Son muchas las millones de personas que toman refrescos todos los días. El refresco parece una bebida estimulante y que es una buena idea sobre todo en comidas familiares, con niños, en el trabajo o simplemente porque apetece. En realidad, los refrescos no tienen nada de saludable y aunque tomarlos con moderación no tiene por qué suponer un riesgo para tu salud, jamás se debe convertir en hábito su consumo.
Las tasas de consumo de refrescos han aumentado dramáticamente en todo el mundo, y muchas personas beben refrescos diariamente. Al mismo tiempo, las crecientes tasas de obesidad y diabetes son motivo de preocupación... Y en parte, todo esto puede estar relacionado. Renunciar a los refrescos o al menos reducir su consumo es un paso sabio para mejorar tu dieta y tu salud en general... No son tan saludables como anuncian y beber demasiado es firmar tu sentencia de enfermedad en el futuro.
Para tomar conciencia sobre esto, a continuación vamos a comentarte las consecuencias positivas que tendrás en tu organismo cuando dejes de beber refrescos. Tu cuerpo, comenzará a funcionar mejor de lo que te esperas y por si fuese poco también podrás superar la adicción a la cafeína que seguramente, ya siente tu cerebro sin sueles consumir este tipo de bebidas habitualmente.
Retirada de la cafeína
A corto plazo, renunciar a los refrescos puede provocar síntomas de abstinencia de la cafeína. Estos pueden incluir dolor de cabeza, irritabilidad, fatiga y lentitud, dificultad para concentrarse, ansiedad, depresión y deterioro del rendimiento motor y cognitivo.
La abstinencia de cafeína en general alcanza su punto máximo en las primeras 48 horas después de dejar de consumir cafeína, y los síntomas desaparecen entre 2 días y una semana. Después de pasar este período, podrás decir que ya no eres adicto a la cafeína nunca más.
Glicemia
Existe un vínculo entre los refrescos endulzados con jarabe de maíz con alto contenido de fructosa y el desarrollo de la diabetes. Hay niveles extremadamente altos de carbonilos reactivos, compuestos que también son elevados en los diabéticos y responsables de causar un daño tisular generalizado.
Los niños parecen particularmente propensos a los efectos del jarabe de maíz alto en fructosa... por lo que ellos, son aún más vulnerables a los efectos negativos de estas bebidas. Los niños, no deberían tomar refrescos bajo ningún concepto. Si no se toman refrescos, estos daños simplemente no tendrán lugar.
Salud dental
Los refrescos contienen una combinación de azúcar y ácido que promueve la caries dental. El ácido carbónico o fosfórico en la sosa disuelve el calcio del esmalte, dejando una matriz suavizada que permite la entrada de bacterias. El azúcar se convierte en ácido por las bacterias en los dientes, causando un daño mayor.
Si dejas de tomar refrescos, la salud de tus dientes se verá mejorada enormemente porque habrás parado el desgaste de tu esmalte dental. Además, también pueden amarillearse al consumir demasiados refrescos.
Pérdida de peso
Existe un vínculo entre los hábitos de consumo de refrescos y el aumento de las tasas de obesidad en todo el mundo. Tanto los adultos como los niños que beben refrescos regularmente terminan consumiendo más calorías en general y experimentan un aumento de peso. Beber refrescos "light" o de dieta no parece mejorar la salud general. Existe evidencia de que estos edulcorantes artificiales en las bebidas dietéticas pueden aumentar los antojos de azúcar y contribuir a una dieta deficiente en general. Renunciar a los refrescos es un buen punto de partida para desarrollar hábitos alimenticios más saludables para alentar la pérdida de peso.
Como ves, las consecuencias de no beber más refrescos son positivos para ti. A partir de ahora, cuando quieras tomar un refresco piensa dos veces si es eso realmente lo que quieres... Porque si lo que tienes es sed, ¿por qué no pruebas a tomar un vaso de agua bien fresquito? ¡Te sentará mucho mejor!