La cirrosis hepática es una enfermedad bastante grave que afecta al hígado y que por desgracia no tiene cura. Las causas pueden ser diversas y se puede deber desde el exceso del alcohol hasta al abuso de grasas. En el caso de ser diagnosticado con dicho problema es muy importante el cambiar de hábitos de vida y empezar a seguir un estilo de vida lo más sano posible que ayude a rebajar los síntomas y llevar una vida lo más normal posible dentro de la gravedad que supone el tener cirrosis hepática.
Qué síntomas provoca la cirrosis
La cirrosis hepática provoca una pérdida importante de las funciones del hígado y debido a dicho problema el propio hígado puede aumentar o reducir de volumen. En cuanto a los síntomas, lo más claros y evidentes son entre otros un dolor en la zona del hígado, piel pálida, una hinchazón en las piernas o hemorroides. SI la persona tiene dichos síntomas es bastante importante el acudir al médico para ver si se le diagnostica dicha enfermedad.
Cómo tratar la cirrosis
Como ya te he comentado más arriba, la cirrosis hepática no tiene cura aunque si se sigue un determinado tratamiento se puede frenar dicho problema de salud. Cambiar una serie de hábitos es clave y esencial para conseguir el paliar los citados síntomas. No pierdas detalle de esta serie de consejos que te ayudarán a tratar un problema tan grave como es la cirrosis hepática.
- Lo primero y más importante consiste en dejar el consumo de alcohol. Dicho hábito tan perjudicial para la salud del hígado es la causa principal de padecer cirrosis. No se permite beber ni una gota de alcohol ya que se agravaría y aceleraría la enfermedad.
- Hay que tener especial cuidado con los medicamentos que tomas. Al padecer cirrosis, el hígado no elimina lo bien que quisiera los medicamentos y se acumulan en el organismo. Sólo debes tomar los fármacos que te prescriba el médico.
- Llevar una vida lo más saludable posible basada en una buena dieta nutritiva y equilibrada y en el ejercicio físico. El sedentarismo y la comida basura no son muy buenos aliados de la cirrosis hepática.
- La sal es junto al alcohol otro de los grandes enemigos de la cirrosis hepática. Debes evitar la sal en las comidas y optar por alternativas mucho más saludables como es el caso de las especias.
-No dudes en incorporar a ti dieta del día a día alimentos tales como las verduras, la fruta, los cereales o el pescado . Comer bien y sano te va a permitir frenar la cirrosis y tener cierta mejoría.
Aparte de estos consejos, la mejor manera de tratar una enfermedad como la cirrosis es el trasplantar un nuevo hígado. Dicha operación se realiza cuando la cirrosis está muy avanzada y el hígado está a punto de dejar de funcionar poniendo en peligro la vida de la persona que padece cirrosis. A día de hoy el porcentaje de éxito de dicho trasplante es bastante alto. El problema es que en muchos casos la causa de la cirrosis es viral por lo que el trasplante no termina siendo la solución y al cabo del tiempo termina por volver a reaparecer de nuevo.
La cirrosis hepática es una enfermedad del hígado bastante seria que por desgracia no tiene una cura. Recuerda que en el caso de presentar algunos de los síntomas arriba descritos, no debes perder nada tiempo y acudir rápidamente al médico. El diagnosticar lo más rápido posible dicha enfermedad es clave a la hora de frenar tal problema y evitar que la propia cirrosis vaya a más poniendo en peligro la vida del paciente.