El trastorno de ansiedad es cuando la persona, por culpa de esa ansiedad sentida, es incapaz de llevar una vida normalizada, es decir, le afecta e interfiere en su vida tanto personal, como familiar, laboral, social, etc.
¿Cómo puedo saber si tengo ansiedad?
La forma más fácil de saber si estas sufriendo de ansiedad, es pararte a pensar y analizar tu comportamiento, tus pensamientos, tu actitud, etc. De esta forma podrás determinar si has cambiado en alguno de esos aspectos de forma preocupante, si te sientes más nerviosa, con cambios de humor más bruscos, etc. No obstante, aquí os dejamos algunos de los síntomas más comunes que se padecen cuando se está sufriendo un trastorno de ansiedad:
- Excesiva preocupación : Uno de los síntomas más generalizados es la preocupación por circunstancias que antiguamente eran indiferentes o no causaban estrés, angustia, etc. Incluso, en ocasiones, sin saber el motivo de dicha preocupación.
- Cambios en los hábitos de sueño o problemas para dormir, ya sea insomnio, hipersomnia, etc. En la mayoría de los casos este problema viene dado por la ansiedad sentida, ya que de tanto pensar no logras conciliar el sueño o descansar de forma adecuada.
- Perdida de la positividad, viendo el futuro de forma negativa, pensando que va a pasar algo malo, etc.
- Sensación de miedo incontrolado, inseguridad, pánico, etc; ante situaciones que antes eran indiferentes o que no suponen ningún tipo de peligro (al menos no al nivel del miedo), por ejemplo: miedo a quedarse solo, miedo a hablar el público, miedo a relacionarse, miedo a la oscuridad, incluso a veces: miedo a sufrir ataques de ansiedad, por el mal rato que esto supone, llegando a ser un circulo vicioso, ya que este miedo genera ansiedad y provoca el ataque, lo que produce que se tenga más miedo a padecerlo.
- Aumento de la tensión muscular: En muchas ocasiones los ataques de ansiedad van seguidos de tensión muscular no liberada, ya sea apretando las manos, la mandíbula, las piernas, etc; siendo la persona consciente o no de ello.
- Cambios en el hábito alimenticio, pérdida o aumento del apetito y de las ganas de comer, llegando en ocasiones a darse atracones por culpa de la ansiedad como método de saciarla o ayunando por falta de hambre o por nervios.
- Recuerdos recurrentes de momentos angustiosos: Las personas que sufren un trastorno de ansiedad, a menudo presentan recuerdos de momentos y situaciones negativas, ocasionándoles miedo, estrés, angustia, ansiedad, etc.
¿Cuándo la ansiedad pasa a ser una enfermedad?
Como hemos dicho antes, la ansiedad no es lo mismo que el trastorno de ansiedad, una persona puede tener preocupaciones, estrés y agobio en ciertos momentos de su vida, sin necesidad de estar pasando por dicho trastorno. Por esta razón una duda muy frecuente es: ¿Cuándo la ansiedad es síntoma de enfermedad? ¿Cuándo deja de ser algo puntual? Aquí en Bekia os dejamos la respuesta:
La ansiedad pasa a ser considerada una enfermedad de índole psicológico y mental cuando se siente un exceso de esta, casi todos de los días de la semana durante un periodo de tiempo de seis meses. A su vez, otros aspectos que se tienen en cuenta para denominarla trastorno son:
- Que sea incapacitante o interfiera negativamente en la capacidad de llevar una vida normalizada, por ejemplo: por intentar evitar los ataques de ansiedad dejar de realizar tareas de la vida cotidiana.
- Que se somatice, es decir, se haga físico el dolor que esto genera. Afectando de forma directa a la salud física de la persona. Los síntomas más comunes que se padecen en este caso son: indigestión recurrente, dolores de cabeza, mareos, dificultad para respirar, dificultad para tragar y cansancio, entre otros muchos.
- Que origine terrores y miedos tan altos e irracionales que afectan tanto a la vida persona, laboral, familiar, etc; ya que hacen que la persona se aísle y evite el contacto social, escondiéndose en sí mismo y en su miedo, dudando de todo y sin poder confiar. No obstante, hay en ocasiones que sucede al revés, la persona crea dependencia ya que teme el quedarse sola, debido a la inseguridad que siente.
- Que provoque síntomas parecidos a la depresión, incluso en ocasiones esta misma. Bajando la moral de la persona, sin ganas de seguir, sin motivos por los que luchar.
¿Por qué razones se puede sentir ansiedad?
No se conoce de forma exacta el motivo de la ansiedad, los especialistas creen que es un conjunto de factores, tanto biológicos como ambientales. No obstante, cabe destacar que cada persona es distinta y afronta de manera diferente los problemas, por lo tanto cada persona puede sentir ansiedad por aspectos completamente distintos. Sin embargo, hay ciertos aspectos que son más comunes en personas con este transtorno:
- Menos capacidad de gestionar los problemas o la frustración, generando más riesgo de tener ansiedad.
- Un nivel muy elevado de estrés o carga emocional, como por ejemplo: estar sometido a mucha presión social, tener expectativas muy altas y difíciles de alcanzar, haber pasado por varias experiencias negativas, etc.
- Padecer alguna enfermedad grave tanto física como mental, como por ejemplo: cáncer, fibromialgia, depresión, trastorno de la personalidad limite, anorexia, etc.
- Consumo de sustancias, como por ejemplo: alcohol, marihuana, estimulantes, etc.
¿Qué hacer si alguien está sufriendo un ataque de ansiedad?
Son muchos los casos de personas que no saben cómo actuar ante un ataque de ansiedad, o que incluso actúan de forma contraproducente. Para evitar esto, a continuación os dejamos una serie de pautas recomendables en caso de estar tratando con una persona en pleno ataque de ansiedad, incluso en caso de estarlo sufriendo tu mismo:
- Intentar distraerse y no pensar en la ansiedad que se siente, esto se puede lograr haciendo algo diferente a lo que estuvieras haciendo y que haga que tu mente se centre en otros aspectos, como por ejemplo: Contar cosas que ves a tu alrededor de un mismo color, decir el abecedario al revés, contar de forma invertida empezando por el 100, recordar una canción que te gustaba mucho y cantarla mentalmente, etc.
- No olvidar que lo que estas sintiendo no es más que una reacción de tu cuerpo, que realmente no estás en situación de peligro, ni estas ante algo amenazante.
- Respirar de forma pausada, evitando así acelerar el organismo. Una buena forma para lograrlo es colocar una bolsa en tu boca y respirar dentro de ella, expirar e inspirar lentamente repitiendo mentalmente cada acción, respirar profundamente y soltar el aire muy despacio, etc.
- Si el ataque le ocurre a una persona de tu entorno, ayúdale a realizar lo dicho con anterioridad, colócale en un lugar cómodo, desabróchale la ropa si está muy ajustada o si siente calor, estate a su lado y intenta tranquilizarle, sin mostrarte agobiante.
- Si el ataque no remite en media hora, llama a urgencias y pide ayuda de un especialista.