Los antojos no son solo para embarazadas, a todo el mundo le gusta darse "un capricho" con la comida de vez en cuando y eso no es malo. Puede ser negativo cuando esos caprichos se convierten en un habitual cada día, ya que si por ejemplo comes todos los días galletas de chocolate, puede ser algo que te afecte a tu salud física y también mental. Quizá pienses ante una tableta de chocolate que solo te comerás una onza y acabes tomando 5 o 6... o ¡la tableta entera!
Los antojos son intensos
Los antojos son intensos, persistentes y casi imposibles de evitar. Afortunadamente, hay una solución que es realmente efectiva: la meditación de atención plena. De hecho, un estudio de 2017 publicado en la revista Appetite confirmó lo que han sugerido investigaciones anteriores: que practicar técnicas de atención plena puede ayudar a reducir la intensidad de un antojo y hacer que sea más fácil resistir la tentación.
Es necesario ser consciente que nosotros tenemos el poder de nuestra mente y que somos y hacemos lo que pensamos. En muchas ocasiones, sobre todo cuando las personas tienen ansiedad, se piensan que son víctimas de las circunstancias y lo pasan mal. En realidad esto no es así, son víctimas de su propia mente puesto que si piensan en problemas tendrás más problemas... y si piensan en soluciones, ¡las encontrarán!
Lo mismo ocurre con los antojos, si piensan "no pasa nada porque me tome un poco hoy" y al final piensan eso durante todos los días, a la larga sí puede generar problema ese pensamiento porque se permiten el antojo cada día. En cambio si piensan cosas como: "El fin de semana tomaré chocolate, hoy no", ya están siendo fuertes y sintiéndose capaces de controlar sus pensamientos y acciones, algo que sin duda, les llenará de satisfacción personal.
Las claves para controlarlos
A continuación vamos a comentarte sobre los secretos para controlar los antojos, de esta manera, te sentirás con mucho más control sobre ti mismo. No sentirás que el entorno o las circunstancias te controlan... con una fuerza mental suficiente serás capaz de moldear tus pensamientos para que tus acciones vayan acorde a ellos.
Reconoce el antojo
En primer lugar, cuando llega un antojo, simplemente notalo. "Trata de no ser crítico", en lugar de esto, céntrate en cómo se siente tu cuerpo. Estas tenso ¿Cansado? ¿Nervioso? ¿Todas las anteriores? De esa manera, cuando vuelvan a surgir estos sentimientos, estás consciente y puedes decirte algo como: "tengo que tener cuidado porque esto es lo que desencadena mis ansias".
Permite algún antojo
No consiste en prohibirte todo... simplemente tienes que aprender a controlarte y dejar que tus pensamientos comiencen a tomar otra forma. No tienes que resistirte pero sí puedes suavizar esas ansias, con tu mente de tu parte podrás disipar un poco las ganas.
Investigar
Este es el momento de profundizar un poco más. Pregúntate: ¿Cómo estoy experimentando esto en mi cuerpo? ¿Es hambre o es hambre emocinal? Hazlo con un tono de amabilidad y amistad hacia ti mismo. El objetivo es no quedar atrapado y pensar demasiado. Finalmente, considera esta pregunta: "¿Qué necesito realmente en este momento?"
La no identificación
Tenemos pensamientos y sentimientos, pero no somos nuestros pensamientos y sentimientos siempre... En este sentido es necesario aprender. Ver los pensamientos y saber que no tienes que dejarte arrastrar por esa corriente si no te va a hacer ningún bien. Necesitas un poco de práctica para esto, pero con el tiempo serás capaz de controlar mejor los pensamientos y quedarte solo con lo que realmente te hará bien.
Cuando te venga un antojo, tendrá que parar, pensar, respirar y contar hasta 10. También puedes meditar para fortalecer tus habilidades de atención plena y tomarte un trozo de tarta de chocolate, pero siempre desde la moderación.