La vida se conforma de grandes momentos, la cual la dotan de gran valor y hace que nos sintamos felices y satisfechos, y otros momentos en los cuales nos parece que todo lo bueno que teníamos de golpe se haya derrumbado. La muerte de un ser querido suele ser una de las causas principales de estos momentos, en los cuales nos sentimos sumidos en una gran pena y nos sentimos incapaces de poder seguir adelante sin esta persona a nuestro lado.
El duelo es un proceso normal por el que todos pasamos tras la muerte de una persona a la que hemos querido. El hecho de que haya dejado de estar a nuestro lado para siempre puede causarnos grande dolor, por lo que deberemos aprender a vivir con este duelo de manera que nos deje seguir adelante con nuestras vidas y podamos seguir disfrutando de las cosas buenas que existen en este mundo.
Probablemente, el gran vínculo que tuvieses con la persona que ha fallecido te haga imposible pensar cómo salir adelante y superar este trance. Lo que debes tener presente es que la muerte de un ser querido no se supera, sino que aprendemos a vivir con el dolor de haber perdido a esta persona que tanto hemos querido y comprendemos que esto es ley de vida.
Te contamos algunos consejos para aprender a vivir y seguir con tu vida después de la muerte de un ser querido y tras el duelo natural que habrás de pasar tras su fallecimiento.
Cómo superar la muerte de un ser querido
Cuando un ser querido fallece por muerte natural, quizás hayamos tenido un tiempo para comprender que la muerte llegaría más tarde o más temprano. Sin embargo, la pérdida de esta persona que tanto hemos querido puede causarte gran pena en tu corazón. En el caso de que la persona haya fallecido por accidente, lo más seguro que te cause un sobresalto que sea más fuerte.
De un modo u otro, el fallecimiento de un ser querido es un trance duro por el que todos pasamos en cualquier momento de nuestras vidas, ya bien sea por accidente o enfermedad. En ese instante la noticia puede llegar dejarnos muy afectados, ya que no comprendemos nuestra vida sin esta persona tan importante a nuestro lado.
Durante los días en los que haya que visitar el tanatorio y se celebre el entierro es normal que te sientas más decaído que de costumbre. Seguramente, al retomar tu vida diaria sin esta persona a tu lado haga que te sientas un poco perdido, puesto que será entonces que tomarás conciencia plenamente de que esa persona ya no está.
Es esencial que en esos momentos te apoyes en tus seres queridos e intentes no pasar muchos ratos solo. Por supuesto es normal que te sientas triste durante los primeros meses, ya que a todos nos duele perder una persona a la que hemos querido y con la que hemos pasado muchos ratos. Rememorar esos momentos no tiene por qué entristecerte más, sino que deberás comprender que el duelo es un proceso natural por el que pasamos todos.
Llegará un momento en el que aceptes que esta persona se ha marchado para siempre y todos tus recuerdos y memorias a su lado te ayuden a recordar a esa persona con una sonrisa, es decir, no superarás nunca la muerte de un ser querido, porque las memorias de los seres humanos se construyen por todas aquellas grandes personas que han pasado por nuestra vida, sino que aprenderás a superar el duelo y a vivir sin esa persona, aunque al principio te pareciese imposible.
Así pues, con la ayuda de las personas a las que quieres no te sentirás solo y podrás comprender que la vida puede quitarte a alguien querido de tu lado, pero también puede darte a muchas otras personas, que jamás igualarán a la perdida (porque cada uno de nosotros es diferente a los otros), pero ayudarán a que tu vida sea más llevadera y puedas volver a disfrutar de las pequeñas cosas y de las alegrías que te quedan por vivir.
En los casos en los que sientas que no puedes superar la pérdida de este ser querido, no dudes en contactar con tu médico, quien te puede aconsejar quizás un psicólogo con el que podrás hablar y así comprender que el duelo es un proceso natural y que la persona que se ha ido querría que quisieras viviendo y siendo feliz, como cuando ella todavía estaba en tu vida.