Identifica los síntomas de la anorexia y aprende cómo ayudar a quien padece este trastorno alimenticio.
Los trastornos alimenticios son enfermedades con diversas variantes y que no son fáciles de tratar, en parte porque es complicado detectar su existencia en un primer momento. Los síntomas suelen permanecer ocultos a simple vista. La anorexia es posiblemente el más conocido de estos trastornos y no por ello resulta fácil lidiar con ella, ni cuando se sufre ni cuando se conoce a alguien que está pasando por ello y se quiere ayudar.
Es por ello que ante la mínima sospecha de que alguien de nuestro entorno puede estar sufriendo anorexia es importante estar atento a los síntomas y tratar de prestar ayuda de la mejor manera posible.
Y eso que no siempre es fácil conseguirlo, puesto que lo que en un primer momento puede parecer beneficioso puede tener el efecto contrario en la persona que sufre uno de estos trastornos alimenticios. Además, para poder tratar la enfermedad quien la padece debe comprometerse a ello, empezando por reconocer la existencia de un problema.
Qué es la anorexia
Pero antes de ver cómo se puede ayudar a alguien que puede estar sufriendo anorexia es importante saber en qué consiste y qué particularidades tiene esta enfermedad. Su denominación exacta es anorexia nerviosa y se basa en que quien la padece tiene una imagen distorsionada de su cuerpo, al que considera le sobran kilos.
A partir de ahí se produce una obsesiva preocupación por perder peso que hace que caiga en prácticas de riesgo como dietas extremas hasta llegar a reducir el consumo de alimentos e, incluso, renunciar a ellos por completo.
Ante esta situación se produce una pérdida de peso que resulta evidente para cualquier persona menos para quien sufre la enfermedad, que nunca llega a estar satisfecha con su aspecto y desea seguir adelgazando. Para cuando empieza a ser evidente que sufre algún problema puede haber desarrollado desnutrición.
Particularidades de estos trastornos
Los trastornos alimenticios son relativamente nuevos. No se empezaron a tener en cuenta hasta finales del siglo pasado y no siempre son comprendidos por la gente que no los sufre. Eso supone un problema a la hora de prestar ayuda a quienes los padecen porque no saben cómo abordarlos.
Además, la anorexia es una enfermedad muy íntima. La gran parte de las personas realizan las comidas en su hogar e incluso viviendo con otras personas en la misma casa no coinciden por sus horarios labores o de estudio.
Esto hace que en ocasiones una persona pueda estar sufriendo anorexia durante meses hasta que alguien de su entorno la detecta. Es una enfermedad muy íntima y que, para cuando alguien ve los síntomas, puede haber calado hondo. Y para ayudar a tratarla hay que incluirse en ese círculo privado.
Cómo detectar los síntomas
El primer síntoma, y el más evidente, es u na pérdida de peso muy fuerte y en un espacio muy corto de tiempo. Además, la persona será reacia a comer de más y rechaza productos calóricos, su obsesión por lo que come es muy elevada, así como por recurrir continuamente a la báscula y el espejo, sin encontrar el resultado que busca.
En ocasiones a esto acompaña el consumo de diuréticos, productos dietéticos y una práctica de ejercicio extrema. Según se vaya prolongando la pérdida de peso su aspecto empeorará: se le verá más cansado, con un desajuste de temperatura corporal y piel seca.
También se agriará su carácter y se puede volver más arisco, solitario para evitar el contacto con otras personas que podrían advertirle por su excesiva pérdida de peso. Este tipo de trastornos alimenticios pueden derivar en casos de depresión o ansiedad.
Primer acercamiento
Si detecta en alguien cercano síntomas de anorexia debe cuidar cómo realiza el primer acercamiento. Hay que hacerlo con especial cuidado y dejando de lado reproches, recriminaciones y evitar las discusiones. También los interrogatorios y las presiones, puesto que esto incidirá negativamente en la persona que sufre la enfermedad, que podría sentirse perseguido. Y entonces lo que se conseguiría es un distanciamiento e incluso una recaída.
Es importante poner el tema en manos de personal especializado en cuanto sea posible. Existen áreas especializadas para el tratamiento de los trastornos alimenticios, que incluyen el apoyo de endocrinos y psicólogos. Los grupos de apoyo, con gente que pasa o ha pasado por lo mismo, también resultan útiles en la recuperación.
Visto desde fuera la anorexia puede ser considerado un capricho o una obsesión por la imagen, por la pérdida de kilos. Pero en realidad no es únicamente una enfermedad nutricional, sino que d etrás hay un fuerte componente psicológico. Quien la padece cae en prácticas peligrosas debido a que percibe una imagen distorsionada de su cuerpo.
Es por ello que a la hora de ayudar a alguien que sufre anorexia se han de tener en cuenta ambos factores. Es importante reeducar nutricionalmente al paciente, pero también a que sea consciente de la realidad y de su cuerpo.
La recuperación de la anorexia es un proceso lento y costoso y la mejor forma de ayudar a quien padece esta enfermedad es con comprensión, al igual que ocurre con el resto de trastornos alimenticios.