Seguramente ya habrás oído que no es bueno dejar alimentos crudos al lado de otros que ya están cocinados, pero ¿sabes los motivos? Es debido a que hay riesgo de contaminación cruzada y puede peligrar nuestra salud.
La contaminación cruzada se produce cuando se transmiten sustancias nocivas como bacterias y microbios que hay en ciertos alimentos, manos o instrumental de cocina a alimentos que en principio estaban sanos. Por eso tenemos que lavar o cocinar los alimentos antes de comerlos, para asegurarnos de eliminar todos los microbios y cuidar nuestra así nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
La contaminación cruzada puede ser:
- Directa cuando el alimento contaminado entra en contacto con otros alimentos limpios. Por ejemplo, cuando el jugo de carne cruda gotea sobre otro alimento ya cocinado y mal tapado del estante inferior.
- Indirecta : la contaminación no es debido a un contacto directo entre los dos alimentos, sino mediante otros elementos como las manos del que manipula la comida, superficies u otros utensilios. Por ejemplo, si utilizamos un cuchillo para cortar carne no debemos emplearlo para cortar verdura o fruta, podríamos contaminarla.
En este sentido, a la hora de cocinar tenemos que limpiar muy bien las superficies y cuchillos antes de ponernos con otro tipo de alimentos. El riesgo de infección será mayor cuanto más tiempo estén los microbios en temperatura ambiente, sobre todo si hace calor, porque los virus tienden a proliferarse en ambientes cálidos.
¿Cómo evitar la contaminación cruzada en la cocina?
1. Lávate muy bien las manos con jabón antes de ponerte a cocinar. Y lo mismo cada vez que cambies de un alimento a otro.
2. Lava los utensilios de cocina para cambiar de unos alimentos a otros. Utiliza también dos tablas en vez de una. Para la carne y para las verduras que no necesitan cocción. De la misma manera usa platos distintos a la hora de preparar la comida.
3. Después de comer guarda inmediatamente las sobras en la nevera y no las dejes al aire libre, aunque vaya a ser por poco tiempo.
4. Si tienes animales en casa (gatos, hamsters, cobayas...) evita que se suban a los muebles de la cocina y encimeras. Los animales transportan muchos gérmenes en las patas y en el pelaje.
5. Aunque las verduras o frutas las compres envasadas y prelavadas, acostúmbrate a lavarlas igualmente. Nunca sabes con seguridad lo que ha podido pasar hasta que llegaron a tu casa o si las condiciones de lavado fueron las necesarias.
6. Si tienes una herida en las manos utiliza guantes de látex a la hora de cocinar. Las tiritas son una fuente de infección.
¿Cómo evitar la contaminación cruzada en la nevera?
Aunque hablemos de un ambiente frío y poco favorable para la reproducción de bacterias existe un alto riesgo cuando los alimentos crudos y cocinados coinciden a la vez en la nevera. A continuación os dejamos unas recomendaciones para proteger nuestra salud y evitar la contaminación.
1. Tanto en el congelador, nevera o despensa los alimentos cocinados deben separarse de los crudo s. Es la regla principal para proteger nuestra salud.
2. Dentro de la nevera los alimentos que ya están cocinados y que pueden ser consumidos directamente deben colocarse en la banda de arriba, encima de los crudos o los que están descongelándose. Así estaremos evitando posibles goteos de la carne o pescado crudo a la comida ya lista para consumir.
3. En la banda de en medio podemos colocar alimentos crudos (debajo de los cocinados) que vamos a cocinar en breves, como carnes que vamos a descongelar o ensaladas preparadas de manera natural. En este sentido, es importante tapar los alimentos y separarlos unos de otros, mediante tuppers u otros recipientes. Si no tenemos o no nos quedan suficientes siempre podemos dejarlos en platos diferentes y cubrirlos con film transparente o papel de aluminio, así evitamos posibles goteos e infecciones de unos alimentos a otros. Sin embargo, si utilizas este tipo de papel no lo reutilices con otro tipo de alimentos.
4. En las bandas de abajo colocaremos los alimentos crudos como carnes o pescados que tardaremos más tiempo en consumir, siempre metidos dentro de un tupper o envueltos. Lo mismo ocurre con los fiambres y quesos. Si además los hemos comprado al peso en la charcutería no es muy buena idea dejarlos en la bolsa que nos dan porque puede fomentar la putrefacción de los alimentos. Por otro lado, si podemos elegir entre tuppers de plástico y los de vidrio debes preferir estos últimos porque existe menor riesgo de modificar su sabor.
5. En los cajones inferiores deben de ir las frutas, verduras y hortalizas, lejos de los demás alimentos. Sobre todo aquellas que puedan contener restos de tierra, como suele ser en el caso de las lechugas, la coliflor, las zanahorias...
6. Los alimentos que acabas de cocinar no los metas en la nevera si todavía están calientes. Hay riesgo de que se estropeen debido al cambio repentino de temperatura. Además evitarás que la nevera gaste menos electricidad porque no tendrá que hacer un esfuerzo extra para mantener el frío del interior.
7. Descongela las carnes dentro de la nevera y no al aire libre, pues puede que entre en contacto con organismos dañinos.
8. Evita que los alimentos se toquen entre ellos y también que toquen las paredes de la nevera.
9. Limpia periódicamente la nevera, una o dos veces al mes. A mayor suciedad acumulada en la nevera mayor van a ser las probabilidades de contaminarlos. Además con eso no solo evitaremos la contaminación si no también nos sirve para ahorrar energía. Para ello, desenchufa la nevera, saca todos los alimentos y limpia a fondo toda la superficie y estantes. Para ello, puedes usar un producto especializado pero con jabón o una mezcla de bicarbonato y agua te vale.
Las juntas de plástico de la nevera también deben limpiarse porque es una de las zonas donde más microbios se acumulan. Después seca muy bien la nevera porque si no puede formarse moho, con trapos limpios o papel de cocina. Por último, coloca las baldas de nuevo en su sitio.
10. En el congelador también debemos separar también los alimentos entre ellos, siguiendo la misma lógica que para la nevera. Separarlos en tuppers, recipientes o envolverlos en plástico antes de meterlos a congelar.