Comer bien es para muchos no sólo una cuestión de bajar de peso o de mejorar los niveles de azúcar o colesterol. La sociedad está cada vez más concienciada de lo importante que es llevar una alimentación saludable para tener una vida plena y larga. Y por eso es normal que haya un interés por saber qué se come y cómo afecta a la salud.
Es probable que mejorar la alimentación sea uno de los propósitos de año nuevo más repetido y uno de los que a priori parece más difícil de conseguir. Pero lo cierto es que no lo es tanto. Con un poco de ayuda, sobre todo para empezar, es fácil saber cómo hacerlo. A continuación te damos las siete claves para hacerlo con éxito.
Conciénciate
Mejorar la alimentación puede suponer un cambio drástico en tu vida, incluso puede que afecte a las personas que te rodean. Por ello lo que has de hacer es tomar conciencia de ello porque de otra forma es muy posible que no consigas tu objetivo.
Si eres plenamente consciente de que quieres hacerlo y de los beneficios que te va a repercutir es cuando alcanzarás la meta. Has de tener en cuenta que supone un cambio de estilo de vida, no es algo temporal, así que para evitar recaídas has de estar muy segura de que quieres mejorar tu alimentación.
No te obsesiones
Igual que te decimos que debes estar segura de lo que quieres hacer te decimos que no has de obsesionarte, que no pasa nada si un día te apetece ir a un restaurante de comida rápida o por una urgencia acabas cogiendo comida procesada en el supermercado. No has de justificarte ante nadie, la mejora de la alimentación es algo que haces por ti y para ti, no para los demás. Además, a veces es necesario probar lo que sabes que no debes para volver con más fuerza a los buenos hábitos alimenticios.
Aprende a saber qué comes
Existen multitud de mitos acerca de la alimentación saludable, de lo que es bueno y lo que no. Así que lo primero es saber si son ciertos o no. Puedes consultar con un médico -esto es especialmente importante si tienes alguna enfermedad o restricción relacionada con la alimentación, pero en internet existen multitud de fuentes que te pueden ayudar. Has de buscar sólo aquellas que son fiables y descartar las que no lo son.
A priori puede parecer algo complicado, pero te aseguramos que con un poco de práctica sabrás discernir qué es lo que te conviene y lo que no. Una forma de aprender sobre alimentación es fijándose en las etiquetas de los productos que nos encontramos en el supermercado. Aprenderás mucho con un gesto que has de convertir en habitual. Y si te fijas verás que no eres la única que se para en los stands a leer la letra pequeña.
No cometas locuras
La alimentación saludable se relaciona con querer perder peso y esto con comer menos, por lo que hay quien piensa que lo que hay que hacer es reducir las cantidades y las comidas que se hacen al día. No es cierto, es uno de esos falsos mitos de los que hablábamos antes. Para comer sano has de tomar alimentos que sean beneficiosos y es mucho mejor hacer cinco comidas al día que sólo tres y darse atracones a la hora de sentarse a la mesa o picar alimentos 'no sanos'. El ayunar tampoco es propio de una alimentación saludable.
No lo hagas solo/a
Puede que no sea tu caso, pero a muchas personas les ocurre que cuando deciden cuidarse lo llevan mejor si hay alguien que les acompaña. Puede ser una amiga, tu pareja o las personas con las que convives. No cabe duda que llevar una alimentación saludable cuando a tu lado en el sofá hay alguien zampándose una pizza familiar es muy difícil. Sin embargo si está tan comprometido como tú te resultará más fácil.
Aunque tu compañero de alimentación saludable no viva contigo te vendrá bien tener a alguien con el que hablar del tema, resolver dudas y plantear cómo hacer o no determinadas cosas. Y si tus amigos han quedado a cenar vete, no te aisles por la alimentación, por miedo a que no encuentres en la carta algo que puedas comer, porque probablemente no sea cierto. Además, si compartas con ellos tu deseo de cambiar de alimentación ten por seguro que te facilitarán las cosas y ayudarán a conseguirlo.
Practica en la cocina
Una alimentación saludable no supone sólo cambiar los alimentos que se toman, sino también la forma en que se consumen. Una ensalada puede ser muy sana o todo lo contrario, lo mismo que la carne o el pescado. Aprende cómo cocinar más sano y no dudes en experimentar en la cocina.
Prueba también nuevos productos que quizás antes no te habrías atrevido a probar o ni siquiera conocías. Puede que descubras que te encantan determinadas verduras que antes mirabas de reojo o que una macedonia de frutas te satisface más como postre que un trozo de tarta.
Vida saludable
El mejor complemento para una alimentación saludable es llevar una vida igual de sana. Esto quiere decir que abandones hábitos como el fumar, consumir alcohol en grandes cantidades o la vida sedentaria. Y si habitualmente tomas muchos refrescos prueba a sustituirlos por agua.
Vuélvete más activa
Y eso no significa que te apuntes al gimnasio o que te conviertas en runner. Basta cambiar ciertos hábitos como no coger el coche para todo y probar a ir a hacer los recados caminando, salir a caminar varias veces a la semana o no usar el ascensor y subir y bajar por las escaleras.
Recuerda que esto no es una carrera de fondo, sino que es un cambio en tu estilo de vida con el que deberás estar cómoda. Y que no existen unas normas estrictas, que puedes adaptarlas según lo que más te guste o te venga mejor. En cuanto acostumbres tu cuerpo a la nueva alimentación empezarás a notar mejoras que te animarán a continuar con ello y pronto verás que no te cuesta tanto esfuerzo.