La palabra duelo proviene de latín dolus, que significa dolor. Hace referencia a la respuesta emocional ocasionada por la pérdida de alguien cercano. Se trata de un proceso activo de adaptación ante la pérdida de un ser querido. Al duelo se le relacionan una serie de rituales personales, familiares, culturales y religiosos por los debemos pasar para poder superarlo. Podemos dividir el duelo en tres momentos. El suceso o la noticiad la muerte y los primeros días, el momento de asimilación de la perdida y una larga etapa final.
Durante el duelo pueden aparecer no sólo síntomas emocionales, sino también síntomas físicos como: cansancio extremo, falta de apetito, insomnio, alteración de la memoria...
Cada persona es diferente, y el modo de enfrentarse a la muerte de un ser querido depende de muchos factores. Sin embargo, por regla general el duelo suele durar un promedio de seis meses a un año. En todos los casos, los psicólogos destacan la importancia del entorno social para retornar a la vida normal después de un periodo de duelo. Siempre es doloroso despedirse de un ser querido, sea cual sea la relación que manteníamos con él. Y nos llevará un tiempo recuperarnos. Por ello, te comentamos algunos consejos que pueden serte de ayuda en momentos difíciles.
Superar la etapa de duelo por la pérdida de un ser querido
1. Pasar por las distintas etapas del duelo
El proceso del duelo está compuesto por distintas etapas, que van desde la negación y la ira, hasta la aceptación. Pasar por todas ellas es necesario para superar el duelo.
2. Permítete tomarte el tiempo que sea necesario para superarlo
Si bien es cierto que la mayoría de las ocasiones el tiempo de duelo habitual suele oscilar entre seis meses y un año, cada persona es diferente y necesitar más o menos tiempo no tiene por qué ser algo negativo.
3. Acepta el dolor
La pérdida de un ser querido, ya sea de manera repentina o tras una larga enfermedad, supondrá como primer sentimiento un gran dolor y vacío difícil de llenar. Este dolor marcará los primeros días tras el suceso y los días posteriores. Es importante que entendamos que el dolor, no es algo negativo, sino parte del proceso de curación. Sentir dolor y aceptarlo, será necesario para superar el duelo. El psicoanalista Freud, decía que la finalidad del dolor en el duelo era recuperar la energía emocional puesta en aquello que perdimos para reinvertirla en nuevos vínculos afectivos. De modo, que no caigas en el error de hacerte el/la fuerte, ya sea para evitar que tus amigos o familia se preocupe, o por qué no quieres parecer débil. No debes ocultar tu dolor o engañarte pensando en que se superará enseguida. Si tienes ganas de llorar hazlo. Esconder ese sentimiento, no hará que desaparezca.
4. Expresa tus sentimientos
Según el tipo de personalidad que tengamos, más extrovertido o más introvertido, será diferente la manera en que expresemos nuestros sentimientos. Si somos una persona introvertida, es posible que aunque estemos sufriendo, no nos expresemos del mismo modo que una persona de personalidad extrovertida. Por ello, los psicólogos recomiendan que manifestemos nuestros sentimientos con la opción que mejor se adapte a nosotros, con lo que te sientas más cómodo.
Busca ayuda en tu entorno, familiares o amigos que seguro que están dispuestos a escucharte. Compartir nuestros sentimientos, nuestras dudas o nuestros miedos, nos ayudará a aceptar que la persona amada ya no está con nosotros. Si en tu caso te es difícil expresarte delante de otros, una buena manera de dejar salir todos tus sentimientos y emociones es a través de la escritura. Puedes escribir una carta a la persona fallecida o redactar un diario, lo que más te ayude. Posteriormente tú decides que hacer con ello, guardarlo, o tal vez quemarlo como un ritual que te permita liberar o expulsar las emociones negativas. En este proceso es igual de importante para ayudarnos a superar el duelo expresar nuestros miedos como los sentimientos negativos: ira, rabia, llanto... No te sientas culpable por sentirlos, es parte del proceso de superación del duelo.
5. No olvides que debes cuidarte
Perder a una persona amada puede generar en nosotros desesperanza o desinterés por seguir viviendo. Parece que nada tenga importancia ya. Sin embargo, no debemos por ello descuidar nuestra salud e higiene. No debemos olvidar nuestra alimentación o buenos hábitos de salud. Cuidar de nosotros y de las personas que nuestro alrededor evitará que caigamos en la depresión.
6. Evita el aislamiento
Los psicólogos recomiendan no pasar por el proceso de duelo solo. La mejor manera de superarlo es rodearte de gente que te quiere y que busca lo mejor para ti. Personas en las que confías y con las que te sientes a gusto. Es posible que tu primer deseo sea aislarte del mundo, encerrarte en tu habitación o en casa. No tiene nada de malo que esa sea tu relación en un primer momento, pero debes evitar que se convierta en la norma. Aunque sea difícil debes permitirte salir, realizar actividades que te distraigan y que te gusten, compartir con tus amigos y familiares. Por difícil que sea, estarás dando un paso muy importante en la superación del duelo.
7. Buscar ayuda
Existe un falso mito sobre el proceso de duelo que nos dice que nadie te puede ayudar. Que debes de pasar tu solo por todo ello, porque solo tú entiendes lo que estás sintiendo. Pues bien, no es cierto. No permitas que los falsos mitos, las opiniones de los demás o el miedo a que dirán o pensará la gente, determine tu manera de actuar. Los expertos recomiendan rodearse de personas y no pasar por esto solo. Si necesitas ayuda, pídela. Es posible que necesites la ayuda de personas que han pasado por lo mismo que tú o que están pasando por ello ahora mismo. Tal vez sea necesario que recurras al consejo de personas especializadas, psicólogos o terapeutas. Los grupos de apoyo son una estupenda opción para expresar sentimientos y emociones. Escoge lo que mejor se adapte a tus necesidades.
8. No te sientas culpable por volver a tu vida
Cuando el dolor por la pérdida va desapareciendo y se progresa en las distintas etapas del duelo, se comienza de nuevo a permitirse tener nuevos proyectos de futuro o a sonreír. No te sientas culpable por ello. No estás traicionando a esa persona amada por volver a tu vida normal o proyectar un nuevo futuro en el que ella no está. Su recuerdo no va a desaparecer porque te permitas disfrutar de nuevo.