La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica es una prueba médica que realiza el gastroenterólogo cuando quiere evitar una operación quirúrgica a un paciente. A través de esta prueba y con la ayuda de un endoscopio y rayos se puede analizar la vía biliar, el duodeno y el páncreas para solucionar los problemas que haya en ellas. Como acabamos de decir, combina dos técnicas, por lo que, por un lado se introducirá el endoscopio para poder ver cómo está la zona y, por otra, se utilizarán la radiología para comprobar cómo está la vía biliar.
Pasos previos a la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica
Antes de que el gastroenterólogo decida que nos tenemos que hacer una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica, es necesario que vayamos con alguna dolencia que él pueda prever que venga de la vía biliar. Normalmente, las causas por las que se encarga esta prueba son la posible aparición de cálculos biliares, la toma de algún tejido para biopsia, estenosis de la vía biliar y esfinterotomía. Cualquiera de estos problemas necesita que el médico pueda tener una imagen más concreta de la zona para saber cómo actuar.
La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica no se trata de una prueba aislada, ya que, aparte de pedírtela el médico porque ha visto algo, es necesario que el paciente se haga dos pruebas previas para poder tener un diagnóstico más completo. En primer lugar será necesario que el paciente se haga una analítica sanguínea y, a continuación, un electrocardiograma. El resultado de estas pruebas será necesario que se lleve el mismo día en el que vaya a tener lugar la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica.
Normalmente, el gastroenterólogo recomienda que el paciente pase la noche previa a la prueba en el hospital, pero es posible que lo pase por alto si éste sigue sus recomendaciones en casa. Además, sería recomendable que estuviera acompañado por las posibles complicaciones que pudiera haber. Por otro lado, es importante que le médico tenga conocimiento de todos los medicamentos que está tomando en ese momento el paciente para ver si es recomendable o no hacerle la prueba. Además, es necesario que no coma nada durante las ocho horas previas a realizarse la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica.
No todas las personas pueden hacerse esta prueba. En primer lugar, como pasa con cualquier prueba en la que se utilizan rayos X, las embarazadas o aquellas mujeres que tengan una mínima sospecha de que lo están, no pueden hacérsela. Por otro lado, tampoco está indicada para aquellas personas que tiene padecen en esos momentos de gastroenteritis, colecistitis o colangitis.
Cómo se realiza una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica
En este caso, será necesario que el paciente firme su consentimiento antes de que el médico especialista le realice la prueba. Con este procedimiento se da por comprobado que el paciente asume todos los riesgos que pueda conllevarle la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica al igual que los posibles efectos secundarios.
Una vez que ya está aclarado el tema protocolario y ya estando ingresado en el hospital, se le mandará al paciente que se quite la ropa y que se ponga una bata de hospital para que sea mucho más fácil realizar la prueba. Una vez listo, se le indicará que se tumbe en la camilla donde le van a examinar sobre el lado izquierdo dejando a la vista la zona biliar y el hígado. Será necesaria la sedación para que no haya ningún tipo de problema porque se pone nervioso. Por lo tanto, se administrarán medicamentos sedantes por vía intravenosa. Además, para controlarle, el médico colocará un manguito en el brazo para la tensión arterial y electrodos en el pecho para el ritmo cardiaco.
A continuación, el médico comenzará a introducir el endoscopio por la boca hasta que se ubique casi que en el duodeno. Para saber dónde se ubica, emitirá radiación de bajar intensidad que le permita al médico ubicarlo. Sabiendo dónde está, procederá a llevarlo hasta la vía biliar en donde la radiación se intensificará para saber en qué estado se encuentra. Una vez que el gastroenterólogo ha visto todo lo que necesitaba, paulatinamente te irá retirando el endoscopio.
El último paso consiste en llevar al paciente a una sala para que, poco a poco, vaya despertando de la sedación. Es posible que se haya utilizado aire para inflar alguna zona buscando facilitar una mejor visión, por lo que seguramente también tenga que expulsar gases. Entre los efectos secundarios, a parte de los gases, puede darse pesadez de estómago y dolor de garganta, pero pasará con los días. Es importante que la persona haya venido acompañada, ya que no podrá hacer ningún esfuerzo durante la semana después a la prueba.