La diabetes es una patología crónica que se caracteriza por una elevación de la cifra de glucosa (azúcar) en sangre. Con el paso del tiempo, un alto nivel de azúcar en sangre puede dañar a corto y largo plazo el organismo de la persona diabética. Son especialmente sensibles algunos órganos como ojos, riñones, nervios, piel, corazón y vasos sanguíneos. Algunas de las lesiones o daños colaterales son irreversibles y son especialmente vulnerables las personas con un mal control de su diabetes.
La diabetes es una patología crónica que se caracteriza por una elevación de la cifra de glucosa en sangreMuchas personas ignoran las consecuencias de la diabetes en su salud y la repercusión directa en su calidad de vida. Por ello, es importante conocer el alcance que la diabetes puede tener en nuestro cuerpo, así como conocer maneras de prevenirlo y las señales de alerta.
Corazón: arterioesclerosis, infarto y cardiopatía isquémica
Las personas diabéticas presentan una incidencia mayor de sufrir un infarto o daño en las arterias coronarias. Casi un tercio de los diabéticos mueren por problemas cardiacos o complicaciones derivadas de ello. La diabetes es uno de los más importantes factores de riesgo de padecer cualquier dolencia cardiaca. Los diabéticos acumulan más placa de grasa en las arterias, lo que provoca estrecheces en la luz del vaso sanguíneo e impide que pase la sangre, además las arterias coronarias se ven dañadas (arterioesclerosis) con más frecuencia que en las personas no diabéticas.
El riesgo de infarto en estas personas es mayor y con peor pronóstico, debido a que los síntomas comunes de alarma en cualquier infarto, no son los mismos en los diabéticos, en ellos la sintomatología es lo que se denomina más silente y difusa. Los síntomas no son tan claros y con frecuencia pasan desapercibidos. Por todo ello, una persona diabética debe tener un mayor control de las cifras de colesterol, en su caso aún deben ser más bajas que en el resto de la población, y mayor seguimiento por parte de un cardiólogo.
Cerebro: ictus o infarto cerebral
Como sucede en el caso de la patología cardiaca, el riesgo de sufrir un infarto cerebral, conocido como ictus, es también superior en los diabéticos. La razón es la misma, las estrecheces que aparecen con el tiempo en las arterias cerebrales, disminuyendo la cantidad de sangre que pasa a través de ellas. Además los niveles altos de glucosa en sangre favorecen la formación de coágulos en la sangre, lo que puede llegar a las finas arterias que irrigan el cerebro, e impedir que llegue por completo la sangre.
La probabilidad de que si se ha sufrido un accidente cerebro vascular, este se repita es mayor en los diabéticos. El control de los factores de riesgo como las cifras de tensión arterial, obesidad, sedentarismo y colesterol, en estos pacientes es fundamental.
Pie diabético
El pie diabético tiene relación con la disminución del riego sanguíneo a las extremidades inferiores, y derivado de ello, aparecen lesiones a nivel de nervios y tejidos. La manifestación más importante es la pérdida de sensibilidad del pie, debido a este daño en los nervios. De modo que cualquier herida o golpe puede desencadenar úlceras, a las que hay que sumar un proceso de curación y cicatrización más lento e ineficaz en estas personas.
El primer signo de alerta comienza con pies fríos o reducción de la temperatura de los pies, debido a esta mala circulación. Otros signos y síntomas del pie diabético son: alteraciones de los reflejos, sensación de hormigueo, sequedad de la piel y heridas que no cicatrizan. La amputación de alguno de los dedos del pie debido al daño interno de los capilares más pequeños, es el desenlace habitual en personas con muy mal control de las heridas podológicas y mal seguimiento de su diabetes. Para prevenir esta dolencia, es muy importante el seguimiento por un podólogo y una correcta higiene y secado de los pies.
Problemas oculares: glaucoma, retinopatía diabética y cataratas
Las personas con diabetes presentan más riesgo de padecer daños visuales, especialmente glaucoma, retinopatía diabética y cataratas. El glaucoma es la lesión del nervio óptico debido a un aumento de la tensión ocular. Como hemos mencionado la diabetes daña a la larga los nervios, así que los diabéticos tienen más riesgo de sufrir glaucoma. En casos avanzados o de mal control del azúcar puede desencadenar ceguera.
La retinopatía diabética sucede como consecuencia de lesiones sobre los capilares de la retina. En estadios iniciales ocurren pequeños derrames, conocidos como micro-aneurismas. Si no se corrigen con el tiempo evolucionan en edema y hemorragias oculares mayores. Finalmente aparece desprendimiento de retina y ceguera.
Las cataratas aparecen en la mayor parte de las personas de edad avanzada, pero presentan mayor incidencia, peor pronóstico, evolución más rápida y aparición más temprana en las personas con diabetes.
Afectación de los riñones: nefropatía
En la diabetes, la glucosa se acumula en la sangre en cantidades elevadas y no puede eliminarse de manera correcta. Los riñones son los órganos encargados de metabolizar y eliminar las toxinas o sustancias de desecho de nuestro cuerpo a través de la orina. Si las cifras de azúcar en sangre son muy elevadas, no pueden realizar bien su función, desencadenando problemas de toxicidad, procesos inflamatorios y degenerativos en los riñones. Esto se conoce como nefropatía diabética. Si la enfermedad progresa, la persona afectada puede llegar a necesitar diálisis renal de forma puntual o permanente para limpiar la sangre de aquellas sustancias de desecho que los riñones no son capaces de eliminar, al verse afectados por la nefropatía. Una analítica para el control de función normal y seguimiento por parte de un nefrólogo si aparece cualquier alteración son las medidas para prevenir la aparición de nefropatía.
La diabetes mal controlada provoca serios daños en el sistema nerviosoAlteraciones del sistema nervioso: neuropatía
La diabetes mal controlada provoca serios daños en el sistema nervioso. La principal alteración que provoca en los nervios, se denomina neuropatía periférica. Los nervios que inervan las extremidades inferiores son los más largos y los primeros en manifestar los síntomas. Los principales síntomas son: adormecimiento, hormigueo y dolor. Posteriormente, si la dolencia progresa, se ven afectados los brazos y las manos.
También puede aparecer la neuropatía anatómica, en ella los nervios que se ven lastimados afectan a órganos vitales, apareciendo complicaciones más serias como alteraciones en las funciones digestivas, problemas de micción y disfunción sexual.
