La dermatitis de contacto consiste en una afección en la pie l por la cual esta se muestra irritada, enrojecida y dolorida después de haber tenido contacto con un sustancia a la que podríamos tener alergia o simplemente por que nuestra piel se haya visto agredida. En la actualidad existen dos tipos de dermatitis de contacto diferenciadas. La primera de ellas es la dermatitis irritante, que es la que se da cuando nuestro cuerpo reacciona ante una sustancia fuerte y agresiva como por ejemplo por el contacto con ácidos o materiales alcalinos. Por otro lado, también puede darse la dermatitis de contacto alérgica, que se da en casos más particulares, cuando a una persona cierto material en concreto le provoca una reacción en la piel. Este último caso puede darse con cualquier sustancia y no sabremos que le tenemos alergia hasta que no nos expongamos a esta por primera vez.
¿Cómo puedo combatir la dermatitis de contacto?
Una vez sintamos que nuestra piel se vuelve irritada debido a que la hemos expuesto al contacto con alguna sustancia que le haya dado esta reacción, lo mejor es acudir al médico dermatólogo que será el que nos dará todas las claves para llevar a cabo un tratamiento lo más efectivo y rápido posible.
Los principales síntomas que nos avisan de que podemos sufrir una dermatitis de contacto son los siguientes:
- Erupción: Esta es la reacción más habitual, ya que nuestra piel comenzará a ponerse roja. Lo normal es que cuando sufrimos una dermatitis de contacto nuestra piel reaccione inmediatamente, pero hay algunos casos en los que la reacción comienza a aparecer en torno a las 24 a las 72 horas después de haber mantenido contacto con una sustancia agresiva.
- Picor: Este síntoma suele aparecer en la dermatitis de contacto alérgica, mientras que la dermatitis de contacto irritante suele ser más dolorosa e irritante, por lo que no sentimos tanto picor en la piel como en el caso anterior.
- Ampollas: En los casos más extremos se produce la aparición de ampollas en la piel del afectado, aunque no es lo más común.
Lo primero que tenemos que hacer cuando sintamos el más mínimo enrojecimiento, picor o escozor es aclarar la zona afectada con abundante agua tibia para así poder eliminar cualquier resto de sustancia que pueda quedar en la piel y también aliviar un poco los síntomas que nos afectan. También podemos incluir un poco de jabón, sin parabenos, para que la limpieza sea más efectiva, pero todo dependerá de cómo de afectada se encuentre la piel.
Por otro lado, también podemos recurrir a algunas sustancias desinfectantes y ácidas naturales y débiles como por ejemplo es el caso del limón o el vinagre. Para ello extraeremos un poco de zumo de limón o un chorrito de vinagre y lo aplicaremos en la zona afectada a través de un algodón o un paño humedecido por la sustancia. Esto hará que se contrarresten los efectos que sufrimos de la intoxicación de la sustancia que ha estado en contacto con nuestra piel.
Aplicar lociones de calamina y realizar baños frescos de avena coloidal pueden ayudarnos a calmar la irritación. Esto se debe a que estos dos productos naturales tienen propiedades calmantes y anti irritables que van a servirnos mucho para que desaparezcan los síntomas.
Por último, y aunque en algunas ocasiones pueda parecernos imposible hay que evitar rascarse en la zona irritada. Puede que sintamos mucho pico y creamos que la mejor manera de aliviarlo es rascándonos la piel, pero todo lo contrario ya que esto solo conseguirá el efecto contrario, es decir, con esto solo haremos que nuestra piel se sienta más irritada e inflamada.
El principal tratamiento que los médicos especialistas o dermatólogos suelen recetar para un caso de dermatitis de contacto es a base de lociones, cremas y, en casos más extremos, un tratamiento vía oral a base de antihistamínicos y corticoides.