La tiroides es una de las glándulas más importantes que tenemos en nuestro cuerpo. Está localizada en el cuello y su forma de mariposa se extiende abarcando casi toda la zona de la garganta. La necesidad de que la tiroides funcione correctamente reside en que es la fabricante de la tiroxina, la hormona que ayuda a que nuestro metabolismo se desarrolle y trabaje perfectamente. Además es la glándula que produce la energía necesaria para que nos levantemos por la mañana y afrontemos el día con ganas de hacer cosas.
En algunos casos la tiroides no funciona como debe y produce tiroxina de más (hipertiroidismo) o de menos (hipotiroidismo), cuyas consecuencias pueden ser fatiga, depresión, intolerancia al calor o al frío, irregularidades menstruales y de peso o hiperactividad. La manera más común de realizar el diagnóstico es mediante un análisis de sangre. En el caso de resultar positivo y tener algún problema con la tiroides el médico normalmente recetará un medicamento en forma de pastillas que habrá que tomar de forma continuada. Este tratamiento regulariza la excesiva o escasa producción de la tiroxina, haciendo que vuelva a los niveles ideales para que la tiroides funcione correctamente.
Tomando las pastillas ayudaremos a la tiroides a producir buenos niveles de tiroxina, pero nosotros también podemos aportar nuestro granito de arena para mantener una tiroides saludable. Si aplicamos estos consejos en nuestro día a día reforzaremos el desarrollo apropiado de esta glándula.
¿Cómo podemos cuidar de nuestra tiroides de manera natural?
La alimentación es muy importante
Llevar una dieta sana y equilibrada es necesario en todos los casos, pero más aún si la tiroides no funciona bien. Para ayudar a que lo haga le beneficiará mucho tener ciertos minerales y vitaminas en nuestro organismo. El yodo es uno de los elementos clave para una tiroides sana por ello es recomendable comer alimentos que lo contengan, como puede ser el marisco y el pescado (salmón, caballa, atún blanco o sardina).
El selenio (champiñones), el zinc (pavo, cordero, ternera) y el hierro (lentejas, espinacas) también resultan muy favorables para la tiroides. Así mismo será igual de importante que consumamos una cantidad apropiada de vitamina A, C, E y B2. Entre los alimentos que encontramos ricos en estas vitaminas están las verduras verdes como el brócoli, la lechuga y los espárragos. También la zanahoria, los pimientos, las almendras o las fresas, la guayaba y el kiwi en cuanto a frutas.
Por supuesto, es recomendable que reduzcas la carne roja, los azúcares refinados y los alimentos procesados al mínimo. Bebe mucha agua y añade más legumbres a tu dieta.
El ejercicio es tu aliado
Con sólo 30 minutos al día se notará la diferencia. No hace falta que practiques algún deporte o te fuerces demasiado, la clave es mantenerse en movimiento durante media hora. El yoga es muy beneficioso para la tiroides, ya que algunas asanas (posturas de yoga) que se realizan durante su práctica estimulan la circulación de sangre. Tanto el yoga como otros ejercicios de este tipo nos ayudan a relajarnos y a mantener la calma, muy importante también para mantener a raya el estrés, muy perjudicial para cualquier problema de salud.
Aléjate de la radiación
Está comprobado que la radiación puede empeorar un problema de tiroides, así que mantente alejado de ella en la medida de lo posible. Reduce el uso de tablets y móviles y empieza a utilizar menos el microondas. Si es necesario que te hagan radiografías pide que te presten un collar anti radiación para proteger tu tiroides. Considera realizar otras actividades como la lectura, la pintura o el ejercicio en lugar de aquellas que propicien el uso de tecnología. Además intenta no estar cerca de torres telefónicas o de antenas parabólicas.
Cómo ves es muy importante cuidar de nuestra tiroides y si seguimos estos consejos junto a la medicación seguro que muy pronto funcionará correctamente.