Los dolores musculares diarios son habituales en todos los que hacemos esfuerzos físico s durante el día. Pero no cometáis el error de pensar que un esfuerzo físico supone levantar peso o trasladarse de un sitio a otro, estar todo el día sentado enfrente del ordenador también daña nuestro cuerpo. Hoy en Bekia queremos aclararte qué es una contractura muscular, qué tipos existen y cómo tratarlas.
Una contractura muscular, es una contracción involuntaria de un músculo que se mantiene durante un tiempo prolongado en nuestro cuerpo. Normalmente, cuando se produce este fenómeno podemos apreciar un abultamiento en la zona de dolor, lo que significa una pérdida de elasticidad del músculo afectado.
Lo habitual es que las contracturas se produzcan por exceso de trabajo en la zona, por ejemplo cuando hacemos un gran esfuerzo en el gimnasio o cuando nuestro cuerpo no está acostumbrado a esa rutina. Pero también se puede deber a deformidades en la columna vertebral o por una mala postura.
Cómo prevenir una contractura
La forma más efectiva de tratar una contractura es prevenirla antes de que aparezca. Esto quiere decir que lo mejor es calentar el músculo antes de realizar cualquier esfuerzo. De esta manera evitamos la aparición de inflamaciones y otros dolores musculares.
Esto podemos aplicarlo también a todos aquellos que trabajamos delante de un ordenador. Realizar trabajos de flexibilidad antes de ir a trabajar, estirando brazos, tronco y piernas, evita la aparición de contracturas ya que mejora la distensión del músculo y facilita la recuperación después del estiramiento.
Cómo tratar una contractura
Si el dolor muscular ya ha aparecido, el único remedio es tratarlo. Por ello lo más conveniente es acudir al médico de la especialidad o al fisiotelapeuta. A veces pecamos de saberlo todo y utilizamos fármacos que pueden incluso empeorar la hinchazón.
Aun así, en Bekia te dejamos algunos de los remedios más comúnes:
Masajes: Debemos tener en cuenta que los masajes deben darse siempre por personal cualificado, sino nos arriesgamos a que la contractura empeore y sea más difícil hacerla desaparecer. Así, conseguimos que el músculo se relaje y recupere su estado habitual eliminando la tensión ocasionada por la contractura.
Fármacos: Todos sabemos que ciertos fármacos, sobretodo los antiinflamatorios como ibuprofeno y paracetamol, logran relajar la musculatura y reducir la contracción. Se suelen utilizar sobre todo en los casos en los que el dolor es muy intenso. Sin embargo, como hemos comentado antes, deben usarse con cautela y a poder ser con prescripción médica.
Calor local: Este remedio tan sencillo suele ser super útil para conseguir un efecto analgésico. En muchas tiendas como Natura, venden cojines rellenos de semillas para calentar en el microondas y vienen genial para este tipo de dolores.
Tipos de contracturas musculares
Al igual que hemos comentado al principio del artículo, dentro de las contracturas musculares podemos distinguir tres tipos que te explicamos a continuación.
Durante el ejercicio : Cuando hacer cualquier tipo de esfuerzo, el organismo genera sustancias inactivas para impulsar el movimiento, estas sustancias se llaman metabolitos. Al realizar un esfuerzo muy grande, el cuerpo no puede eliminar los metabolitos por lo que se apelmazan y nos causan más dolor.
Después del ejercicio: Las contracturas residuales se producen debido a un mecanismo protector de las fibras musculares que abarcan el radio de una lesión anterior. Ocurre que las fibras generan una contracción para la protección de la zona lesionada y debido al esfuerzo, se vuelven más rígidas.
Residuales: Las contracturas residuales se producen debido a un mecanismo protector de las fibras musculares que abarcan el radio de una lesión anterior. Ocurre que las fibras generan una contracción para la protección de la zona lesionada y debido al esfuerzo, se vuelven más rígidas.
Esperamos que el artículo haya sido útil y te hayamos ayudado a saber al menos, cómo prevenir una contractura y saber tratarla correctamente.