Podemos decir que el trabajo es como nuestra segunda casa ya que seguramente es el sitio donde más horas pasamos a lo largo del día. Una relación fructífera con nuestros compañeros y jefes endulza el trabajo y mejora nuestra salud emocional. Sin embargo, hoy en día es difícil encontrar un ambiente laboral que satisfaga a todos, por eso, si tenemos malos compañeros o un mal jefe el trabajo se nos puede atragantar, haciendo que nuestro día a día se ponga cuesta arriba. Por otro lado, el exceso de trabajo, el poco personal o las horas extras mal pagadas no contribuyen a mejorar la situación de las personas, haciendo que a menudo uno acumule estrés sin poder hacer nada al respecto.
Como cuidar tu salud emocional cuando hay mal ambiente laboral
1-Identifica a las personas peligrosas
Seguramente a todos nos ha tocado lidiar con malos compañeros o un mal jefe. Lo primero que tienes que hacer es identificar a aquellas personas que te hacen sentir mal y preguntarte por qué es así. Analiza su forma de comportarse, su patrón de conducta, qué es exactamente lo que te molesta y por qué. ¿Es demasiado agresivo a la hora de dirigirse a los demás? ¿Son personas competitivas? ¿Demasiado autoritarias? Analiza a esa persona y comprueba también sis e comporta así con todo el mundo o si solo es contigo. A continuación dejamos los perfiles de trabajadores que acaban con la salud emocional de uno:
-Narcicistas: por lo general el narcicista es un mal jefe porque piensa que todo gira alrededor de él y nunca admite sus errores. Le encanta recibir reconocimiento de los demás y no soporta que puedan ignorarlo.
-Pasivo-agresivo. Suelen ser malos compañeros que evitan decir las cosas que le parecen mal abiertamente pero sin embargo se vengan por la espalda, de manera que no quieren que se sepa que han sido ellos los responsables.
-Victimistas. Intentan evadir sus responsabilidades y tienden a hacerse las víctimas cuando las cosas no son como él quiere que sean. Para ellos es difícil tomar decisiones y suelen ser muy pasivos.
-Paternalistas. Suelen ser jefes que sobreprotegen a los empleados y no les deja crecer ni asumir nuevos retos. Se rodea de personas que le dicen lo que quiere oir y tiende a juzgar a los empleados desde lo personal.
2-Ignorar lo que no nos interesa
Ante los comportamientos tóxicos de malos compañeros lo mejor es ignorar su mal comportamiento y hacer ver que no caemos ante las provocaciones. Nunca debes rebajarte al mismo nivel que alguien que es agresivo, la idea es hacerle ver que es él quien no se comprota de una manera adecuada, que es quien pierde los nervios y no tú. Por otro lado, si esa persona se porta bien contigo (aunque sea de forma muy puntual) hazle ver lo agradecida que estás y que se lo tienes en cuenta.
3- Aclarar los malentendidos
Si ha habido alguna situación donde sospechas que la otra persona ha podido malinterpretar tus palabras no debes dejarlo correr, con el tiempo las cosas que no se hablan se acumulan y son una fuente de rencor en el futuro. Una tontería puede llevar a problemas más graves en el futuro.
4-No des razones a los demás para quejarse
Si tienes un mal jefe, con un carácter voluble o a menudo de mal humor lo mejor es que no le des pie a que pueda quejarse de t i. Esfuérzate y mientras estés en el trabajo céntrate al 100% en él, trabaja bien, llega puntual todos los días y no te tomes demasiado tiempo para comer. Si te echa en cara un error no des excusas y simplemente asume el fallo, reconócelo y asume esa responsabilidad con el objetivo de cambiar tus posibles errores.
5-Estrategias para mantener la calma
Si tienes un mal jefe o unos malos compañeros es recomendable que busques formas alternativas de relajarte para que te ayuden a mantener tu salud emocional en el trabajo. Tal vez la más efectiva sea la respiración o las técnicas de relajación progresiva, no son difíciles de realizar aunque necesitarás practicar todos los días. Es recomendable que al principio un especialista te vaya guiando durante el proceso de relajación hasta que poco a poco vayas volviéndote más autónomo. Otra forma de relajarte más en el día a día es mediante la práctica de ejercicio físico. Te mantendrás en forma a la vez que liberarás parte del estrés laboral.
6- Equilibrio entre el trabajo y el ocio
Por muy agobiado que estés necesitas un tiempo al día para ti solo en el que estés haciendo algo que realmente disfrutes y te ayude a desconectar del trabajo, un hobby, quedar con un amigo, una escapada...
7-Busca puntos de conexión
Una forma de intentar suavizar las relaciones dentro del trabajo es buscar momentos conjuntos con tus compañeros de trabajo fuera del ámbito profesional. Muchas empresas han incorporado dinámicas grupales, deportes en equipo y otro tipo de actividades para fortalecer lazos entre compañeros y jefes. Si ese no es el caso infórmate sobre los gustos de esas personas e intenta conectar con ellos en algún área que no sea el trabajo. Crea empatía con él. muéstrale que tenéis algo en común o que al menos te interesas por lo que hace.
8- Resuelve los conflictos usando la asertividad
Es importante que siempre trates de resolver los conflictos de una forma asertiva, para ello deberás de dejar claro y de una forma amable que es exactamente lo que te molestó del comportamiento de la otra persona y cómo te hizo sentir eso. Recuerda que debes indicar que lo que te ofendió fue su comportamiento y no él o ella. Por último, intenta aportar una solución que sea beneficiosa para ambos, en la que los dos ganáis algo. También puedes recalcar alguna consecuencia negativa que podría ocurrir en el caso de que no te hiciese caso, sin embargo, debes tener cuidado para que esta no suene demasiado agresiva o se perderá credibilidad. Puedes seguir el siguiente esquema:
"Cuando tú.......... me siento................ porque..................
Me gustaría que.................
Yo por mi parte, me comprometo a............ "
Ejemplo: "Cuando tú no acabas tú parte del trabajo antes de irte a casa me siento frustrado y enfadado porque al final tengo que terminarlo yo. Me gustaría que la próxima vez lo terminarás a tiempo. Por mi parte, una vez que lo termines, me comprometo a entregarlo yo si tú tienes prisa."
El mal ambiente laboral no solo repercute en la empresa y su rendimiento sino en la salud mental de todos los trabajadores y sus familias, por eso, debes intentar hacer todo lo posible para no contribuir a ello.