Las gafas de sol son un complemento indispensable en nuestras vidas, especialmente en verano. Las usan desde los más pequeños hasta los más mayores, pero hay que tener cuidado con ellas porque muchas veces nos fijamos únicamente en su diseño o en su apariencia... Y nos olvidamos de que también afectan a la salud de nuestros ojos.
La exposición prolongada a los rayos solares
Los rayos de sol pueden resultarnos molestos en algunas ocasiones, pero una exposición prolongada puede causar daños irreversibles en nuestros ojos, además de dolores de cabeza, dolor ocular e incluso inflamación. Se tiene la creencia de que las personas con ojos claros se ven más afectadas por los efectos del sol, pero como sucede con la piel, eso no significa que las personas con ojos oscuros deban descuidar su protección. Todos tenemos que protegernos.
Aunque lo ideal es utilizar gafas de sol durante todo el año, es en verano cuando sentimos las molestias del sol con más fuerza y, por tanto, cuando les prestamos más atención. Pese a que el modelo de montura es un factor importante para la elección de unas gafas en vez de otras, hay que tener en cuenta otros factores no menos importantes.
Factores a considerar para escoger unas buenas gafas de sol
Gafas homologadas
Lo primero que hay que mirar es que sean unas gafas homologadas. ¿Qué quiere decir esto? Que cumplan las normativas vigentes, en nuestro caso de la Unión Europea. Por este motivo, debemos fijarnos que tengan los siguientes sellos:
- CE: La marca de la Comunidad Europea
- UV: La marca de protección ultravioleta
- El número de la categoría del filtro (del 0 las más claras al 4 las más oscuras)
- El número de referencia de la normativa que siguen.
El tipo de lente
Además, aunque no utilices gafas de sol graduadas, las lentes son un factor muy a tener en cuenta porque su elección depende del tipo de exposición al sol que vayamos a tener. Hay diferentes tipos de lentes o cristales y los debemos elegir teniendo en cuenta el uso que les vamos dar a nuestras gafas de sol:
- Las lentes polarizadas nos protegen de los reflejos molestos como los reflejos del agua en la playa.
- Las lentes grises son las más adecuadas para conducir porque respetan los colores naturales, por lo que no tendrás dificultad para distinguir las luces de los semáforos, por ejemplo.
- Las lentes naranjas o amarillas no son adecuadas para su uso en un ambiente solar ni para la conducción diurna, en cambio son recomendables para conducir de noche, en días nublados o con niebla porque aumentan el contraste.
- Las lentes verdes son recomendables para personas con hipermetropía o personas que realicen deportes náuticos, y las lentes marrones son recomendables para personas miopes o que realicen otros deportes al aire libre (no náuticos).
- Las lentes con degradación no son recomendables para ambientes con grandes reflejos, como en la playa, porque los rayos que se filtran por la parte inferior (la parte más clara) son perjudiciales para nuestros ojos.
- Las lentes fotocromáticas, las que se aclaran u oscurecen dependiendo del ambiente, son las más cómodas para las personas que utilizan gafas graduadas, pero hay que tener en cuenta que los cambios (aclarar u oscurecer) pueden tardar algunos minutos.
Como puedes ver, además de la estética o la moda, hay que tener en cuenta otros factores a la hora de elegir unas gafas de sol adecuadas. Ni las gafas de sol más caras son las mejores ni las más baratas las peores, mientras estén homologadas serán siempre seguras ya que todas, sin importar su forma ni el color de sus lentes, bloquean los rayos ultravioletas e impiden que dañen tus ojos.