La ascitis ocurre cuando se acumula líquido de manera anormal en el abdomen, más concretamente en al zona peritoneal. Este líquido se llama ascítico y está formado por un conjunto de proteínas. La ascitis es una enfermedad que produce un gran complejo a las personas que lo sufren, el aspecto de barriga y ombligos saliente, así como el aumento de peso hará que la persona se sienta mal consigo misma, preguntándose por qué tiene ese aspecto cuando en realidad no han cambiado sus hábitos alimenticios, o incluso comiendo menos que antes (ya que cuando se sufre la persona no tiene tanto apetito).
Por otro lado, al juntarse una gran cantidad de líquido en el abdomen a menudo a persona tiene problemas respiratorios debidos a la presión y peso del líquido acumulado sobre los pulmones. En casos más graves pueden llegar a acumularse la cantidad de 10-12 litros de agua en el vientre. Las consecuencias son: dolor en el abdomen, retención de líquido, dolor en la espalda como consecuencia de la sobrecarga extra y el ritmo de los intestinos se altera. Además el líquido ascítico a veces puede infectarse (peritonitis bacteriana espontánea) y producir fiebres y dolores. Es más común en alcohólicos crónicos.
Cuando las cantidades del líquido acumulado son pequeñas no influye mucho en la persona y apenas lo notan, piensan que el hinchazón es debido a un aumento de peso, sin embargo, no suele ser lo habitual.
Con cantidades moderadas el aumento de peso es evidente debido al aumento de líquido en el abdomen, hay un hinchazón del vientre evidente y el ombligo a veces se sale hacia afuera. Por otro lado, también aparecen otros síntomas en otras aprtes del cuerpo, como los conocidos edemas, son hicnhazones en los tobillos de la persona como acumulación del líquido ascítico.
Finalmente, el diagnóstico te lo tiene que hacer un médico. Cuando el hinchazón abdominal no es muy evidente pero hay sospecha solo se podrá confirmar mediante una ecografía, pero además, para poder confirmar la enfermedad se hará una exploración de la persona, un análisis de orina, de sangre y también del líquido abdominal, con el fin de saber la causa del líquido y ¡muy importante! saber si hay una posible infección.
Causas de la ascitis
La ascitis es una enfermedad muy común en las personas que sufren cirrosis. La vena porta que lleva la sangre desde los intestinos hasta el hígado y sus ramificaciones aumenta en presión y llega menos sangre a los riñones para irrigarlos, es decir, hay menos flujo sanguíneo renal. Como consecuencia hay un aumento de una hormona llamada aldosterona que se encarga de que el riñón acumule agua y sal. Se produce entonces muy poca orina.
No siempre hace falta tener cirrosis para que se produzca ascitis, a veces aparece en personas que a menudo se exceden con el alcohol pero que no llegan a tener cirrosis. También puede aparecer como consecuencia de otras enfermedades como la insuficiencia cardiaca y renal, el cáncer, una tuberculosis que alcance las paredes del estómago y por una inflamación del páncreas.
Todo lo que debes saber sobre el tratamiento de la ascitis
Para curar una ascitis es básico seguir unas pautas de alimentación y cambiar el estilo de vida. Sin esas dos cosas la ascitis nunca desaparecerá:
1. Reducir la sal
Es la pauta más importante de todas. Si no reduces la sal de tu dieta seguirás acumulando líquido en tu interior. Se recomienda no superar una cantidad de 1500-2000 mg de sal diarios, o lo que es lo mismo 1-2 gr.
Deberás ponerte en contacto con un dietista o nutriólogo que te diga que alimentos puedes y no puedes tomar, ya que hoy en día prácticamente todo lo que consumes tiene algo de sal, desde una simple barra de pan hasta los alimentos más insospechados, como los bollos azucarados o el chocolate. Si te es dificil desengancharte de la sal puedes usar sustitutos que no tienen potasio, mejor si te los recomiende el dietista.
2. Ingesta de diuréticos
Los más conocidos son las pastillas de agua. Los fármacos que en estos casos se suelen recetar son furosemida y la espironolactona, pero nose deben tomar sin prescripción médica porque si se produce una bajada brusca de los electrolitos (el sodio y potasio) el paciente puede tener consecuencias graves como sufrir un ataque cardiaco. Además nunca se deben utilizar como sustitutos para la sal, es decir, con la excusa de tomar las pastillas no debes ignorar la reducción de sal de la dieta.
3. Reduce la cantidad de líquido que bebes
Tu bebida diaria no puede superar la orina que expulsas en ese mismo día, y por supuesto deberás olvidarte del alcohol. Por otro lado, el agua que bebas tiene que tener bajo contenido en sodio (podrás comprobarlo en el etiquetado de la botella).
4. Pésate 2 veces a la semana
Para saber si el tratamiento es efectivo tendrás que pesarte 2 veces a la semana antes del desayuno. Si en tres días consecutivos aumentas una media de 900 gr por día acude al médico.
5. Cuidado con los medicamentos
No tomes medicamentos antiinflamatorios no esteroideos sin consultar antes a tu médico, los más frecuentes por su uso son el ibuprofeno y la aspirina.
6.Tratamientos invasivos
Se aplican otro tipo de tratamientos en el caso de que el líquido no desaparezca de forma natural con las recomendaciones anteriores.
- Paracentesis: si la cantidad de líquido sigue aumentando se procederá a extraerlo con una aguja evacuadora en el abdomen y a través de la piel. Para reponer la falta de proteínas se inserta simultáneamente albúmina intravenosa.
- Inserción de una prótesis en el hígado. Se trata de incorporar un tubito (TIPS) que conecte la vena porta con las venas suprahepáticas y así favorecer el flujo de sangre al hígado. Además, los riñones podrán mejorar su función y eliminar más rápido el exceso de sodio en el cuerpo, así como prevenir la aparición de nuevo líquido.
- Transplante de líquido. Es la última opción y está enfocada para aquellas personas que tienen un estado avanzado de cirrosis, que tienen una función cardiaca y hepática deficiente o que incluso con bajos niveles de sodio en sangre y orina no responden al tratamiento.