Cuando se tiene la necesidad de cambiar a las personas está claro que hay algo en nuestro interior o en nuestra salud emocional que no marcha bien. Puede ser un síntoma de comportamiento compulsivo que no nos beneficiará en absoluto. Las personas son cómo son y cambiarlas no debe estar dentro de ningún objetivo vital en tu vida.
El comportamiento compulsivo de tratar de cambiar a alguien viene en forma enmascarada, parece que se quiera 'rescatar' o 'ayudar' a otra persona encajándolos en una imagen en la que piensas que las cosas deberían ser así y no de otro modo. Bajo esa perspectiva, las personas piensan que deben ser perfectas o encajar en una idea de modelo en la que se percibe como 'correcto '. Pero es necesario aprender a aceptarse a uno mismo para poder aceptar después, a los demás. Antes de intentar cambiar a alguien, primero hay que cambiar la necesidad que nace del propio interior.
Practicar el blindaje emocional
Es necesario empezar a cuidar de tus propios sentimientos y no pensar tanto en cómo deberían ser otras personas. Estar muy pendientes de los problemas de los demás puede hacer que tus propios problemas queden a un lado. Es necesario reconoce que esto puede reducir tu autoestima a medida que intentas arreglar a otras personas, porque entonces, ¿qué pasa contigo? Por si fuera poco estarás entorpeciendo la capacidad del otro de aceptar su responsabilidad personalidad por sus acciones, ya que eres tú quién parece que está manejando su vida.
Para superar esto es importante practicar el blindaje emocional. Si te encuentras demasiado atrapado en los sentimientos de toras personas que pierdes de vista los tuyos propios, deberás empezar a establecer límites saludables. Deberás practicar el desapego de las emociones de culpa o vergüenza que pueden surgir de la empatía que puedes sentir por otra persona, ya que esto puede llevarte a hacer cosas que no deseas hacer y además, te puedes sentir incómodo con tus propias acciones. Al resistir este impulso, tendrás la responsabilidad de aceptar tus acciones y que las de otros nada tiene que ver contigo.
Reflejo en la comunicación
Esperamos que las demás personas sean como nosotros, queremos que quieran lo que queremos nosotros y que sientan cómo sentimos nosotros. Pero esto no puede ser así. Cuando quieres que los demás sientan como tú estarás asumiendo erróneamente que si la otra persona no reacciona o no se comporta de la manera que tú lo harías, algo va mal. Pero no hay nada mal en ser diferentes a otros, ¡en la variedad está el gusto!
Cuando tengas la necesidad de cambiar a alguien, resiste ese impulso e incorpora apoyo emocional y comprensión de los sentimientos de la otra persona desde el respeto. En lugar de intentar resolver problemas que nada tienen que ver contigo, reconoce cuál es la creencia de la otra persona e intenta ser un apoyo.
No somos iguales y eso está bien
Solo hay que tener en cuenta las diferencias biológicas entre hombres y mujeres. Cuando se enfrentar conflictos emocionales de un ser querido, el cerebro de un hombre provocará inmediatamente un área de resolución de problemas y la fijación de la situación, mientras que una mujer prestará de apoyo emocional, escuchará y empatizará con sus seres queridos. Las mujeres están conectadas para concentrarse en expresar emociones, mientras que los hombres están más conectados para la acción.
Esto se basa en una estructura biológica hormonal. En el cerebro femenino, las hormonas como el estrógeno, la progesterona y la oxitocina predisponen a los circuitos cerebrales hacia comportamientos típicos de las mujeres. En el cerebro masculino, es la testosterona, la vasopresina y una hormona llamada MIS (sustancia inhibidora de Mullerian) las que tienen los efectos más tempranos y duraderos. La estructura única del cerebro masculino y femenino determina cómo cada uno piensa, qué valora y cómo se comunican. Al reconocer y explorar las diferencias entre las personas, podrás comenzar a aceptarles cómo son, mejorarás tus relaciones personales y también tu salud emocional ya que te sentirás liberado/a.