¿Qué es la comida basura?
Comida basura viene del término en inglés Junk Food, que denomina a aquella comida con altos niveles de grasas, sal, azúcares y aditivos alimentarios.
Estos componentes hacen que estos alimentos genere más apetito y sed a aquellos que los consumen. Al contrario de lo que sucede con los alimentos tradicionales, que sirven para la propia subsistencia, la comida basura no tiene ningún aporte nutritivo sobre nuestro organismo. Sus grasas y azúcares pueden provocar graves problemas para la salud, como la obesidad.
En un menú de este tipo de comida encontramos todo aquello que es contrario a una dieta equilibrada, como son las hamburguesas, las patatas fritas y los refrescos. Su rapidez en la elaboración y su bajo precio es lo que hace que muchos acaben entregándose a este tipo de comida más veces de la necesaria.
La rapidez en el trabajo y la vertiginosa vida actual han hecho que la comida basura también haya llegado a los supermercados. Todo aquello que encontramos en las estanterías de las grandes superficies congelado, precocinado o listo para comer son peligrosos para la salud al poseer gran cantidad de grasas y azúcares en lugar de fibra, proteínas y vitaminas. El consumo de comida basura suele estar relacionado con problemas cardiovasculares, como la con la obesidad, las enfermedades del corazón o la diabetes del tipo II.
También es importante tener en cuenta que no tendrá las mismas consecuencias en aquella persona que consume comida basura de manera continuada que para otras que mantienen una dieta equilibrada y la consumen de manera muy ocasional.
1. Genera efectos perjudiciales sobre el organismo
Como se ha comentado antes este tipo de comida son alimentos vacíos que en su mayoría están compuestos por grasas, azúcar y sal.
Las grasas saturadas y trans de la comida basura están relacionadas con el aumento del colesterol y obesidad, ya que esta grasa va acumulándose en las arterias impidiendo el paso de la sangre. Un consumo excesivo y prolongado de comida basura puede provocar enfermedades cardiovasculares a la larga.
Estos alimentos también tienen gran cantidad de azúcar y sal. El aumento de los niveles de azúcar en sangre aumenta el riesgo de diabetes e infartos, si se unen con el aumento del colesterol.
La sal, por su parte puede provocarnos con el tiempo problemas renales graves y también otros como la hipertensión.Por otro lado, la comida basura suele ser sinónimo de alimentos fritos. Estos alimentos al contener una gran cantidad de aceites y toxinas provocan que la digestión sea más lenta y pesada, provocando reflujo y en algunas ocasiones pueden ser la causa de padecer el síndrome del colon irritable.
2. Su consumo continuado aumenta el riesgo de padecer cáncer de colon
Las enfermedades crónicas más mortales suelen estar vinculadas a estilos de vida en los que la mala alimentación es el tema central. Un estudio publicado en una de las revistas más importantes de prevención del cancer European Journal of Cancer Prevention, publicó que consumir comida basura aumenta las probabilidades de padecer cáncer de colon y de recto. Esto es debido a la falta de fibra que contiene la comida basura, que provoca que nuestra digestión sea más lenta y pesada.
Al estar compuesta en su mayor parte por grasas trans su absorción en el organismo es más lenta y puede quedarse acumulada en el intestino haciendo que el funcionamiento del colon sea más lento y se acumulen las toxinas.
3. Tiene los mismos efectos que la droga en el cerebro
La comida basura tiene grandes contenidos de azúcares y sal. El azúcar provoca la liberación de la dopamina, la hormona de la felicidad, y la sal de orexina, la hormona encargada del apetito.
De ahí, que cuanto más consumimos este tipo de alimentos más nos pide nuestro cerebro ya que nos producen una sensación de placer y bienestar, muy parecidos al efecto que producen las drogas.
4. La comida basura carece de los nutrientes esenciales necesarios para el organismo
Muchos estudios recientes han comprobado que el consumo de comida basura aumentan el riesgo de padecer depresión debido a que carecen de proteínas, fibras y vitaminas.
