Es común que las embarazadas sufran molestias que impliquen la parte baja de la espalda e impidan una correcta movilidad. Sepamos más sobre el concepto de ciática, sus causas, el modo de prevenirla y tratamiento a seguir en caso de padecerla.
En el segundo y/o tercer trimestre de embarazo, las mujeres suelen verse afectadas por ciática. Quien sufre de ciática siente una molestia, leve o grave, en la parte baja de la espalda o las nalgas, que desciende por la cara posterior de una de las piernas. No es un dolor incapacitante, por norma general, o al menos no durante mucho tiempo, sí es incómodo y puede provocar dificultad en la forma de caminar y un cierto pinchazo a la hora de realizar movimientos.
El dolor suele producirse al caminar, realizar algún movimiento de tracción con las piernas o hacer flexión con la espalda. La molestia refiere debilidad muscular, hormigueo o entumecimiento de las zonas afectadas. La ciática suele desaparecer en días o semanas, sobre todo tras dar a luz, debido a que el peso que causa la incomodidad (el feto en este caso), en las conexiones del nervio ciático, desaparece.
Causas que provocan la ciática
La causa principal de la ciática es la inflamación del nervio ciático. El nervio ciático recorre la parte baja de la columna vertebral, parte posterior de las piernas y desemboca en los dedos de los pies. Al hacerse presión en el origen del nervio, se ocasiona la ciática. La ciática puede acentuarse en las estaciones de frío.
El hecho de estar embarazada suma un peso a la espalda y una presión en las vértebras. El dolor de espalda en las personas es habitual y por diferentes motivos, si se cuenta con otro factor, como es un embarazo, se incrementa. Con la carga física del bebé, las mujeres se acostumbran a tener una postura inadecuada para aguantarlo, encorvan la espalda e irritan los nervios en la zona lumbar y el sacro.
Síntomas de la ciática
Para mujeres con dolores previos de lumbago es más habitual padecer ciática. Se advierte más en la pierna con la que cada una se desenvuelve mejor y usa más. Si se tienen problemas de columna o se ha sufrido de ciática en anteriores embarazos aumenta la probabilidad de repetirla. Prácticamente la mitad de mujeres embarazadas la sufren.
La sensación de molestia se parece al hormigueo o punzada. El dolor no se mantiene estable. En algunas ocasiones tras descansar o sentarse, éste se agudiza, al toser, con posturas incorrectas, con algún sobreesfuerzo...El dolor puede ser tan intenso, que impide a la persona moverse con normalidad. Puede incluso impedir la adecuada movilidad del pie.
¿Cómo prevenir la ciática?
-No excederse en la subida de peso por parte de la embarazada. Llevar una alimentación e hidratación lo más adecuadas posible.
-Seguir los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos de la pelvis y del abdomen (contracción como si se aguantasen las ganas de mear). Pueden realizarse tres veces al día, 10 veces.
-Descansar y dormir, en la cama o el sofá, con una almohada entre las piernas, y no con todo el peso sobre la espalda.
- Caminar con cuidado, y si es necesario, parar, sentarse y descansar.
- Posición recta de la espalda, para agacharse, levantarse. Doblar las rodillas para coger algo del suelo.
-Sentarse dejándose caer, mantener las rodillas separadas, y no cruzar las piernas. Los pies deben estar elevados siempre que se pueda.
-Llevar un calzado cómodo siempre, y que sujete bien el pie, que impida caerse con facilidad.
Tratamiento para la ciática
El tratamiento específico para cada persona, depende del grado de dolor e incomodidad sufrido. Será la matrona o ginecólogo quien es encargue de derivarla, si es necesario, a un fisioterapeuta. Puede suceder que el dolor desaparezca por sí mismo en pocas semanas. , ya que sirve para minimizar la sensación de peso en el abdomen y la presión en la columna. El uso de una faja suele ser una medida sencilla y útil
Realizar ejercicio físico y medidas de higiene postural son acciones muy necesarias, las cuales permitirán mantenerse ágil, flexible, y pese a lo que se cree, resulta positivo para hacer frente al problema. El reposo excesivo, si no lo indica el médico, no favorece la situación. El ejercicio realizado debe ser moderado y que no implique una pisada fuerte ni agresiva, sino una tracción leve como ocurre en la máquina elíptica. La natación o el pilates también ayudan a disminuir la compresión del nervio. Otras medidas a tener en cuenta son:
-La aplicación de calor, bolsas de agua caliente, en la zona dolorida. Puede aplicarse entre 2 y 3 veces al día.
- Masajes, bien por un fisioterapeuta o un osteópata.
- Baños de agua caliente.
-Aplicación de aceite de enebro para calmar.
-Ejercicios suaves de balanceo pélvico.
-Posición de espalda recta.
-Actividad, levantarse y caminar, para mejorar la circulación. No estar mucho tiempo sentada.
- Pies en alto en un cojín o una silla, bien sentada o en la cama.
-Uso de zapatos planos.
-Levantamiento controlado y moderado de peso.
-Evitar la práctica del sedentarismo.
-Posición de lado para dormir.
-Ejercicios de estiramiento de los músculos posteriores de la pierna, concretamente del muslo.
-La infusión de sauce, el ajo crudo o la infusión de ortiga, suelen recomendarse para aliviar el dolor de ciática y mejorar la circulación sanguínea.
-Si el dolor es muy intenso pueden tomarse complementos vitamínicos del grupo B o magnesio. Solo se podrán tomar antiinflamatorios previa consulta médica.
La salud de la embarazada ante la ciática
Durante el embarazo la mujer debe ir con cuidado, preocuparse por sí misma, su salud y la del feto, no esforzarse, ni al hacer ejercicio ni levantando peso. Deben evitarse los movimientos bruscos que puedan afectar a su estabilidad. Si los síntomas de la ciática van en aumento lo propio es hablar con el médico que la sigue. Si se añaden dolor de cabeza, fiebre, mareo..., es muy importante hacérselo saber.
En ocasiones mejora cuando el bebé se mueve en el útero y cambia de posición, consigue no hacer tanta presión en esa parte, no obstante, al final del embarazo y si el bebé está encajado para salir será difícil y habrá que esperar a dar a luz para que las molestias cesen. Ante un dolor en progresión que entorpezca la vida cotidiana de la embarazada, su salud emocional y física, lo mejor es reposar algunos días y coordinar algunos ejercicios suaves con tratamientos terapéuticos realizados por profesionales.