El verano siempre se asocia con playas y piscinas, pero si no cuidamos nuestra salud de los productos químicos del agua, puede haber consecuencias negativas para nuestra propia salud.
Con la llegada del verano y, con él, del calor lo que más apetece es darse un buen baño en las playas o piscinas y refrescarse. Para conservar estas últimas hay que tener en cuenta distintos procedimientos que mantengan el buen estado del agua, entre los que destaca el cloro, elemento químico que se utiliza para la purificación del agua así como para eliminar los gérmenes que se encuentren en ella, y que tiene que medirse, al menos, una vez a la semana. Pero si las cantidades de este elemento no son las adecuadas, por concentraciones altas, ventilación inadecuada o falta de mantenimiento, puede provocar efectos adversos en la salud de las personas.
Cabe destacar que el agua se encuentra a un pH mayor que el de la piel, por lo que, al estar un largo tiempo dentro de la piscina, se pueden producir efectos negativos sobre el organismo. Una de las consecuencias más comunes es la conjuntivitis o irritación de los ojos al entrar en contacto con los productos químicos de la piscina, así como el daño en los dientes al descomponerse las proteínas que los protegen. Por su parte, también se pueden producir daños en los oídos por lo que es recomendable el uso de tapones, gafas protectoras y otros elementos que previenen de posibles daños, así como seguir una serie de pautas higiénicas que evitarán problemas de salud.
El cloro puede acarrear consecuencias para la saludConsecuencias del cloro en la piel y en el pelo
El contacto diario o prolongado del cuerpo con el agua de la piscina provoca daños en otras partes del cuerpo, como la piel o el pelo, que absorben el cloro. Por ello es importante conocer los efectos que pueden aparecer para prevenirlos o solventarlos en caso de que lleguen a producirse.
Los productos químicos que se encuentran en la piscina provocan sequedad en la piel o dermatitis, por lo que se recomienda que las pieles sensibles, o también llamadas atópicas, tengan especial cuidado. Para proteger la piel, como el cabello, es importante utilizar inmediatamente las duchas que hay en las piscinas para que, después del baño, se eliminen los restos que queden. Por otro lado, hay que hidratar la piel por cremas o aceites reparadores cuando aún esté húmeda protegiendo así la epidermis de los productos nocivos. El tipo de crema que se utilice debe ir acorde con la piel que se tenga (seca, mixta o grasa), de tal forma que se recuperará la elasticidad de la misma.
Es necesario tomar precauciones para evitar que el cloro nos afecteEl pelo se puede dañar mucho si no se cuida como es debido. El cloro hace que se vuelva seco, roto y apagado o con falta de brillo ya que los aceites naturales que lo protegen se ven afectados por esta sustancia. En el caso de las personas con el cabello teñido, el cloro puede ser más desfavorable ya que debilita el color.
Para evitar que esto ocurra, además de la ducha antes mencionada o el uso de gorros, es conveniente el uso de sprays protectores tanto del sol como del cloro antes de meterse en la piscina. En esta época del año se deben usar, además, champús y mascarillas especiales para hidratar el pelo según las características que tenga cada persona aumentando así su protección. Los suavizantes o serum reparadores de puntas son buenos aliados ya que eluden que el pelo se rompa utilizándolos dos veces por semana. Además, enjuagar el pelo con agua fría tiene gran cantidad de beneficios para la salud capilar. Al finalizar el verano lo mejor es pasar por la peluquería y sanear el pelo para mantener su fuerza.
