La conjuntivis es una infección que ocurre en el ojo cuando la piel rosácea que hay por dentro del párpado (la conjuntiva) se inflama, produciendo rojez, dolor e hinchazón.
La conjuntivis puede afectar a todo el mundo y las causas más comunes son por las bacterias, virus o alergias. Sin embargo, otra de las causas comunes de la conjuntivitis en verano es la concentración en la piscina de cloro. Nos irritan los ojos y hace que nos escueza. Aunque todos somos propensos a sufrirla de vez en cuando los niños son más sensibles, sobre todo si tienen los ojos claros.
Los síntomas de la conjuntivis pueden variar en función de si la causa es debido a una bacteria o como reacción a sustancias irritantes, pero los principales síntomas suelen ser:
- Sentir picores en los ojos, tenerlos doloridos y enrojecidos. La persona a menudo tiene la sensación de que tiene arena en el interior.
- Pus blanco o verdoso alrededor de los ojos. Suele producirse sobre todo por la noche, la persona puede incluso despertarse con los ojos semipegados debido a que se han secado las secreciones alrededor de los ojos.
- La persona es más sensible a la luz, no pudiendo abrir bien los ojos. A veces también hay pérdida de visión temporal.
- Legañas en los ojos y aumento de la secreción de lágrimas.
¿Cómo evitar la conjuntivis en verano?
Si vas regularmente a la piscina también puedes ser vulnerable durante todo el año, pero por lo general en verano es relativamente más sencillo sufrir de conjuntivitis por diversos motivos. Por ejemplo, el uso de cremas solares puede contener alérgenos a los que la persona es vulnerable, y desencadenar una crisis alérgica.
Por otro lado, el contacto del cloro de la piscina o el agua salada del mar con los ojos los irritará, se deben evitar. Esto en sí mismo no es peligroso si utilizamos gafas, pero aun así hay personas a las que se les irrita igualmente. Si se frotan los ojos puede dar lugar a un empeoramiento de los síntomas e incluso a una infección. Además, compartir objetos personales como toallas o gafas de agua no es nada recomendable porque se facilita la transmisión de bacterias.
- Evitar tocarte los ojos directamente con las manos y mucho menos con las yemas de los dedos. Siempre que puedas utiliza pañuelos de papel limpios. Si no tienes más remedio al menos lavate bien las manos con agua y jabón y si puedes usar el dorso de la mano mucho mejor, ya que no está en contacto directo con las cosas.
- No compartes objetos personales como gafas, toallas, ropa próxima a la cara o pañuelos con otras personas. También debes tener cuidado si duermes con otra persona porque podrías contagiarle al conjuntivitis por contacto con la funda de almohada, por eso deberías cambiarla frecuentemente.
- No pidas prestado maquillaje de ojos. El rímel, sombras y lápiz deberían ser solo de uso personal para evitar infecciones. Sobre todo con personas que hayan podido tener conjuntivitis, aunque ya no la tengo las bacterias pueden seguir viviendo.
- Protege los ojos de la luz solar con gafas de sol homologadas (muy importante este detalle si queremos ahorrarnos desagradables sorpresas) y gafas de agua en la piscina y playa con el fin de no irritarlos.
- Intenta mantener siempre tus manos limpias lavándolas a menudo, las superficies como ratones, móviles, pomos de las puertas, escritorios de oficinas, etc son un cúmulo de bacterias. Tampoco se trata de obsesionarse con la limpieza pero simplemente no te toques los ojos directamente si has estado en la oficina 8 h escribiendo en el ordenador, por ejemplo.
- En el caso de que ya tengas conjuntivitis para evitar que se extienda a los dos ojos utiliza dos toallas diferentes, una para cada uno.
Remedios contra la conjuntivitis
El tratamiento que se sigue dependerá de las causas que originaron la conjuntivitis, pero normalmente el tratamiento de elección consiste en la prescripción de gotas para los ojos con corticoesteroides durante una semana, entre 5 y 6 veces al día. También suelen recetarse geles o colirios con antibióticos.
Para buscar el tratamiento perfecto el oculista tomará una muestra de las secrecciones del ojo y tras analizarlo te lo recomendará. De todos modos, con unos cuidados higiénicos adecuados la conjuntivitis no debería durar más de una semana. A continuación os dejamos con algunos remedios caseros que te aliviarán la hinchazón y son complementarios con las gotas, al ser naturales no tienen efectos secundarios y podrás "sobrevivir" en caso de que no tengas una farmacia cerca.
Miel
Tan sencillo como eso. Tiene propiedades antiinflamatorias por lo que reduce el hinchazón de los ojos y el picor. Aplícate un poco en cada ojo y déjalo reposar.
Limón
Sigue la misma línea que la miel, ayuda a reducir la inflamación. Sin embargo, debes diluirlo primero con un poco de agua porque si te lo pones directamente en los ojos puede que te los irrite aun más.
Remedios a base de infusiones
- Semillas de hinojo: Se puede comprar en herbolarios, aunque también lo tienen en algunos supermercados. Para beneficiarte de sus efectos hierve una cucharada en agua y déjala reposar. Después con unos algodones aplícatela en los ojos con suavidad y sin apretar, te aliviará el escozor.
- Té negro. Lava previamente las bolsitas y déjalas sobre tus párpados 10 minutos aproximadamente.
- Otras infusiones con las que puedes lavarte son la de manzanilla por su acción antiséptica y el orégano. Es tan fácil como dejarlas reposar al menos 3minutos y aplicarte unas gasas mojadas sobre los ojos, con 10 minutos dos veces al día es más que suficiente. Es importante que las infusiones estén bien cargadas.
Aloe vera
Es uno de los remedios estrella, conocida por todos sus efectos beneficiosos para la salud. Se utiliza para tratamientos de belleza, heridas, quemaduras y también para aliviar los síntomas de la conjuntivitis alérgica. Obviamente si es bacteriana no te va a curar pero se puede usar de manera complementaria a los antibióticos para desinflar los ojos. Además como es hidratante te dejará la piel suave.
Vinagre de sidra de manzana
Por último, gracias a su efecto antibacteriano el vinagre de sidra de manzana te ayudará a combatir las bacterias de la zona. Empapa un poco de algodón y limpia el lagrimal con él.