Con la llegada de un bebé al mundo hay muchas madres que optan por amamantar a sus hijos. Y es que aunque existen muchas otras alternativas, está claro que la más beneficiosa y saludable para esa pequeña personita es la leche materna.
Al elegir esta opción tienes que asumir que el bebé tendrá una gran dependencia de la madre en todo momento y durante el primer año de vida no te podrás separar de él. Esto supone en algunas ocasiones un inconveniente si la madre se tiene que volver a incorporar al trabajo o tiene otras tareas que hacer y no puede estar continuamente a disposición del bebé. Pero para ello existe una solución, y es la de extraer y conservar la leche materna.
Cómo conservar la leche extraída
Para ello, como muchos saben, lo primero de lo que habrá que disponer será de un sacaleches, tanto manual o eléctrico. Antes de ponernos manos a la obra habrá que asegurarse de que el recipiente donde se va a albergar la leche se encuentre totalmente limpio y este puede ser indistintamente de plástico o de cristal. Después de esto, existen 3 alternativas para conservar la leche y estas son: a temperatura ambiente, en el frigorífico y en el congelador. Dependiendo de cuándo desees utilizar la leche materna, la conservarás mejor en un lugar o en otro.
Temperatura ambiente
Este es un método de conservar la leche y la podrás tener así durante un tiempo estimado de 4 horas. También se puede alargar hasta las 6 horas aunque esta tiene que ser extraída en unas condiciones de máxima limpieza.
Frigorífico
La leche materna se podrá conservar en el frigorífico durante un plazo de tiempo que comprende entre los 3 y 5 días.
Congelador
Si deseas conservar la leche por un periodo más largo que los anteriores, entonces tu mejor elección será la de congelarla. Podrás mantenerla aquí durante un periodo de 3 a 9 meses.
Otros aspectos a tener en cuenta en la conservación de la leche materna
Otro elemento que hay que tener en cuenta es cómo descongelar y calentar la leche que anteriormente se ha guardado siguiendo los pasos que se han dado. Este es un punto fundamental y en el que hay que tener mucha atención porque no cualquier método vale.
La leche que hayas congelado no deberás calentarla a temperatura ambiente. Otro paso que no deberás realizar a la hora de calentarla será descongelarla al baño María. Estos pasos no se recomiendan ya que pueden causar la pérdida de muchas de las propiedades que esta leche aporta al bebé.
Lo que debes hacer es trasladar el envase donde la hayas introducido del congelador al frigorífico y mantenerla ahí durante unas 12 horas. Además de este método, existen otros igualmente efectivos:
- Poner el envase debajo del grifo primero con agua fría y después poco a poco cambiar hacia el agua caliente
- Introducirlo en una cazuela en la que en el interior tenga agua caliente (es muy importante especificar que la cazuela no esté en el fuego mientras se encuentra el recipiente con la leche en el interior).
Aunque la mejor forma que existe para alimentar al bebé es con leche recién extraída en el momento, ya que esta proporciona una gran cantidad de defensas si decides proporcionarle leche ya anteriormente almacenada debes saber que aquella que haya estado al aire libre será mejor que la que ha estado en el frigorífico y esta mejor que la congelada.
Una vez conservada la leche
Una vez que has conservado la leche siguiendo los plazos establecidos y la has calentado correctamente deberás saber que dispones de un plazo de 24 horas para que el bebé la pueda tomar y esta no se podrá reutilizar.
Si lo que deseas es conservar la leche que has extraído durante un viaje, lo que debes hacer será desplazarte con una nevera portátil con bolsas de hielo para que se encuentre en todo momento fría. A la hora de calentarla podrás acudir al grifo de un baño donde cambiando la temperatura del agua podrás conseguir que la leche quede a una temperatura perfecta para que el bebé la tome.
Entre las preguntas frecuentes que muchas madres se suelen hacer es el cambio de olor en la leche. Si este es un olor ligero o simplemente diferente al de la leche recién extraída, no pasa nada si se han seguido todos los pasos. Pero si, por lo contrario, el olor es muy fuerte y le han salido grumos a la leche lo más recomendable será tirarla para no arriesgar.
Es muy importante seguir escrupulosamente los pasos ya que la leche materna proporciona una gran cantidad de beneficios al organismo del bebé entre los que están los nutrientes y grasa necesaria que ayudará a su crecimiento. También, gracias a estos trucos podrás disfrutar de viendo el crecimiento de tu bebé y poder reincorporarte a la vida laboral.