Los más propensos a este problema suelen ser los jóvenes, debido a los cambios hormonales que sufre su cuerpo en la adolescencia. Y es que la comida basura son alimentos vacíos que carecen de nutrientes, como las proteínas o vitaminas, es decir, lo opuesto a una dieta equilibrada. Los jóvenes que toman comida basura tienen un 58% más de riesgo de padecer depresión que un joven que no la consuma.
Para evitar los vaivenes emocionales lo mejor es tomar una dieta equilibrada que tenga los nutrientes esenciales necesarios para un buen crecimiento y desarrollo de las hormonas.
Otra de las consecuencias que provoca el consumo de la comida basura es la falsa sensación de estar lleno, debido a que son alimentos vacíos. Pero como tienen mucha grasa, ofrecen la falsa sensación de sentirnos saciados, pero que no proporcionan energía al no contener proteínas, por lo que al rato nuestro cuerpo volverá a tener hambre y se sentirá cansado.
Si tomamos este tipo de comidas durante un cierto período de tiempo nuestro cuerpo puede acabar desarrollando fatiga crónica al tener los niveles de energía muy bajos.
5. Puede provocar problemas de aprendizaje e hiperactividad
Como se ha comentado antes esa depresión también pueden conllevar cambios de humor o de atención. Varios estudios han revelado que las grasas saturadas no sólo producen problemas cardiovasculares sino que también producen efectos sobre nuestro cerebro, en concreto nuestra memoria.
Estas grasas pueden provocar que nuestro cerebro se desarrolle más lentamente que el de una persona normal. Esto es muy peligroso si hablamos de menores, ya que puede ir en detrimento de su aprendizaje.
Además, la cantidad de conservantes artificiales de la comida también puede provocar problemas como la hiperactividad o la pérdida de control de nuestras emociones.
6. Sus altos niveles de azúcar provocan diabetes tipo 2
Una de las enfermedades más conocidas que provoca la comida basura es la diabetes tipo 2 debido a que aumentan los niveles de azúcar en sangre pero, ¿por qué? Pues según un estudio británico realizado con ratas, el consumo de una dieta rica en grasas y azúcares provoca cambios en el proceso de la creación de insulina del cuerpo, perjudicando a los riñones que no consiguen equilibrar la cantidad de azúcar ingerida por el organismo. Esto provoca que el cuerpo deje de producir insulina al haberse hecho resistente a ella.
Si, además, sólo ingerimos azúcares sin que estos vengan acompañados de fibras o proteínas provocamos que ese azúcar vaya directamente a la sangre.
7. La comida basura aumenta el riesgo de padecer hepatitis
En los restaurantes de comida basura muchos de sus alimentos están fritos, los alimentos fritos, ricos en grasas, son muy perjudiciales para el organismo, sobre todo para el hígado. Un paquete de patatas fritas puede provocar el mismo efecto en el hígado que una bebida con alcohol.
Esto nos puede llevar a padecer con los años hepatitis, por lo que hay que tener especial cuidado en que los menores consuman este tipo de productos. Lo mejor es que complementar el consumo de comida basura con ejercicio físico continuado.
8. Solo buscan que volvamos a consumir sus productos
Su elaboración tan sencilla y su amplia distribución por todo el mundo hacen que los precios sean muy bajos, ya que los productos vienen precocinados y solo necesitan calentarlos. Además, es fácil de ingerir debido a sus múltiples opciones y sabores.
Esto ha provocado que la comida basura se convierta en todo un negocio, con grandes campañas publicitarias y con regalos que nos animan a consumir su comida con más continuidad. De ahí que los valores nutricionales de los alimentos hayan pasado a un segundo plano, y hayan creado multinacionales en las que lo que importa es que volvamos a comprar el mismo producto una y otra vez.
Siempre que comamos comida basura debemos recordar que esta, en lugar de alimentarnos, puede provocarnos problemas como la obesidad, por lo que no debemos abusar de ella.