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VASOS LINFÁTICOS

Cómo saber si padeces linfangitis

Cómo saber si padeces linfangitis
Mercedes Benito Alfonso
Última actualización: 10 Julio 2019
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Descubre si padeces linfangitis, averigua lo más importante y si debes acudir al médico lo antes posible o no.

La linfangitis se trata de una inflamación de los vasos linfáticos como consecuencia de una infección. El patógeno que con más frecuencia las provoca es una bacteria denominada Streptococcus pyogenes. Una persona puede sospechar que padece esta enfermedad si tras una lesión en la piel, la zona comienza a presentar un enrojecimiento importante, calor local y los bordes de alrededor se comienzan a afectar. Es frecuente que aparezca igualmente fiebre alta y escalofríos como respuesta sistémica a la infección, además de dolor e inflamación del área afectada. Si se padece linfangitis la persona deber ser hostilizada para recibir el tratamiento adecuado. Es una patología frecuente y que en ocasiones no se diagnostica.

Se trata de una situación que si bien no mortal, si presenta cierta gravedad y una vigilancia médica estrecha y especializada para prevenir complicaciones futuras más graves, como que la infección pase a la sangre y se produzca una septicemia.

La linfangitis se trata de una inflamación de los vasos linfáticos como consecuencia de una infecciónLa linfangitis se trata de una inflamación de los vasos linfáticos como consecuencia de una infección

Linfangitis, la inflamación de los vasos linfáticos

La linfangitis se reconoce como una inflamación de los vasos linfáticos de la piel y el tejido subcutáneo, conocido como hipodermis. Los vasos linfáticos son los encargados de transportar la linfa, que es un líquido de color amarillo claro, compuesto por linfocitos, leucocitos y plasma linfático, la función principal de la linfa es inmunitaria o de defensa del organismo, forma parte importante del sistema inmune. Después de sufrir alguna lesión en la piel, estos vasos linfáticos pueden inflamarse, produciéndose entonces una linfagitis, que puede aparecer de forma aguda o crónica, que se mantiene en el tiempo. El tipo crónico puede desencadenar linfedema, otra patología de la linfa pero en este caso se caracteriza por la obstrucción de los vasos linfáticos.

La linfagitis también se conoce de manera menos técnica como "envenenamiento de la sangre". No debe este nombre llevar a error pues no tiene nada que ver con la septicemia, proceso infeccioso de la sangre y que afecta al cuerpo entero, mientras que la linfangitis afecta a la linfa y a un área determinada de la piel.

¿Por qué se produce la linfangitis?

Conocer qué puede producirla nos ayuda a identificar si podemos padecer linfangitis. La linfangitis se produce con mayor frecuencia como consecuencia de una infección por bacterias, en su mayoría del tipo estafilococos y estreptococos. Estas bacterias entran en el cuerpo humano a través de heridas, cortes, rasguños, picaduras de insectos o cualquier otro tipo de herida en la piel. Esta bacteria paso al sistema linfático y se mueve a través de él, creciendo y multiplicándose allí y provocando que los vasos linfáticos se inflamen. Es esta inflamación la que origina las características estrías rojas que no sirven de alarma para saber que padecemos linfangitis.

Pero conozcamos más detenidamente como podemos desarrollar linfangitis. Si es una forma aguda es común que sea como consecuencia de infecciones bacterianas de diseminación rápida. Previamente a la aparición de la linfangitis es común haber sufrido una lesión, un absceso, un forúnculo, acumulación de pus, una picadura u otro foco de infección. Los hongos, especialmente de los pies, es otro modo de desencadenarla.

Cuando se trata de una forma crónica las razones más comunes son una forma aguda original que reaparece constantemente porque está mal curada y se cronifica, o que la alteraciones de los vasos linfáticos se hayan producido de manera más lenta. Estas alteraciones suelen tener lugar en las válvulas de los vasos linfáticos, son las encargadas de ayudar en el transporte del líquido linfático, si no trabajan adecuadamente el líquido se estanca, conocido como insuficiencia.

¿Cómo sé si los síntomas son de linfangitis?

Si se trata de un episodio agudo, la mejor manera que tenemos de identificar que sufrimos una linfangitis son las líneas rojas debajo de la piel y lo más importante van todas en dirección al corazón. Estas rayas rojas son los vasos linfáticos que al estar inflamados de hacen visibles bajo la piel. A la palpación se siente calor y dolor, además de dolor en casos más avanzados. Los ganglios linfáticos más cercanos a la zona afectada pueden estar inflamados también. A estos síntomas locales se le pueden añadir síntomas denominados sistémicos, son síntomas generales del propio cuerpo que reacciona a la inflamación, destacan fiebre, escalofríos, mal estar general, dolores musculares, cefalea, pérdida de apetito...

Si se trata de una linfangitis crónica, la cosa varía, aparecen síntomas como hinchazón, edema, la piel de la extremidad o zona afectada está tensa y pesada, pero no presenta un color especial ni suele ser dolorosa. En los casos crónicos más avanzados las alteraciones de la piel están marcadas por prurito (picor), ampollas, costras y/o eccema (descamación). Si el proceso continúa las alteraciones de la piel y de los tejidos subyacentes progresan en otro tipo de lesiones como erosiones y úlceras.

En el caso de sufrir una linfangitis, el paciente deberá seguir un reposo relativoEn el caso de sufrir una linfangitis, el paciente deberá seguir un reposo relativo

¿Qué tratamiento debo seguir si padezco linfangitis?

El mejor tratamiento es el que se adapta a la causa que hizo inflamarse los vasos linfáticos en primer lugar, e igualmente influye en el tiempo de aplicación del mismo. Por norma general, la persona afectada por linfangitis no ve afectada su vida considerablemente y el pronóstico de curación en bastante bueno si se administra el tratamiento adecuado.

En el caso de sufrir una linfangitis, el paciente deberá seguir un reposo relativo, además de inmovilizar el miembro afectado. Los medicamentos más habituales que te recetará tu médico serán anti- inflamatorios, calmantes y fármacos para bajar el edema o hinchazón. Es común tener que administrar heparina en forma de inyecciones subcutáneas en el abdomen, su función principal es evitar complicaciones debidas a la inmovilidad de la extremidad con linfangitis, como son los coágulos, tromboflebitis y tromboembolismos pulmonares. Si el origen de la linfangitis está en una bacteria será necesario el tratamiento antibiótico, pudiendo llegar a ser necesario que éste sea por vía endovenosa de manera hospitalaria.

La cirugía se reserva para situaciones en las que es necesario extirpar quirúrgicamente los vasos y ganglios linfáticos afectados por la linfangitis.

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