La colonoscopia es la prueba médica que se le realiza a una persona para poder descartar o confirmar cualquier tipo de enfermedad que tenga que ver con el colon. Normalmente, se lleva a cabo porque hay una sospecha médica o porque el paciente tiene unos antecedentes familiares que pueden provocarle que tenga algún tipo de problema de salud en el intestino grueso.
Se trata de una prueba que puede resultar molesta para el paciente tanto por la preparación que requiere como por los efectos posteriores. Aun así, éste no corre ningún tipo de riesgo con la realización de la colonoscopia, además se trata de una prueba que da unos resultados bastante fiables.
Preparación para la colonoscopia
A la hora de poder realizar la colonoscopia de la mejor manera posible, es necesario que nuestro colon se encuentre lo más limpio posible de residuos. Es por esto, que desde los días previos a la prueba se le indican al paciente una serie de instrucciones que debe seguir. Éstas van desde medicamentos hasta una dieta adaptada para poder hacer la prueba con éxito.
En primer lugar, están un conjunto de sobres que contienen medicamentos que ayudarán a limpiar la zona del colon. Estos han de tomarse durante las horas previos a la prueba. Hay distintos tipos de medicamentos que se usan para este cometido, pero dependerá del médico cuáles son los que tenemos que tomar. Aun así, son sobres con efecto laxante que el paciente deberá tomarse siguiendo las instrucciones que le dé el médico, ya que dependiendo de cuándo sea la prueba, se tomarán a una hora u otra.
Por otra parte, está la dieta que se deberá seguir los días previos a la colonoscopia. En estos, habrá ingredientes que estarán prohibidos. Por ejemplo, aquellos alimentos que sean ricos en hierro, que contenga semillas, los lácteos enteros o las bebidas con gas no estarán permitidas. Por el contrario, sí que podrán ingerirse pasta, arroz blanco, merluza, pollo y lácteos desnatados. Es decir, todos aquellos alimentos que se utilizan en cualquier dieta blanda.
¿En qué consiste la prueba?
Las colonoscopias suelen realizarse en el hospital por un médico digestivo y no suele durar más allá de los 45 minutos, por lo que no es necesario que el paciente tenga que pasar la noche allí. Antes de comenzar la prueba, se le indica al paciente que se desvista, se vista con una bata de hospital y que, posteriormente, se tumbe para que, de manera intravenosa, se le inyecte un sedante para que se quede quieto durante toda la colonoscopia y no le produzca molestia alguna.
Una vez que el paciente ya está tranquilo, el médico le colocará en la camilla sobre su lado izquierdo y las rodillas dobladas hacia el pecho. Con esta posición se busca que sea mucho más fácil la exploración del colon. Para evitar los dolores, el médico, antes de introducir el colonoscopio, hará un tacto rectar al paciente para lubricar y anestesiar la zona antes de la introducción de este aparato. Éste es un tubo flexible que mide alrededor de metro y medio de largo y tiene un centímetro de diámetro.
Cuando la zona ya está anestesiada y preparada para que el paciente no padezca ningún tipo de dolor, el médico va introduciendo, poco a poco, el colonoscopio. La vía de entrada será el orificio anal y se irá pasando por todo el intestino grueso hasta llegar al colon. Al llegar a esta parte, a través de la cámara que tiene el colonoscopio en la punta, el médico podrá ver en una pantalla la superficie del colon y, así, poder apreciar si hay algún tipo de lesión. Para facilitar la exploración, se suele introducir aire a través del colonoscopio buscando la distención del colon. Además, además de este aparato también se pueden introducir herramientas para intervenir si fuese necesario.
¿Qué pasa tras la colonoscopia?
Una vez acabada la prueba, el médico digestivo procede a limpiar la zona y lleva al paciente a una sala hasta que recupere la total consciencia. No nos olvidemos de que, para evitar su movimiento, el paciente ha recibido un medicamente sedante por vía intravenosa y tiene que despertar del todo. Aun así, es conveniente que la persona a la que se le va a hacer la colonoscopia no vaya sola ya que puede que no se encuentre del todo bien al salir del hospital.
También es posible que haya dolor abdominal por la introducción de gases y que, por estos mismos, el paciente pueda sentir la continua necesidad de expulsarlos. Los efectos adversos que pueda haber dependerán del tipo de colonoscopia que se haya hecho. Puede ser que sea una exploración rutinaria, una biopsia... Aun así, los detallará el médico para que no haya ningún tipo de problema y el paciente no se asuste.