Nuestro cuerpo es algo que debemos conocer a la perfección y estar pendiente de los posibles cambios que puedan suceder y saber cúal es la causa o el problema del que proceden dichos cambios. Entre una de las cosas que más hay que tener en cuenta se encuentran los ganglios, sobre todo los repartidos por la zona del cuello, de la mama y la axila.
Los ganglios son unas protuberacias pequeñas que se encuentran en nuestro cuerpo hasta en una cantidad de 600, y que forman parte del sistema linfático, una de las partes más importantes de nuestro sistema inmunitario y que nos protege de enfermedades e infecciones.
Cuando cualquiera de los ganglios de nuestro cuerpo se inflaman, debemos observarlo y acudir al médico para descubrir la causa, siendo lo más común algún tipo de infección que está afectando a nuestro organismo, sin determinar la zona exacta de nuestro cuerpo que está siendo atacada.En los casos más graves puede llegar a ser síntoma de posibles tumores, siendo más comunes en la mujer en el caso del cáncer de mama, pero también en otros cánceres como los linfáticos. Esta es la razón principal por la que debemos realiza autoexámenes en nuestro cuerpo que nos avisen de cualquier anomalía.
Causas de la inflamación de ganglios axilares
Como acabamos de comentar, una de las causas más comunes de la inflamación e hinchazón de los ganglios axilares puede ser una infección en la zona de la axila, del brazo o incluso de la mama. Pero también hay otras infecciones más generales que pueden llegar a provocar que los ganglios de la zona de la axila, como los de otras repartidas por todo el cuerpo, cambien su tamaño. Es el caso de enfermedades como el SIDA, la mononucleosis o un simple herpes genital.
Estas enfermedades se pueden tratar con medicina general, pero debemos prestar especial atención porque la causa de la inflamación de los ganglios axilares también puede ser la aparición de un cáncer de linfoma o de mama.
Pero esto no significa que debamos alarmarnos, ya que hay otras razones más banales por las que puede crecer el tamaño del ganglio, como por ejemplo una mala depilación de la zona que haya llevado a crear quistes o vellos subcutáneos.
¿Cuándo preocuparse?
Ante todo no debemos perder la calma si notamos algún bulto sospechoso en nuestro cuerpo y acudir al médico lo antes posible para que los especialistas diagnostiquen la causa.
Por todos las razones que nos hemos explicado son necesarios los exámenes físicos que nos podemos realizar nosotros mismos en casa. Para ello debemos colocar el brazo en alto y horizontal, y con la mano contraria y la palma hacia arriba ir explorando la zona de la axila en busca de alguna protuberancia. La exploración se realiza con movimientos circulares llevados a cabo por las yemas de los dedos y la palma de la mano.
En el caso en que encontremos alguna inflamación de los ganglios axilares, el médico observará si existe algún proceso de herida o infección en la zona, para después realizar un análisis de sangre y en el caso en que fuera necesario, una biopsia.
No debemos alarmarnos si alguna vez notamos un ganglio de nuestro cuerpo un poco más inflamado de lo normal, sea de la zona que sea, ya que a veces incluso una simple faringitis no ha podido hacer inflamar los ganglios del cuello. Los ganglios axilares son los que reaccionan a problemas que existan por alguna enfermedad del sistema inmunitario o todo relacionado con la parte del pecho y las mamas, por lo que solo debemos preocuparnos si la inflamación supera el centímetro de diámetro o va acompañada de enrojecimiento de la zona, fiebre o mareos en el paciente.