Decimos que existe incontinencia urinaria cuando la persona experimenta falta en el control voluntario de la micción que conlleva a pérdidas de orina. Siente la necesidad inminente de orinar y le es difícil controlar el líquido. Suele ser más común en mujeres que en hombres.
La incontinencia urinaria de esfuerzo no es una enfermedad en si misma, si no más bien una consecuencia de otras alteraciones orgánicas que conllevan a una dificultad en el llenado de la vejiga. Aunque no es una enfermedad es una consecuencia incómoda para la persona que lo sufre, produciendo una pérdida considerable en su calidad de vida ya que normalmente las pérdidas aparecen como consecuencia de acciones tan cotidianas como reir, tener relaciones sexuales, estornudar, en general hacer algún tipo de esfuerzo físico, etc.
Causas de la incontinencia urinaria
Para entenderlas correctamente primero tenemos que saber cómo funciona el aparato excretor. Los riñones son los encargados de filtrar la sangre para limpiarla de todas las impurezas que pueda presentar. Las envía a la vejiga directamente, que puede almacenar tranquilamente medio litro de líquido. Cuando la vejiga está a medio llenar se envía un mensaje al cerebro que le alerta de que hay que expulsar la orina. Para evitar su inmediata expulsión los músculos del suelo pélvico (se sitúan alrededor de la uretra y debajo de la vejiga) se contraen y controlan el esfínter.
La incontinencia se produce principalmente cuando hay un debilitamiento de los músculos pélvicos y no se puede controlar la uretra. Las causas son diversas pero las más comunes suelen ser:
- La maternidad: cuando una mujer queda embarazada su cuerpo se somete a múltiples cambios fisiológicos. Entre ellos el aumento de peso, los cambios hormonales, la presión del útero contra la vejiga... Como consecuencia los músculos pélvicos tienden a debilitarse.
- La obesidad: las personas con sobrepeso tienen una presión extra sobre sus músculos pélvicos debido al aumento de masa en esa zona.
- La edad avanzada: es un factor importante porque a medida que la persona cumple años, es más difícil para ella mantener fuertes los músculos pélvicos que rodean el esfínter. No es meramente debido a la edad si no a los problemas que vienen asociados a ella.
Por un lado, las mujeres sufren la menopausia: con la llegada de la menopausia es común que vengan asociados problemas de incontinencia urinaria. Es debido a la reducción de hormonas en el cuerpo de la mujer. Poco a poco se va produciendo una atrofia uterina a la que va a asociada un debilitamiento en los músculos del suelo pélvico.
Por otro lado, los hombres con problemas de próstata se enfrentan a los mismos desafíos, en concreto los problemas relacionados con el aumento o/y el cáncer de próstata.
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-Daños neurológicos debido a enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis múltiple...
Estas son solo algunas causas para la incontinencia urinaria. Si quieres saber más del tema os invitamos a visitar el siguiente enlace.
Medicamentos para la incontinencia urinaria de esfuerzo
Hay múltiples fármacos para la incontinencia urinaria de esfuerzo, sin embargo este tipo de tratamientos no ha tenido muchos beneficios a largo plazo. Funciona bien cuando la incontinencia no es muy grave. Tu médico puede recetarte varios fármacos a la vez. Entre los más comunes encontramos:
- Estrógenos para mujeres con menopausia. Son aplicados en forma de crema o anillos vaginales.
- Medicamentos anticolinérgicos para que los pacientes puedan relajar los músculos de la vejiga más fácilmente. Los más recetados son: el Oxytrol, el Detrol, Ditropan, Enablex, Vesicare y Sanctura.
- Tratamiento con estrógenos especialmente indicado para mujeres postmenopáusicas.
- Medicamentos que bloquean las contracciones de la vejiga, permitiendo que se relaje más facilmente. Son la imipramina y los medicamentos antimuscarínicos.
Ejercicios musculares
Los más usados son los ejercicios de Kegel. Se trata de contraer y relajar el esfínter cuando estamos orinando. Es tan sencillo como cortar la orina en medio de la micción. Notarás como los músculos de la vejiga, útero y recto se tensan. Después relájelos y permite que la orina siga su curso. Para asegurarte de que contraes correctamente los músculos introduce un dedo en el recto (si eres hombre) o en la vagina (si eres mujer) y realiza el ejercicio, si notas presión en el dedo lo estarás realizando correctamente.
Otra variante que nos permite hacerlos sin necesidad de tener ganas de orinar es la siguiente: primero tendrás que ir al baño y vaciar la vejiga. Después debes contraer los músculos del suelo pélvico y aguantar 10 segundos. Relaja contando nuevamente hasta 10. En total tendrás que realizar 8 repeticiones un mínimo de 3 veces al día, por la mañana, tarde y noche. Lógicamente cuanto más practiques mucho antes notarás los avances.
Por último, la biorretroalimentación es una técnica donde se le enseña a los pacientes a tomar consciencia de los músculos de la zona pélvica y así ser más sensibles a los estímulos de plenitud vesical.
Infusiones naturales
Hay infusiones que gracias a sus propiedades funcionan como un diurético que permiten vaciar la vejiga de una vez.
-Cola de caballo. Es un diurético natural que permite vaciar por completo la vejiga durante la micción además de fortalecer los músculos pélvicos. Se puede comprar en herbolarios o en forma de bolsitas para infusionar en casi todos los supermercados.
-Dientes de león. Tomándote una o dos tazas pequeñas al día retendrás menos líquido porque funciona como un diurético. Fortalece todo el sistema excretor, desde los riñones, pasando por el hígado, la uretra, hasta la vesícula biliar.
-Hinojo. Es otro diurético que tomado a modo de infusión te ayuda a vaciar la vejiga. Tomate 1 taza antes de desayunar.
Cambios de comportamiento
Cuando los síntomas no son muy graves con unas simples pautas la persona mejora muchísimo, aun así, aunque si lo sean, nunca viene mal ponerlos en práctica y así "suavizar" el problema.
- Limita la toma de cítricos, comidas demasiado picantes o especiadas y otro tipo de alimentos o bebidas que puedan irritar el sistema urinario. Por el contrario, toma comidas que contengan fibra natural porque el estreñimiento empeora la situación.
- Evita bebidas irritativas como el café o bebidas carbonatadas. Opta por infusiones, agua con limón o simplemente agua.
- No aguantes las ganas de ir al baño. Si tienes la necesidad de ir no lo pospongas, asi evitaremos más fácilmente pérdidas por esfuerzo.
- Si tienes sobrepeso plantéate perder peso.
Cirugía
Cuando la gravedad de los síntomas es alta se puede recomendar la cirugía. Hay varias intervenciones dependiendo del tipo de incontinencia presentada. Puede ser efectiva aunque es recomendable utilizarla como última opción siempre que no se haya obtenido una mejoría en los anteriores.
Se han hecho varios estudios donde se compara la efectividad de los resultados. En general, el tratamiento mejor valorado son los ejercicios para fortalecer el suelo pélvico, aunque hay que tener en cuenta que los efectos se ven a largo plazo, no son inmediatos, por eso hay que tener paciencia e insistir.