Cuando llega el verano los niños y los adolescentes disfrutan de unas deliciosas vacaciones sin tener que trabajar. Sin embargo, no son pocos los que se tienen que pasar la jornada laboral aguantando calor , sobre todo en las zonas del interior y el sur, donde las temperaturas pueden llegar a ser insoportables. Por eso, el verano es un momento del año donde los trabajadores que están a cubierto se preguntan por la temperatura adecuada que debería hacer en el trabajo . Algunos pueden quejarse porque hay excesivo calor y otros por el contrario se quejan del aire acondicionado. Esta cuestión es importante porque confort térmico es vital para la salud de los trabajadores.
¿Cuál debería ser la temperatura ideal en el lugar de trabajo?
Según el Instituto Nacional de Seguridad de Higiene en el Trabajo (INSTH) las condiciones óptimas para decir que un trabajo cubierto cumple con normas mínimas de seguridad relativas a la temperatura y humedad relativa son:
-Entre 23º y 27º en verano.
-Entre 17º y 24º en invierno.
-Entre un 30-70% de humedad relativa en el ambiente, a no ser que el local tenga riesgos de electricidad estática, en esos casos la humedad tendría que encontrarse entre 30-50%.
Por otro lado, se deben tener en cuenta otros aspectos como las características propias del local , el tipo de procesos o tareas que se estén desempeñando en dicho lugar y el clima del lugar, ya que tampoco podemos pedirle peras al olmo.
Cuando los trabajos son al aire libre la empresa debe tomar las medidas necesarias para evitar que los trabajadores sean afectados por el estrés térmico por calor. Algunas de ellas son cambiar la jornada laboral u horarios de trabajo, intentar que el trabajo sea a la sombra y que los trabajos donde se requiera más esfuerzo físico sea por la mañana, cuando menos pegue el sol en verano.
¿Qué problemas para la salud pueden ocurrir por el calor?
Las personas necesitamos tener una temperatura media de 37º C para poder funcionar adecuadamente, si aumenta nuestro sistema trabajará en un intento de reducir el exceso de calor. Las dos formas principales es a través del rubor (la sangre se acerca a la superficie de nuestra piel para expulsar el calor al ambiente externo) y a través del sudor (también se libera sudor a través de él). Desgraciadamente, hay condiciones en las que nuestro cuerpo no podrá regular el calor corporal, por ejemplo si estamos deshidratados, hace demasiado calor fuera (o humedad) o estamos realizando algún tipo de ejercicio físico que nos mantiene calientes. Además, cada persona responde de forma diferente al calor y las consecuencias variarán de un trabajador a otro. Los problemas más comunes son:
-Golpe de calor: la temperatura corporal se eleva por encima de los 41º y las funciones vitales se "paran" pudiendo dar lugar a la muerte.
-Debilidad: ocurre cuando la persona no se hidrata correctamente y ha perdido mucha agua y sal a través del sudor. También es una condición seria.
-Calambres musculares: frecuentemente en la baarriga y piernas por la pérdida de sal. Si empiezas a sentirlos toma rápidamente medidas porque es una señal que puede derivar a una condición más grave.
-Sarpullidos como consecuencia del taponamiento de los poros debido al calor.
Claves para tener menos calor en el trabajo
Para evitar todos los peligros anteriores os dejamos con unos consejos para que estrés más fresco y protegido en tu lugar de trabajo. Esta vez nos centraremos en trabajos cubiertos o de oficina, donde las personas pasan la mayor parte del tiempo sentadas.
1- Mantente hidratado. En las oficinas y otros sitios cubiertos debería haber siempre agua accesible para los trabajadores, para que puedan beber a lo largo de la jornada incluso aunque no se tenga sed. La mejor bebida va a ser siempre el agua, pero si no e entusiasma la idea puedes optar por llevarte de casa infusiones frescas. Ante todo es mejor evitar bebidas gaseosas porque solo conseguirán deshidraarte más y reducen tu capacidad para almacenar líquidos. En el caso del café (casi imposible de evitar para algunos) debería reducirse su consumo porque es un diurético natural.
2- Usa la ropa adecuada. Aunque estés en recintos cerrados es mejor que no te quites la ropa si tienes calor, sobre todo si hay aire acondicionado pues los cambios térmicos pueden hacer que te resfríes. Es mejor que optes por ropa holgada y ancha, que deje pasar el aire a tu piel húmeda y te mantenga más fresco. La mejor ropa s la transpirable y los tejidos de elección son la lana y el algodón porque no se pegan a la piel cuando suda. En cuanto al color es mejor que sea clara, sobre todo si trabajas cerca de una ventana, los rayos del sol pueden enfocarte y la ropa oscura hace que absorbas más calor. Por otra parte, si tienes el pelo largo hazte un recogido que deje expuesta tu nuca y parte del escote para que fluya el aire.
3- Refréscate siempre que puedas. Obviamente no puedes ir al baño cada cuarto de hora para mojarte la cara (aunque no estaría mal) pero si no trabajas de cara al público y tienes que estar frente a un ordenador durante mucho tiempo puedes rociarte agua fría con un vaporizador pequeño en la nuca y frente.
4- Alimentos frescos. A la hora de comer en el trabajo huye de los platos calientes y opta por frutas y verduras. Las frutas ayudan a recuperar las sales minerales que has perdido con el sudor. y cargan tu cerebro de energía. Las verduras por otro lado son en su mayoría agua por lo que te hidratarán a la vez que te refrescan. Huye de las comidas pesadas y grasas porque aumentarán el calor metabólico del cuerpo. Además a tu cuerpo le llevará más tiempo procesarla y las digestiones pesadas unidas al bochorno hacen que te entre sueño.
5- Tómate descansos de vez en cuando. Independientemente del trabajo que tengas deberías poder tomarte descansos de 5 o 0 minutos de cuando en cuando, sobre todo cuando hace excesivo calor. Una pequeña pausa para rehidratarte y descansar en un lugar fresco.