En los últimos días no hemos parado de escuchar noticias relacionadas con el virus del Zika. Como sabemos, la OMS ha activado una alarma epidemiológica y todos los países recomiendan no viajar a Lationamérica en este momento, sobretodo a las mujeres en estado de embarazo.
Por ahora, Brasil es uno de los países donde la situación presenta más complicaciones, ya que parece que el brote empezó allí. Los datos son más que alarmantes: en 2015 se han registrado 3.500 bebés nacidos con la cabeza pequeña (microcefalia) por culpa de este virus, cuando la media de casos en 2014 fue algo menor de 150.
Y es que el virus del Zika, producido por la picadura de mosquitos, atraviesa la placenta y afecta al desarrollo del cerebro del bebé causando microcefalia, un crecimiento de la cabeza mucho más pequeña de lo normal. Los bebés tienen alto riesgo si la gestante es infectada sobretodo durante el primer trimestre del embarazo.
Laboratorios de todo el mundo están realizando pruebas e investigaciones acerca del alcance del virus, para mejorar el diagnóstico y elaborar guías para evitar el contagio. Concretamente el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges) es el más avanzado en esta materia, ya que en sus investigaciones se centran en conocer su caracterización, secuencia genética, cacterización, secuenciación genética, grupo de edades de las personas afectadas y el origen del brote.
También están estudiando si la cepa de Panamá es parecida a la de Brasil y Colombia y también si este es el mismo virus que en 2007 fue responsable de una epidemia en la isla de Yap (Micronesia), ya que los efectos son parecidos.
La OMS alarma de las complicaciones del Zika
Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud, explicó en la última rueda de prensa " que los casos de microcefalia y otros desórdenes neurológicos por sí mismos, por su gravedad y por la carga que conllevan para las familias constituyen una amenaza por sí sola y por eso he aceptado la recomendación del Comité ".
El papel de la OMS aquí es, en primer lugar, definir las investigaciones sobre la enfermedad por el virus del Zika y darles prioridad convocando a expertos y asociados. También están potenciando la vigilancia del virus del Zika y sus posibles complicaciones.
La OMS apuesta por fortalecer la comunicación acerca de la alarma que presenta este virus, para frenar en la medida de lo posible el contagio y las consecuencias. Además, también están prestando ayudas en los hospitales para mejorar la capacitación en el diagnóstico y el control de vectores, en particular a través de algunos centros colaboradores de la OMS.
La OMS se está encargando también de controlar la población de mosquitos del género Aedes, ofreciendo larvicidas para el tratamiento de aguas estancadas que no pueden limpiarse, vaciarse o cubrirse.
La situación de todas formas es alarmante, ya que la Organización Mundial de la Salud estima que habrá unos entre unos 3 y 4 millones de casos de Zika el año entrante. La gran mayoría de pacientes infectados no presentarán síntomas, lo que resulta un problema, ya que ya de por sí es complicado detectarlo: el virus del Zika se diagnostica mediante PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en tiempo real y aislamiento en muestras de sangre. El diagnóstico serológico puede resultar difícil, y el virus puede presentar reacciones cruzadas con otros flavivirus, como los virus del dengue, del Nilo Occidental y de la fiebre amarilla.
Por otra parte, el gobierno de Estados Unidos ha comenzado la investigación para una posible vacuna contra el virus del Zika, sin embargo, ya adelantan que el desarrollo de la misma llevará años de análisis. Por ahora, el NIH estadounidenses han comenzado un trabajo inicial, y la agencia planea incrementar los fondos destinados a algunos científicos brasileños para acelerar las investigaciones en Latinoamérica.
Lo bueno es que parte del camino ya está recorrido ya que, actualmente, existen vacunas en distintas etapas de desarrollo para otros virus de la misma familia: dengue, del Nilo Occidental y el chikungunya. Estas ofrecen un patrón para crear algo similar contra el Zika, algo muy positivo para luchar contra el virus.