta de aire y problemas para respirar correctamente al realizar un esfuerzo común que no nos supone un gran desgaste, como por ejemplo el simple hecho de salir a caminar. Aunque sea uno de los síntomas principales de la fibrosis no es algo que se encuentre en todos los pacientes ni en los primeros momentos, ya que muchos de ellos no notan nada hasta que no esta muy desarrollada la enfermedad. A este síntoma se suelen unir otros como una tos que puede ser seca o con flemas, y una pérdida de peso importante sin razón aparente. Con el avance de la enfermedad sin que haya habido un tratamiento y/o un control médico, pueden aparecer otros problemas más graves como la insuficiencia respiratoria o fallos en el corazón, pero en la mayoría de los casos se deben a otras complicaciones causadas a partir de la fibrosis y la falta de funcionamiento del pulmón.
Diagnóstico y tratamiento
Cuando una persona comienza a tener síntomas de incapacidad pulmonar a la hora de respirar o siente que le falta al aire, debería acudir a su clínica médica para recibir indicaciones. Si el médico sospecha de que el problema del paciente puede padecer fibrosis en el pulmón, lo primero que realizará será una exploración general. Pero en realidad esta enfermedad no se puede diagnosticar sin una radiografía torácica o una tomografía, siendo la prueba más certera finalmente una biopsia pulmonar en la que se pueda estudiar el tejido y el estado en el que se encuentra.
Si definitivamente, el paciente es diagnosticado de este problema pulmonar, el tratamiento que se lleva a cabo es meramente paliativo ya que al no conocer las causas reales de su aparición no se puede llevar a cabo un tratamiento que corte de raíz el problema. Por ello lo que se receta son fármacos como corticoides o antifibrióticos -desarrollados en los últimos años por el aumento de casos de esta enfermedad- que hagan que se disminuya la cicatrización producida y la inflamación que supone. También se llevan a cabo ejercicios y terapias para intentar que el pulmón realice su trabajo lo mejor posible y que el oxígeno que llegue desde los pulmones a toda la sangre del cuerpo sea el necesario. En los casos más extremos donde la enfermedad está verdaderamente avanzada y la persona está padeciendo graves insuficiencias respiratorias, se puede llegar al trasplante de pulmón, sobre todo en los pacientes más jóvenes.
Aun con todas las posibilidades existentes, no se conoce una cura 100% contra la fibrosis pulmonar, sino un tratamiento que disminuya la enfermedad lo máximo posible y haga para el enfermo una vida más llevadera. En muchos casos, la mejor opción es disponer de un oxígeno suplementario en casa, por lo que algunas personas tendrán que llevar consigo siempre una pequeña máquina que se lo suministra.
Tampoco se conocen técnicas de prevención para no padecer la enfermedad más allá de evitar lo máximo posible aquellas posibles causas mínimas que se conocen. Aunque las causas mencionadas anteriormente no signifiquen la totalidad de los casos, es importante tenerlas en cuenta. Por ejemplo, dejar de lado el tabaquismo y si padece de alguna hernia de hiato o de reflujo gástrico crónico, tratarlo en la medida de lo posible para que no empeore hasta el punto de crear la fibrosis pulmonar.