Existe una gran variedad de dietas hoy en día, es más, cada poco tiempo aparece una nueva dieta milagrosa, esa que promete que será la definitiva. Para empezar, si realmente necesitas bajar una cantidad considerable de kilos, e s fundamental que acudas a un nutricionista.
No es lo mismo querer perder un par de kilos que has cogido durante el verano, que hablar de un problema de salud a causa del sobrepeso. Por lo tanto, es muy importante que tengas en cuenta que tu salud depende de tu alimentación. Acude a un especialista que te enseñará cómo debes comer para reducir peso de forma saludable.
Los hábitos de vida saludable
Más allá de las dietas milagro, desde hace muchos años se habla de la maravillosa dieta mediterránea. Una forma de alimentarse de forma saludable a través de los productos de la tierra, poco procesados, naturales y sobre todo muy saludables.
Dentro de los hábitos de vida saludable en cuanto a nutrición, se recomienda una alimentación basada en el consumo de frutas y verduras en gran medida. Pero siempre de forma equilibrada e incluyendo alimentos de todos los grupos. Y es aquí donde se encuentra la respuesta a la pregunta inicial.
¿Por qué cuando comes manzanas se te abre el apetito?
Siempre se ha dicho que cuando tienes hambre entre horas, lo más recomendable es tomar una fruta para saciar tu apetito hasta que llegue la hora de comer. De hecho, la fruta que más se ha recomendado siempre es la manzana. Pues bien, tan importante es el equilibrio, que comer manzanas no solamente puede no ayudarte a controlar el peso, sino que además puede provocar que comas de más.
La explicación es la siguiente, las frutas contienen fructosa o lo que es lo mismo azucares, y esos azúcares son a su vez carbohidratos simples. Lo que produce que después de comer manzanas tengas hambre en poco tiempo, es que esos carbohidratos simples se consumen de forma muy rápida.
Qué son los carbohidratos y cuál es su función
Los carbohidratos son unas moléculas que están compuestas fundamentalmente por tres elementos, el oxígeno, el hidrógeno y el carbono. Los carbohidratos tienen una función muy importante para el organismo, ya que se encargan de almacenar y proporcionar energía rápidamente al sistema nervioso y principalmente al cerebro.
En el campo de la nutrición, los carbohidratos se dividen en dos grupos en función de cómo los procesa el organismo:
- Los carbohidratos simples: Son aquellos que se encuentran en los alimentos que contienen fructosa, principalmente las frutas y la galactosa que está presente en los productos lácteos. Los carbohidratos simples se procesan en el organismo de forma muy rápida, se obtiene una energía de forma inmediata pero de una forma muy efímera.Esto quiere decir que comer una manzana por ejemplo, te proporcionará saciedad y energía para un periodo de tiempo menor a una hora. Pasado ese tiempo, las reservas de energía estarán otra vez bajo mínimos y tu cuerpo te lanzará de nuevo las ganas de comer.
- Los carbohidratos complejos : Por otra parte tenemos este segundo tipo de carbohidratos, se encuentran en los cereales integrales, en las verduras con alto contenido de almidón, como las patatas o los boniatos. También las legumbres contienen carbohidratos complejos, lo que convierte a este alimento en una potente fuente de energía. Este tipo de carbohidratos son más recomendables en cuanto a nutrición, ya que el organismo los procesa de una forma mucho más lenta. Esto proporciona al cuerpo energía de mayor calidad, por ser más duradera y además aporta sensación de saciedad al cuerpo durante mucho más tiempo.
¿Entonces, debo dejar de comer manzanas entre horas?
No exactamente, la fruta es fundamental en la alimentación de todo el mundo. No solamente aporta carbohidratos sino que es una fuente fundamental de vitaminas, fibra y minerales esenciales para el organismo.
Cualquier fruta es muy saludable y debe estar incluida en tu dieta, aunque dentro de todas las frutas algunas contienen mayor cantidad de azúcar y por lo tanto, mayor aporte de calorías. Elegir la fruta que debes tomar depende de tu estado de salud y de tu forma de alimentarte.
Comer una manzana entre horas para saciarte hasta la hora de comer es una opción muy saludable. Pero, lo que debes hacer para que no te de hambre de forma casi inmediata, es acompañar la manzana con una proteína. De esta forma, el aperitivo será más complejo nutricionalmente y la sensación de saciedad durará más tiempo.
Puedes acompañar las manzanas con algunos frutos secos como los anacardos, las almendras o los cacahuetes, siempre en crudo y sin sal para no añadir calorías extra. También puedes complementar las manzanas de un poco de pechuga de pavo baja en sal o una porción de queso fresco.
Ahora que ya sabes por qué sientes hambre después de comer manzanas, solo tienes que cambiar la forma de comerlas, pero en ningún caso debes evitar esta fruta tan saludable, a no ser por supuesto que sea una recomendación médica.