La Enfermedad de Parkinson fue descrita por primera vez por el médico James Parkinson en 1817. Se trata de una enfermedad crónica neurodegenerativa, es decir, en ella se da la muerte progresiva de neuronas de ciertas zonas del cerebro. Esas zonas dañadas son principalmente los ganglios basales, y más concretamente a la sustancia negra del tronco encefálico, que es donde se libera principalmente la dopamina. La dopamina es un neurotransmisor muy importante, que al ser liberado interviene en muchas funciones del cerebro, como el movimiento, el aprendizaje, la memoria, la atención, el sueño y hasta en el humor. A ella le debemos las sensaciones de placer, porque es la sustancia que nos hace tener esa sensación al realizar una conducta, provocando que en el futuro la queramos repetir para volver a sentir ese bienestar.
Así, al tener menores niveles de dopamina, algunos núcleos del cerebro no son estimulados y esto provoca la sintomatología propia del Parkinson. Además de afectar al funcionamiento motor, los enfermos de Parkinson tienen otros tipos de alteraciones, y la investigación está hallando nuevas, entre ellas conductuales o autónomas (es decir, aquellos procesos que el cuerpo lleva a cabo de manera automática, como las funciones gástricas). Eso estaría indicando que podría haber más zonas del cerebro afectadas que las clásicamente conocidas.
El Parkinson afecta tanto a hombres como mujeres, y suele aparecer a partir de los 60 años de edad, aunque un 30% de los afectados tienen menor edad, incluso hay una variedad precoz de Parkinson que aparece antes de los 40 años. Un 1% de la población mundial mayor de 65 años padece esta enfermedad.
Causas del Parkinson
Las causas del Parkinson no son conocidas, excepto cuando es derivado de otros factores, como el consumo de drogas, efectos secundarios de algunos medicamentos, la exposición a ciertas sustancias tóxicas (se cree que ciertos pesticidas pueden facilitar su aparición, y también el monóxido de carbono), tumores o traumatismos.
Sin embargo, los casos que no son secundarios, en los que se hablaría de Parkinson primario, la causa no está clara. Se cree que tiene algún componente genético porque es común que se den varios casos en una familia, pero no se ha clarificado cómo funciona la herencia en esta enfermedad, aunque no se cree que sea tan importante como en otras. También se baraja la posibilidad que sea a causa de los radicales libres, moléculas que aceleran el envejecimiento celular.
Señales o síntomas del Parkinson
Los síntomas del Parkinson aparecen de manera más leve y su intensidad se va incrementando con el paso del tiempo. Además, es común que aparezcan en sólo una mitad del cuerpo, para posteriormente ampliarse hacia la otra. Estos síntomas son muy numerosos, que se dan de manera combinada, y no tienen por qué aparecer todos:
- Temblor en reposo. Cuando la persona no está realizando ninguna acción, presenta temblor, especialmente en las extremidades superiores, y cuando realiza un movimiento éste desaparece. También desaparece durante el sueño, sin embargo, es más fuerte cuando la persona se encuentra tensa, o cuando toma fármacos estimulantes. Se trata del síntoma más conocido del Parkinson, aunque alrededor de un 30% de los pacientes no lo presenta.
- Rigidez muscular. Esto quiere decir que carece de flexibilidad en los músculos, y ocurre sobre todo en zonas como los tobillos y muñecas.
- Bradicinesia. Este síntoma hace referencia a la lentitud a la hora de realizar movimientos voluntarios.
- Inestabilidad y trastornos posturales. Esto se da en fases avanzadas, y hace que el enfermo tienda a flexionar el tronco y la cabeza hacia delante, y las extremidades también se ven flexionadas. También provoca que al caminarse bloquee de repente, lo que también facilita las caídas. Es común la pérdida de equilibrio.
- Caligrafía más pequeña, además de dificultad para realizar movimientos finos.
- Bajada del tono de voz y monotonía al hablar.
- Falta de expresión facial, debida a la rigidez de los músculos de la cara.
Además de esos síntomas, el Parkinson suele tener asociados otros problemas :
- Trastornos del sueño.
- Falta de olfato.
- Estreñimiento, por la dificultad del funcionamiento de algunas funciones autónomas.
- Problemas urinarios.
- Problemas para tragar y masticar.
- Alteraciones en la piel, como eczema.
- Trastornos sexuales.
- Depresión y otros problemas emocionales.
Tratamiento del Parkinson
Desafortunadamente, no existe tratamiento para el Parkinson, aunque sí medicamentos para reducir y retrasar en lo posible los síntomas y mejorar la calidad de vida del enfermo.
No es posible administrar la dopamina de manera artificial porque no pasa la barrera hematoencefálica, aquella que existe entre los vasos sanguíneos y el cerebro, y entonces no accede hasta el mismo. Por ello, se administra Levodopa, que es un precursor de la dopamina, es decir, una molécula que el cerebro utiliza para fabricar dopamina y que sí atraviesa esa barrera. Sin embargo, este medicamento se suela administrar en fases más avanzadas de la enfermedad, pues pierde efectividad con los años y si se administra en exceso produce efectos secundarios bastante graves.
Sin embargo, existen otros medicamentos que se administran en fases más tempranas, y también se pueden utilizar en combinación con la Levodopa para aumentar su eficacia minimizando los efectos secundarios. Estos son: Amantadina, agonistas dopaminérgicos, inhibidores dopaminérgicos y anticolinérgicos.
También existe el tratamiento quirúrgico, actuando en la parte dañada del cerebro, pero sólo es posible aplicarlo en un 5% de los pacientes. Por último, y en combinación con cualquier otro tipo de tratamiento, también se aplica rehabilitación física, para mantener y reforzar la movilidad y tonificación muscular.
La vida con Parkinson
La esperanza de vida de un enfermo de Parkinson es similar a la de las personas que no padecen la enfermedad, por lo que no se trata de enfermedad mortal. Por ello, el disminuir los síntomas con el tratamiento farmacológico ayuda a los pacientes a tener una mejor calidad de vida.
Desde 1997, cada año se celebra el Día Mundial del Parkinson el 11 de abril, el mismo día que nacía James Parkinson. El objetivo es dar a conocer esta enfermedad y concienciar a la población sobre sus efectos. Existen, además, numerosas asociaciones para ayudar a los enfermos y a sus familias a tener todo el apoyo y los recursos necesarios.