Cuando te apuntas a un gimnasio ya sea para mantenerte en forma, bajar de peso o incluso llevar a cabo un aumento de la masa muscular, la báscula se transforma en tu amiga y tu enemiga. No todos los momentos del día son los mejores para pesarse, en ocasiones el resultado puede estar 'manipulado' por las circunstancias, por eso hay que apostar por el instante perfecto para hacerlo.
Momentos en los que no deberías pesarte
Seguro que hay circunstancias a lo largo del día en los que te has subido a la báscula para lamentarlo al instante. El día es muy largo y no todos son los mejores momentos para hacerlo porque los resultados obtenidos a veces no son los mejores para controlar cómo lo has estado haciendo a lo largo de la semana o del mes. Por eso te damos tres momentos del día en los que nunca deberías pesarte y te explicamos por qué:
- Por la noche: solo hay que recapacitar un poco para darte cuenta que la noche no es el mejor instante para subirte a la báscula. El resultado obtenido será un aumento del peso en la mayoría de los casos. La razón es muy sencilla, ya que tras una larga jornada se acumula agotamiento y fatiga, comidas copiosas... todo ello se suma y puede repercutir en la retención de líquidos y por tanto un aumento de peso.
- Tras una comida: es normal pensar que tras una ingesta de comida el resultado final de la báscula será un peso muy superior al que tendremos en realidad. La explicación es la siguiente: el estómago está lleno mientras los líquidos comienzan a ser los encargados de metabolizar la comida ingerida, si quieres pesarte mejor hacerlo con el estómago vacío.
- Después de un entrenamiento: hemos visto como tras una comida y por la noche la báscula no es realmente nuestra amiga, dando unos resultados variables y aumentando el peso considerablemente. Cuando acabamos la rutina de entrenamiento o el ejercicio físico, en esta ocasión, el resultado será justo el contrario ya que la pérdida de líquidos (mayormente por el sudor) se nota y el peso será siempre menor al esperado. Lo mejor en estos casos es hidratarse, beber líquidos de manera constante durante la práctica del deporte y comer siempre de manera saludable.
Pautas para llevar un control adecuado de peso
Es normal querer estar pendiente de los kilos, lo más lógico cuando comienzas una dieta (por ejemplo) es comprobar los resultados. El peso es una forma para controlar tu salud, intentar llegar a ese peso ideal recomendado por los médicos y llevar un control para cuidar la línea y sobre todo tu salud.
Lo recomendable es no pesarse cada día, eso puede llevar a una obsesión poco sana. El control de peso es importante pero hay que saber moderar y esperar los resultados, de un día para otro es complicado comprobar cómo tu cuerpo va cambiando, lo más adecuado sería cada semana, cada quince días e incluso cada mes. Siempre que lo hagas es mejor hacerlo con el estómago vacío; ya hemos comprobado como la ingesta de alimentos puede dar resultados 'defectuosos'.
Si quieres llevar un control adecuado, lo más recomendado es pesarte siempre a la misma hora del día y si puede ser por la mañana recién levantado mejor. El momento más fiable es cuando aún no has ingerido ningún alimento y si lo haces desnudo todavía mejor ya que luego no podrás echar la culpa a la ropa de un aumento de peso, así eres tú mismo con los resultados (para bien o para mal).